La regata sin l¨ªmites

Barcelona, ciudad ol¨ªmpica y cultural, s¨ªmbolo del modernismo y de la apertura al mar, despedir¨¢ el pr¨®ximo domingo (14.00 horas, Canal 33) a los primeros aventureros del siglo XXI. Ser¨¢n 70 marinos de origen latino, n¨®rdico y anglosaj¨®n, especialistas en las regatas transoce¨¢nicas y en las ol¨ªmpicas, acr¨®batas del multicasco, los que zarpar¨¢n del Port Vell para escribir uno de los cap¨ªtulos m¨¢s cosmopolitas de la vela con destino final en Marsella.Seis catamaranes gigantes participar¨¢n en The Race, la regata alrededor del mundo sin escalas y sin asistencias, calificada como la m¨¢s veloz de todos los tiempos. Una regata universal, sin otro l¨ªmite que el que impondr¨¢n los vientos, las olas y las corrientes. A unas embarcaciones elegantes y fiables se a?ade una eficacia que permitir¨¢ a sus tripulaciones completar la vuelta al mundo en unos 60 d¨ªas y recorrer m¨¢s de 700 millas n¨¢uticas (unos 13.000 kil¨®metros) en 24 horas. Los primeros r¨¦cords del tercer milenio est¨¢n viento en popa.

El concepto de The Race nace en 1993, cuando el franc¨¦s Bruno Peyron, a los 38 a?os, se convirti¨® en el primer hombre que daba la vuelta al mundo en menos de 80 d¨ªas. Lo hizo en 79 a bordo de un catamar¨¢n. Peyron, con aquel ¨¦xito, fue el primer vencedor del Trofeo Julio Verne, pero para ¨¦l no pas¨® de ser una etapa de la organizaci¨®n de una gran regata alrededor del mundo que plane¨® para el 2000.

Peyron es el padre de The Race. En esta ocasi¨®n no estar¨¢ entre los tripulantes, pero su esp¨ªritu volver¨¢ a navegar por los mares del sur. El barco con el que bati¨® el r¨¦cord del mundo, el Explorer, estar¨¢ en la l¨ªnea de salida de Barcelona rebautizado con el nombre de Warta Porharma. El patr¨®n del catamar¨¢n hist¨®rico, el m¨¢s peque?o de la flota, con una eslora de 26 metros, es el polaco Roman Paszke, de 49 a?os, quien compr¨® el barco de Peyron en 1999.

Otro velero hist¨®rico de la ¨²ltima d¨¦cada, ganador del Trofeo Julio Verne en 1994, tambi¨¦n participa en The Race. Se trata del Team Legato, cuyo patr¨®n, el ingl¨¦s Tony Bullimore, el marino n¨¢ufrago de la Vend¨¦e Globe de 1996, compr¨® el catamar¨¢n Enza al neozeland¨¦s Peter Blake, el regatista que a¨²n fue m¨¢s veloz que Peyron en dar la vuelta al mundo en 74 d¨ªas. Estos dos viejos catamaranes competir¨¢n contra los cuatro nuevos gigantes que pertenecen a la ¨²ltima generaci¨®n de regatistas oce¨¢nicos. Son los m¨¢s grandes y sofisticados veleros de competici¨®n.

Para el Playstation, de Steve Fosset, un multimillonario financiero norteamericano y un aventurero todoterreno, The Race ser¨¢ su aventura m¨¢s importante, despu¨¦s de fracasar en tres ocasiones en su intento de ser el primer hombre en dar la vuelta al mundo en globo, en compa?¨ªa del brit¨¢nico Ted Branson, propietario de la empresa Virgin.

El resto de las tripulaciones de The Race lo integran verdaderos virtuosos de los oc¨¦anos. El franc¨¦s Lo?ck Peyron, considerado el patr¨®n con m¨¢s talento de los multicascos, estar¨¢ al frente del Innovation Explorer. El estadounidense Cam Lewis, hijo de una familia de navegantes, dictar¨¢ los vientos del Team Adventure. Y finalmente, el Club Med, del neozeland¨¦s Grand Dalton, uno de los navegantes que han obtenido m¨¢s t¨ªtulos en la Whitbread, la regata alrededor del mundo de veleros monocascos por equipos y con escalas. En sus cinco participaciones, siempre ha terminado en primera o segunda posici¨®n.

A excepci¨®n de la del polaco Roman Paszke, que ha apostado por una tripulaci¨®n exclusivamente de su pa¨ªs, las restantes las integran regatistas de varios pa¨ªses. Bultimore ha convertido su velero en un caj¨®n de sastre en el que se encuentran un ucranio, franceses, americanos e ingleses; Peyron reclam¨® a bordo a un capit¨¢n adjunto estadounidense (Skip Novak) y a un navegante sueco (Roger Nilson); Fosset apuesta por una tripulaci¨®n anglosajona formada por americanos, irlandeses, australianos y neozelandesesm y Dalton, en el Club Med, no se lo pens¨® dos veces para juntar especialistas de Austria, Inglaterra, Jap¨®n, Italia y Espa?a (Guillermo Altadill), y rodearse de la experiencia de los franceses, grandes conocedores de los multicascos.

Los participantes de The Race se sentir¨¢n pioneros cuando se enfrenten a su primera noche en alta mar, tras haber dejado a popa Gibraltar y el Mediterr¨¢neo, y con la proa indicando el rumbo de los oc¨¦anos: seis catamaranes en busca de la m¨¢xima velocidad sin concesiones de ning¨²n tipo. Ser¨¢ cuando la tripulaci¨®n del Team Philips, el catamar¨¢n que naufrag¨® en las costas de Galicia rumbo a la salida de Barcelona y que deb¨ªa integrar la s¨¦ptima embarcaci¨®n, sienta la nostalgia de lo que pod¨ªa haber sido la gran regata del milenio.