Clonaci¨®n e investigaci¨®n con embriones
Desde hace alg¨²n tiempo, 'clonaci¨®n' se ha convertido en un t¨¦rmino maldito que suena a la peor de las infamias y, no obstante, se utiliza habitualmente en gen¨¦tica sin que suponga que los genetistas practiquen ning¨²n vicio aberrante. En realidad, la ¨²nica clonaci¨®n condenada por muchas legislaciones europeas es la reproductiva, es decir, la que tiene como fin crear seres humanos id¨¦nticos.
Quede claro que ser id¨¦ntico gen¨¦ticamente a otra persona no es ninguna aberraci¨®n porque los gemelos son gen¨¦ticamente id¨¦nticos y son seres humanos perfectamente respetables. Lo que repugna de la clonaci¨®n reproductiva, y lo que condenan estas legislaciones, es crear seres humanos id¨¦nticos ex profeso porque es dif¨ªcil imaginar una justificaci¨®n que no implique considerar al cl¨®nico de forma instrumental, es decir, no como seres humanos con dignidad, sino para que se puedan utilizar para provecho de otro.
El embri¨®n, y la protecci¨®n que merece, ilustra hoy de forma ejemplar un conflicto de valores
Una prometedora l¨ªnea de investigaci¨®n que, probablemente, revolucionar¨¢ la medicina en las pr¨®ximas d¨¦cadas es la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre. Esta investigaci¨®n ha vuelto a poner sobre el tapete el debate sobre la clonaci¨®n, que no es el problema principal, sino el de la investigaci¨®n con embriones.
Los griegos sol¨ªan poner ejemplos de medicina para ilustrar los conflictos de valores, que es de lo que trata la ¨¦tica. Efectivamente, el ejercicio de la medicina presenta ejemplos y situaciones que muestran valores claramente contrapuestos. En nuestros d¨ªas, el embri¨®n, y la protecci¨®n que merece, ilustra, de forma ejemplar, un claro conflicto de valores. Pocos asuntos en el campo de la bio¨¦tica provocan tanta atenci¨®n y controversia, entre los expertos, los pol¨ªticos, los medios de comunicaci¨®n y la opini¨®n p¨²blica.
Ve¨¢moslo en el caso de la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre. El objetivo de la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre es desarrollar l¨ªneas celulares 'eternas', es decir, que se multiplican indefinidamente y que, adecuadamente estimuladas, pueden convertirse en tejidos diferenciados y, en un futuro m¨¢s lejano, tal vez en ¨®rganos. Estos tejidos se utilizar¨ªan para trasplantarlos a enfermos que tuvieran los suyos da?ados y que, por tanto, no funcionaran adecuadamente.
Los pacientes que se podr¨ªan beneficiar de esta t¨¦cnica son muchos: en realidad, todos, probablemente, tendremos alg¨²n d¨ªa alg¨²n tejido u ¨®rgano que necesite ser sustituido. No cabe duda que el objetivo de este tipo de investigaci¨®n est¨¢ ampliamente justificado por el gran beneficio que puede aportar a la humanidad.
Sin embargo, estamos todav¨ªa lejos de conocer y dominar esta t¨¦cnica para que pueda usarse como tratamiento y, previamente, es preciso investigar durante algunos a?os. Antes que nada hay que desarrollar las l¨ªneas celulares eternas. Para ello hay que partir de c¨¦lulas que tengan la propiedad de diferenciarse en distintos tejidos y de reproducirse indefinidamente. Son c¨¦lulas llamadas pluripotentes y cuyo origen puede ser o bien de c¨¦lulas adultas, es decir, provenientes de individuos desarrollados, o bien de fetos muertos procedentes de un aborto o bien de embriones muy tempranos.
La primera opci¨®n resolver¨ªa el problema ¨¦tico porque no se diferencia de cualquier investigaci¨®n en la que el sujeto de la misma da su consentimiento para ella y que entra?a poco riesgo. El problema es que estas c¨¦lulas son dif¨ªciles de encontrar y se reproducen mal.
La segunda opci¨®n es m¨¢s viable: las c¨¦lulas fetales van bien para determinados tipos de investigaci¨®n. Pero, sin duda, las mejores son las de embri¨®n. Y ah¨ª radica precisamente el problema: ?de d¨®nde se obtienen los embriones? En Europa, a diferencia de Estados Unidos, hay un cierto consenso, que no unanimidad, para no crear embriones para investigaci¨®n porque supone una instrumentalizaci¨®n, ya que se utilizar¨ªan s¨®lo para obtener c¨¦lulas. Este consenso viene recogido en el Convenio de Oviedo del Consejo de Europa y ha sido firmado ya por 28 pa¨ªses europeos.
La alternativa es utilizar embriones congelados, que ya existen en todos los pa¨ªses que realizan fertilizaci¨®n in vitro como t¨¦cnica de reproducci¨®n asistida. En Europa hay en este momento unos cuantos centenares de miles de estos embriones, cuyo destino, en la mayor¨ªa de los casos, va a ser su destrucci¨®n porque ya han pasado todos los plazos legales de conservaci¨®n.
Parece razonable que, una vez se hayan agotado todas las posibilidades de utilizaci¨®n de estos embriones por la propia pareja de la que se obtuvo y por otras parejas con problemas de reproducci¨®n, los embriones llamados sobrantes se utilicen para investigaci¨®n antes de ser destruidos. Probablemente son embriones menos viables que si se crearan nuevos, pero entre centenares de miles se pueden obtener los suficientes para crear l¨ªneas celulares que aseguren una investigaci¨®n adecuada.
El problema de la obtenci¨®n de c¨¦lulas para crear l¨ªneas celulares tiene, por tanto, una soluci¨®n, aceptable para mucha gente que, sin estar de acuerdo en crear embriones para investigaci¨®n, admitir¨ªa que, si de todos modos hay que destruirlos, se utilicen previamente con un fin tan justificado como desarrollar futuros tratamientos.
La tercera opci¨®n, que es la que ha tenido mayor publicidad, es obtener las c¨¦lulas a partir de la transferencia de un n¨²cleo de una c¨¦lula de un adulto a un ovocito fecundado, es decir, crear un embri¨®n que tendr¨ªa la misma carga gen¨¦tica que la del donante de la c¨¦lula del adulto. La ventaja de la l¨ªnea celular que se crear¨ªa es que ser¨ªa id¨¦ntica gen¨¦ticamente al donante, que ser¨ªa la misma persona que recibir¨ªa el trasplante y, por tanto, no habr¨ªa rechazo, el riesgo m¨¢s importante de los trasplantes. Esto es lo que se denomina clonaci¨®n terap¨¦utica, t¨¦rmino que intenta compensar la mala fama de la clonaci¨®n con el adjetivo de terap¨¦utica.
Pero es una denominaci¨®n incorrecta porque estamos muy lejos de conseguir trasplantar estos tejidos y, por lo tanto, estamos hablando de investigaci¨®n, no de tratamiento. Se trata, efectivamente, de una clonaci¨®n, pero todav¨ªa no terap¨¦utica: de momento es s¨®lo investigaci¨®n. El problema es que esta clonaci¨®n supone crear embriones ex profeso para investigaci¨®n, que es en lo que hay consenso en no permitir. El obst¨¢culo ¨¦tico es crear embriones para investigaci¨®n y no la clonaci¨®n en s¨ª misma.
Dado que este tipo de clonaci¨®n ser¨¢ ¨²til s¨®lo cuando est¨¦ bien desarrollada la t¨¦cnica de obtener tejidos, lo que se denomina 'fase precl¨ªnica', una soluci¨®n de compromiso puede ser que, de momento, se realice la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre a partir de embriones sobrantes y que haya una moratoria temporal sobre la mal llamada clonaci¨®n terap¨¦utica. Dentro de unos a?os, cuando venza la moratoria y la t¨¦cnica haya avanzado mucho m¨¢s, puede reabrirse el debate y es posible que para entonces veamos las cosas desde otra perspectiva.
Octavi Quintana es vicepresidente del Grupo Europeo de ?tica.
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