Frontera
En los ¨²ltimos a?os, la primera felicitaci¨®n de a?o nuevo me llega siempre por correo electr¨®nico y lleva el remite de Jos¨¦ Luis Roca. No s¨¦ si este nombre les sonar¨¢, pero seguro que s¨ª conocen sus fotograf¨ªas, una de las cuales fue premio Ortega y Gasset de periodismo hace un par de a?os. Roca es fot¨®grafo en el peri¨®dico Europa Sur del Campo de Gibraltar, pero su trabajo se ve en todo el mundo: hace tiempo que con su c¨¢mara levanta acta de c¨®mo ?frica se est¨¢ desangrando en estas orillas de Europa.Para sus felicitaciones navide?as, Roca utiliza trozos de su trabajo cotidiano: incluso im¨¢genes doloridas que ¨¦l transforma con su mirada. La de este a?o es la de un negro reci¨¦n llegado a nuestras playas. Se abriga del fr¨ªo con una manta blanca y debe de estar cansado y hambriento, pero tiene una mirada so?adora y confiada que conmueve.
El fen¨®meno de la inmigraci¨®n nos est¨¢ sirviendo para conocer lo peor y tambi¨¦n lo mejor de nosotros mismos. La mezquindad de los explotadores y de los que tratan de abusar de los que llegan desvalidos en las pateras, pero tambi¨¦n la solidaridad incondicional de muchos y la ineficacia y la indiferencia de las administraciones. Los que llegan en las pateras no son sino n¨¢ufragos y reciben el mismo trato que siempre han recibido los n¨¢ufragos: unos tratan de estafarles, otros les ayudan y hay quienes se cruzan de brazos. La atenci¨®n que reciben los n¨¢ufragos que llegan a nuestras costas depende de la buena voluntad de la gente y de alguna ONG que tiene que desviar parte de sus recursos, destinados al Tercer Mundo, para gastarlos aqu¨ª, en la orilla confortable del Mediterr¨¢neo.
Para eso sirve tener tantas administraciones (Estado, Junta, Diputaci¨®n, Municipio), para que unas se echen las culpas a otras formando escandaleras tan macabras como la del a?o pasado, cuando se comenz¨® a discutir a gritos qui¨¦n pagaba los entierros de los muertos de las pateras.
Este juego del ping-pong entre las administraciones es una burla hacia la ciudadan¨ªa, que paga los impuestos para que le solucionen los problemas, no para que le vengan con excusas. Poner orden en la atenci¨®n a los n¨¢ufragos es una prioridad que hay que atender, se tenga o no la obligaci¨®n. Nadie obliga tampoco a las ONG y ah¨ª est¨¢n trabajando.
Es tanto el caos y la desatenci¨®n -Cruz Roja y organizaciones como Algeciras Acoge no tienen suficientes medios- que M¨¦dicos sin Fronteras se ha terminado estableciendo en el Campo de Gibraltar, como si esto fuera Zambia. Es evidente que esto no es Zambia, pero no estamos mucho mejor organizados en el aspecto humanitario.
Todav¨ªa de las pateras se podr¨¢ decir que son imprevisibles, que no anuncian su llegada, pero acabamos de comprobar que tampoco se organizan mejor los acontecimientos previsibles: las denuncias sobre el modo en que han sido recibidos este a?o los temporeros de la aceituna deber¨ªan de darnos verg¨¹enza. Sobre todo, si recordamos que de esta tierra siguen saliendo temporeros.
Curiosamente, la ayuda humanitaria se presenta a veces ordenada, eficaz y dotada. Cuando llega el Roc¨ªo, por ejemplo, la Junta no duda y consigue que a los peregrinos no les falte de nada. Lo que son las cosas.
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