El embrollo
La fusi¨®n Endesa-Iberdrola ha dado lugar a numerosas manifestaciones que, aunque son muy razonables, no orientan mucho, porque parecen contradictorias. Por ejemplo, tienen raz¨®n Unda y Ruscalleda, consejeros de la CNE, al opinar que, si se deja en manos de la empresa fusionada m¨¢s de un 30% de la generaci¨®n de un mercado cerrado a las importaciones, no habr¨¢ competencia, porque el precio ser¨¢ manipulado. Pero tambi¨¦n tiene raz¨®n la mayor¨ªa de la CNE cuando dice que el mercado espa?ol no puede funcionar peor si se aprueba la fusi¨®n, ya que, como muestra en otros documentos, ahora tampoco funciona. Tiene raz¨®n Repsol cuando advierte de que, si la empresa fusionada se queda con una parte exagerada del monopolio de distribuci¨®n, ser¨¢ imposible que exista competencia en la comercializaci¨®n. Pero tambi¨¦n tiene raz¨®n Endesa cuando le contesta diciendo que las reglas que se le apliquen a ella deber¨ªan aplicarse a todos.
Estas aparentes contradicciones surgen porque la fusi¨®n propuesta no se plantea en un mercado normal que funcione en competencia. S¨®lo se puede salir del enredo si nos damos cuenta de que el problema del sector el¨¦ctrico espa?ol es que, con la regulaci¨®n vigente y la estructura actual, no hay competencia y seguir¨¢ sin haberla, se apruebe o no se apruebe la fusi¨®n, con condiciones o sin condiciones. El problema es que el marco regulatorio actual, que procede de dos leyes bienintencionadas, la socialista de 1994 y la popular de 1997, no ha hecho posible la competencia. Ninguna de las dos leyes se atrevi¨® a romper la relaci¨®n entre los negocios monop¨®licos y los competitivos, y ello, junto a la concentrada estructura espa?ola, hace imposible que aparezca la competencia. La situaci¨®n empeor¨® a¨²n m¨¢s cuando, en contra de la opini¨®n de la CSEN y sin dejar opinar al Tribunal de Defensa de la Competencia, el Gobierno fusion¨® Endesa con Fecsa y Sevillana y dej¨® reducido el sector a cuatro empresas. Entonces, para tranquilizar a los que les preocupaba tanta concentraci¨®n, Gobierno y monopolios firmaron solemnemente que a partir de entonces no habr¨ªa m¨¢s fusiones entre esas cuatro empresas.
Cualquiera que sea la decisi¨®n que se adopte sobre la actual y discutida fusi¨®n ser¨¢ necesario revisar la legislaci¨®n el¨¦ctrica si se quiere sinceramente introducir competencia. Habr¨¢ que separar absolutamente los monopolios de distribuci¨®n, transporte y operaci¨®n del sistema del resto de las actividades el¨¦ctricas. Habr¨¢ que revisar la estructura horizontal de la actividad de generaci¨®n m¨¢s all¨¢ del t¨ªmido e in¨²til intento del decreto-ley de junio pasado. El Gobierno deber¨¢ dejar a todos los consumidores espa?oles la posibilidad de elegir compa?¨ªa suministradora, como ya pueden hacer los suecos o los alemanes. Y al revisar nuestra legislaci¨®n deber¨ªa aprovecharse la experiencia de otros pa¨ªses que van por delante de nosotros en la liberalizaci¨®n, como, por ejemplo, Inglaterra, que no ha dejado a ninguna empresa el¨¦ctrica controlar m¨¢s del 10% del monopolio de distribuci¨®n.
Para que cambie el contenido de la legislaci¨®n hay que empezar por cambiar la forma de elaboraci¨®n. Hasta ahora, la legislaci¨®n se ha elaborado a trav¨¦s de negociaciones sin publicidad entre el Gobierno y los monopolios el¨¦ctricos, al margen del inter¨¦s de los consumidores, y sin una discusi¨®n en profundidad en el Parlamento. Esta forma de proceder ha llevado a que la legislaci¨®n aprobada protegiera en exceso a los monopolios, dej¨¢ndoles acumular recursos excepcionales a costa de los consumidores, que no son sino las dem¨¢s empresas espa?olas, las que no tienen la posibilidad de disfrutar de monopolios y que act¨²an en competencia. Para cambiar las formas e impedir que la legislaci¨®n favorezca exclusivamente a los monopolios deber¨ªamos inspirarnos, por ejemplo, en las normas de EE UU que proh¨ªben las reuniones secretas entre reguladores y regulados, o en las tradiciones brit¨¢nicas de escuchar reposadamente a expertos y afectados antes de acometer un cambio legislativo. Y mientras no cambien los contenidos y las formas de la regulaci¨®n el¨¦ctrica, el embrollo el¨¦ctrico (?por qu¨¦, despu¨¦s de seis a?os de tantas leyes, decretos-leyes, enmiendas de ¨²ltima hora en el Senado, organismos reguladores y tribunales de competencia, no hay todav¨ªa competencia en el sector el¨¦ctrico?) seguir¨¢ acompa?¨¢ndonos.
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