Cient¨ªficos norteamericanos logran por primera vez que un mono incorpore un gen de otra especie
La tecnolog¨ªa transg¨¦nica alcanza a los primates, el grupo animal al que pertenece el hombre
ANDi, que ahora tiene dos meses y medio, es el ¨²nico fruto de 224 intentos para lograr el primer primate modificado gen¨¦ticamente, lo que da una idea de lo dif¨ªcil que ha sido crearlo. Hasta ahora se hab¨ªan modificado muchos mam¨ªferos, desde ratones a ovejas, pero nunca primates (mam¨ªferos entre los que se incluye al ser humano). Los cient¨ªficos de Oreg¨®n esperan que ANDi sea el primer paso para obtener modelos animales m¨¢s parecidos al ser humano en los que investigar la funci¨®n de los genes y las caracter¨ªsticas de enfermedades y sus posibles tratamientos. Sin embargo, otros expertos se?alan que queda mucho camino por andar antes de que los monos puedan utilizarse rutinariamente en los laboratorios como se utilizan actualmente los ratones transg¨¦nicos.
'Creemos que ANDi es un paso especial', ha dicho el jefe del equipo de la Universidad de Ciencias de la Salud de Oreg¨®n, Gerald Schatten, a Reuters. El extra?o nombre del mono recuerda al diminutivo de Andr¨¦s en ingl¨¦s (Andy), y surge de escribir al rev¨¦s las siglas inglesas del ADN (DNA) y primera letra de ' inserted' (insertado). Su existencia se anuncia hoy en la revista Science, en un articulo cuyo primer firmante es Anthony W. S. Chan. El equipo de Schatten anunci¨® el pasado mes de enero otro logro: el primer mono clonado por el m¨¦todo de divisi¨®n de embriones (gemelos artificiales).
Fluorescente
El gen extra que tiene ANDi procede de las medusas y se utiliza mucho como marcador porque las c¨¦lulas que lo contienen brillan al observarlas. Es un gen que no hace nada pero se identifica f¨¢cilmente. ANDi, han explicado los cient¨ªficos, no brilla, y ni siquiera sus c¨¦lulas lo hacen, pero el an¨¢lisis gen¨¦tico de c¨¦lulas de diversas partes de su organismo ha permitido confirmar que contienen el gen marcador. Los cient¨ªficos no saben por qu¨¦ no expresa el gen de forma que sea observable, y piensan que quiz¨¢s lo haga cuando crezca aunque tambi¨¦n es posible que est¨¦ ya produciendo la prote¨ªna correspondiente pero en muy poca cantidad. Como ellos mismos reconocen, tampoco han demostrado todav¨ªa que el mono vaya a transmitir su modificaci¨®n genetica a sus descendientes y ni siquiera que su esperma sea transg¨¦nico.
El especialista espa?ol Lluis Montoli¨², del Centro Nacional de Biotecnolog¨ªa, est¨¢ de acuerdo en que este primer paso para obtener monos transg¨¦nicos es interesante, aunque no sorprendente, porque ya se sab¨ªa que las t¨¦cnicas utilizadas en otros mam¨ªferos son aplicables a los primates, aunque sea con dificultades derivadas de las caracter¨ªsticas de cada especie. Sin embargo, resalta este experto que estas t¨¦cnicas son altamente ineficientes y su eficiencia no se ha conseguido mejorar en d¨¦cadas. En los ratones, recuerda, las muchas p¨¦rdidas que se producen en todo el proceso de creaci¨®n de animales transg¨¦nicos se suplen utilizando muchos animales, que adem¨¢s tienen camadas numerosas. En los primates no humanos se conoce mucho peor el proceso de gestaci¨®n y s¨®lo se pueden implantar entre uno y tres embriones en cada hembra, lo que hace el proceso lento y caro.
El futuro de los monos transg¨¦nicos como modelo animal se ver¨¢, as¨ª, condicionado por el coste (existen muy pocos grandes animalarios de monos en el mundo y cada laboratorio que quisiera experimentar con l¨ªneas de monos transg¨¦nicos tendr¨ªa que crear uno propio). Para que sean ¨²tiles en el estudio de las funciones de los genes (relacionados o no con enfermedades) habr¨ªa tambi¨¦n primero que dominar en los primates las t¨¦cnicas de transferencia nuclear (el m¨¦todo por el que se cre¨® la oveja cl¨®nica Dolly) y de utilizaci¨®n de c¨¦lulas madre (ahora s¨®lo se dispone de las de ratones). Mientras tanto, como reconocen los autores del trabajo, no se conseguir¨¢ el modelo ideal para rellenar el hueco que existe actualmente entre ratones y humanos en la investigaci¨®n biom¨¦dica.
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