Sagasta
En 1856, cuando cay¨® Espartero y la reina Isabel II nombr¨® a O'Donnell para sucederle, el Ej¨¦rcito bombarde¨® el Congreso de los Diputados por negarse a aceptar el nuevo Gobierno. Una bala de ca?¨®n estall¨® en la claraboya del palacio de la carrera de San Jer¨®nimo. Y cuentan que Sagasta se levant¨® de su esca?o, recogi¨® un cascote y dijo: "Se?or presidente, ruego que conste en acta".La an¨¦cdota describe muy bien el car¨¢cter imperturbable de don Pr¨¢xedes Mateo, de quien Casado del Alisal hizo un soberbio retrato para la galer¨ªa del Congreso. Aparece el pol¨ªtico riojano repantingado en el sill¨®n presidencial de las Cortes con el rostro iluminado por la sonrisa de quien lo mira todo con un ir¨®nico escepticismo. En estos d¨ªas, el retrato se muestra en las salas de la Fundaci¨®n BBVA como la mejor pieza de la exposici¨®n Sagasta y el liberalismo espa?ol. All¨ª, Carlos Dard¨¦ y Pilar de Miguel han reunido una magn¨ªfica colecci¨®n de pinturas, fotograf¨ªas y documentos sobre la historia de los liberales espa?oles.
"El viejo pastor", como llamaban a Sagasta por su capacidad de conducir su dividido reba?o, es el personaje principal. Pero otros muchos est¨¢n all¨ª representados para describir la evoluci¨®n del liberalismo de la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX. Se presta especial atenci¨®n a la vida de don Pr¨¢xedes, quien, pese a la gazmo?er¨ªa de la ¨¦poca, vivi¨® como pareja de hecho con ?ngela Vidal, pues el d¨ªa en que ella, obligada por su padre, cas¨® con un anciano militar, se escaparon juntos y no pudieron casarse hasta que ?ngela enviud¨®, cuando Sagasta ten¨ªa 60 a?os.
Este hombre, a quien toc¨® gobernar en los d¨ªas amargos del 98, suscit¨®, con su famoso tup¨¦ y sus no menos famosos resfriados, infinitas caricaturas. Una de ellas le representa dando vivas a todas las situaciones pol¨ªticas que conoci¨® en su vida, que fueron muchas en aquel atormentado siglo. El tiempo hace crecer la figura de quien introdujo en Espa?a el sufragio universal contra la opini¨®n conservadora. Viendo la exposici¨®n, viene a la memoria su c¨¦lebre frase: "Yo siempre caigo del lado de la libertad".
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