El Valencia salva el trauma copero
El equipo de C¨²per supera la hostilidad de su hinchada y, aunque con apuros, vence al Racing
El Valencia templ¨® los nervios y se agarr¨® a su sobriedad defensiva para salvar la hostilidad de Mestalla, de u?as con los suyos tras la eliminaci¨®n copera ante el Guadix. En realidad, el grupo de H¨¦ctor C¨²per mantuvo sus constantes vitales: firmeza detr¨¢s y efectividad delante, donde Carew suma sus goles por victorias. Lo enchufa todo. Vive en estado de gracia. Sin alardes, pero con solvencia. Como su equipo. Como casi siempre. Atr¨¢s parece quedar el trauma de la Copa a pesar de que el Valencia fue recibido y despedido con pitos furiosos de su hinchada, incapaz de entender que sus chicos claudicaran ante el humilde Guadix, el mismo que perdi¨® ayer por 6-0 frente al Dos Hermanas, en la Liga de la Segunda B.
El Racing era el rival propicio para olvidar las penas. Demasiado dependiente de la inspiraci¨®n de Amavisca, el conjunto de Gregorio Manzano se limit¨® a defender el empate hasta que su propio portero desmoron¨® el castillo con un fallo decisivo. Despu¨¦s, cuando atac¨®, se vio con exiguos argumentos. Un error de portero belga Lemmens, al filo del descanso, dio cuerpo a la persistencia atacante del Valencia. Se le escap¨® el cuero a Lemmens y Carew lo caz¨® y lo envi¨® a gol. El forzudo delantero ha cogido carrerilla y dif¨ªcilmente perdona una de las tres o cuatro ocasiones que se le presentan a lo largo de cada partido.
El cuadro santanderino sali¨® a defenderse y lo hizo ordenadamente, pero le perjudic¨® la lesi¨®n de Sietes, que oblig¨® a Manzano a recomponer el esqueleto: entr¨® Vivar Dorado de media punta y Mor¨¢n se retras¨® al lateral izquierdo y Amavisca al interior. Con la nueva estructura, se debilit¨® el Racing por este costado y lo aprovech¨® Ilie para desequilibrar. Est¨¢ el delantero rumano hambriento de f¨²tbol despu¨¦s de varios meses de abstinencia y pasea el bal¨®n con elegancia, de aqu¨ª para all¨¢, inventando bellos pases y regates. En uno de estos quiebros se produjo el c¨®rner que origin¨® el ¨²nico gol.
Es curioso, pero la gente la ha tomado con Angulo, a quien no traga desde hace tiempo, y ha esperado a que fallara el penalti decisivo en Guadix para zurrarle la badana. Lo recibi¨® con una pitada mucho mayor que al resto de sus compa?eros y s¨®lo el apoyo de la pe?a Gol Gran apacigu¨® las cr¨ªticas. Jug¨® con una presi¨®n considerable y la super¨® con creces: firm¨® una actuaci¨®n convincente.
Resquebrajada la c¨¢scara racinguista, el Valencia rasg¨® la segunda parte con mucha comodidad. Ayala, Djukic y Pellegrino reinaban en la defensa y Carew minimizaba a sus marcadores, que suelen pasarlas moradas para pararle. No hay manera. El Racing apenas se acerc¨® a los dominios de Ca?izares, a pesar de que la entrada de Ismael le dio mayor circulaci¨®n del bal¨®n. El Valencia se desentendi¨® de la pelota y el empate lo tuvo a tiro Amavisca, pero su centro raso lo sac¨® milagrosamente Pellegrino al borde de la raya de gol.
C¨²per retir¨® del campo a Ilie y eso al p¨²blico no le gust¨® ni un pelo, pues sabe que el rumano es un incondicional del espect¨¢culo. Manzano recurri¨® al colombiano Preciado como ¨²ltima esperanza. Vana, pues ¨¦ste no lleg¨® ni a rematar. El Valencia se agazap¨® y acab¨® de irritar a su afici¨®n, que lo despidi¨® con pa?uelos y almohadillas alzadas de indignaci¨®n. Y eso que el Racing mostr¨® una gran impotencia.
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