Ante un escenario de tipos a la baja
El euro no termina de definir un perfil frente al d¨®lar, y ello a pesar de que la decisi¨®n de la Reserva Federal de rebajar desde el 6,5% al 6% los tipos de inter¨¦s, a principios de a?o, permiti¨® un sustancial avance de la moneda ¨²nica hasta el entorno de los 0,96 d¨®lares. Pero todo hace suponer que el recorrido al alza ha tocado techo a corto plazo.
La decisi¨®n de los pa¨ªses exportadores de petr¨®leo de recortar su producci¨®n en 1,5 millones de barriles diarios -y su amenaza de eliminar del mercado otro mill¨®n m¨¢s a mediados de marzo- no beneficia al euro, evidentemente, ya que puede suponer nuevas tensiones alcistas en el precio de los hidrocarburos -por el momento, el barril de brent no ha superado los 25 d¨®lares-, pero el t¨ªmido comportamiento de la moneda ¨²nica en los mercados de cambios no obedece s¨®lo a esa raz¨®n.
Los analistas esperan otro recorte del precio oficial del d¨®lar a finales de este mes y del euro antes del verano -
Esta semana se ha sabido que los miembros de la Uni¨®n Monetaria han crecido a una media del 0,7% en el tercer trimestre de 2000, lo que refleja un enfriamiento de la econom¨ªa de los Once (habr¨¢ que acostumbrarse a decir Doce, tras la formal incorporaci¨®n de la dracma griega), respecto al crecimiento del 0,9% registrado en el segundo trimestre. As¨ª, la Comisi¨®n Europea ha rebajado al 3,3% el crecimiento en tasa interanual, frente al 3,6% anotado en el mismo periodo del a?o anterior. Aun as¨ª, es la primera vez en los ¨²ltimos tres ejercicios que los europeos crecen m¨¢s que Estados Unidos (0,5%), aunque el crecimiento americano todav¨ªa se mantiene por encima (5,2%).
Los analistas esperan que en el ¨²ltimo trimestre el enfriamiento econ¨®mico americano sea mucho m¨¢s patente que el europeo, para finalizar el a?o con un diferencial mucho m¨¢s discreto. Y esta hip¨®tesis es la que permite a muchos expertos vaticinar nuevas bajadas de tipos de inter¨¦s en EE UU. Alan Greenspan, el presidente de la Reserva Federal, parece que ya no teme demasiado a la anunciada rebaja fiscal que el nuevo presidente, George W. Bush, quiere poner en marcha de forma inmediata. La menor carga fiscal permitir¨¢ poner en circulaci¨®n varios miles de millones de d¨®lares que pueden servir para dinamizar la demanda interna, algo conveniente para evitar un aterrizaje muy brusco y que podr¨ªa poner en peligro no s¨®lo a Estados Unidos, sino a Latinoamerica y, finalmente, a Europa.
La inflaci¨®n americana, adem¨¢s, parece estar bajo control. El ejercicio pasado cerr¨® con una subida del 3,4% (0,2% en diciembre), el nivel m¨¢s alto desde 1991, pero si se tiene en cuenta que la inflaci¨®n subyacente (descontados los precios de los productos energ¨¦ticos y de alimentos) se situ¨® en el 2,6%, pocas se?ales de alarma puede recoger Greenspan.
Precisamente la Reserva Federal anunci¨® esta semana que la producci¨®n industrial ha descendido el 0,6% en diciembre, por tercer mes consecutivo, al tiempo que mostraba su preocupaci¨®n por la debilidad demostrada en el sector manufacturero y por la ca¨ªda de ventas en plena ¨¦poca navide?a. As¨ª que es muy posible que Greenspan pueda decidir un nuevo recorte de tipos de inter¨¦s durante la pr¨®xima reuni¨®n del Comit¨¦ de Mercado Abierto, el pr¨®ximo d¨ªa 30. Algunos operadores, incluso, consideran que el recorte podr¨ªa ser de otros 0,5 puntos.
Es un escenario similar al de este lado del Atl¨¢ntico. El Banco Central Europeo (BCE) se enfrenta al reto de evitar fomentar ese enfriamiento constatado en la eurozona, que podr¨ªa acelerarse si se confirma el pesimismo americano. As¨ª que la inmensa mayor¨ªa de los analistas europeos aguarda un recorte en el precio oficial del euro a lo largo de este primer semestre. Y se basan en que la inflaci¨®n no plantea alg¨²n peligro (a pesar de que Duisenberg insista en que no 'bajar¨¢ la guardia' ante la m¨ªnima aparici¨®n de tensiones inflacionistas). Hay que recordar que Alemania cerr¨® el a?o con un aumento del IPC del 1,9%, Francia con el 1,6% e Italia con el 2,5%. Y lo cierto es que una posible relajaci¨®n monetaria incidir¨¢ negativamente en otros pa¨ªses del euro, como Espa?a y su 4%, que han perdido el control sobre los precios.
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