La modificaci¨®n de la especie humana

Hace apenas cuatro meses, se hizo p¨²blico en Estados Unidos el resultado de dos a?os y medio de discusiones entre especialistas en ciencia, ¨¦tica, religi¨®n y derecho sobre las posibilidades y la conveniencia de introducir en los ¨®vulos, espermatozoides o embriones humanos modificaciones gen¨¦ticas que se transmitan a la descendencia, es decir, de modificar la especie humana por v¨ªas artificiales. Los expertos alertaban de que pronto estar¨¢n disponibles las t¨¦cnicas para hacerlo y recomendaban a la sociedad que se prepare para afrontar sus implicaciones ¨¦ticas.

El primer primate modificado gen¨¦ticamente, el macaco ANDi, ya est¨¢ aqu¨ª, y le da la raz¨®n a los expertos de EE UU, aunque el jefe del equipo que lo ha creado, Gerald Schatten, se ha apresurado a comentar: 'No estamos aqu¨ª para hacer beb¨¦s de dise?o, sino para intentar curar enfermedades'. Pero a nadie se le escapa que ha ca¨ªdo una de las barreras t¨¦cnicas todav¨ªa existentes para manipular la herencia.

Las implicaciones ¨¦ticas en el caso concreto de ANDi van por dos caminos. Uno es la conveniencia o no de utilizar animales tan pr¨®ximos al hombre para experimentos muchas veces cruentos. El otro es la posible extensi¨®n de las modificaciones gen¨¦ticas al ser humano. 'Una vez que empiezas a intentar hacer ingenier¨ªa gen¨¦tica en monos, los seres humanos no tardar¨¢n mucho en llegar', ha dicho Lori B. Andrews, especialista estadounidense en derecho y t¨¦cnicas de reproducci¨®n.

Por su parte, Vicente Bellver, especialista en bio¨¦tica de la Universidad de Valencia, cree que tras ANDi puede llegar a medio plazo la posibilidad de incorporar genes en la l¨ªnea germinal del ser humano y que no es bueno por el momento abrir esa puerta porque hay muchos riesgos y existen m¨¦todos alternativos para conseguir objetivos m¨¦dicos. Bellver cree tambi¨¦n que la actuaci¨®n sobre animales superiores tan pr¨®ximos al hombre debe ser ponderada y respetuosa.