La fiesta del drag¨®n
Algo importante est¨¢ empezando a cambiar en Madrid. El pasado martes por la tarde, la plaza de Cabestreros, en pleno coraz¨®n de Lavapi¨¦s, era escenario del festejo de Nochevieja que saludaba el A?o Nuevo chino. Horas antes, la calle de Mes¨®n de Paredes amanec¨ªa engalanada con guirnaldas y farolillos rojos que primorosamente hab¨ªan colocado durante la noche los componentes de la colonia china en aquel barrio. A las cinco en punto de la tarde, los organizadores desplegaban una pantalla gigante por la que, conectados v¨ªa sat¨¦lite a trav¨¦s de una antena parab¨®lica, recib¨ªan im¨¢genes en directo desde Pek¨ªn. All¨ª eran las doce en punto de la noche y una gran fiesta desped¨ªa el a?o del Drag¨®n, dando la bienvenida al de la Serpiente, tal y como indica el calendario lunar. Medio millar de personas representaron sus rituales tradicionales y bailaron la danza del Rey Drag¨®n tras un enorme mu?eco que simulaba este personaje.
Era la primera fiesta de estas caracter¨ªsticas que organizaba el colectivo de vecinos y comerciantes orientales de esta zona de la capital, donde regentan unos 150 establecimientos. Todo un acontecimiento social si tenemos en cuenta que hasta ahora la mayor¨ªa de los inmigrantes chinos procuraban pasar inadvertidos. Se calcula en unos 10.000 a 15.000 los ciudadanos de esa nacionalidad que viven actualmente en Madrid, en su mayor¨ªa procedentes de la provincia de Zejiang, al norte de China. Muchos de ellos est¨¢n en situaci¨®n ilegal, e il¨ªcita suele ser tambi¨¦n la actividad que desarrollan.
Hay informes policiales estremecedores sobre los negocios que mueven sin el menor control administrativo. Miles de millones en divisas vuelan hacia la Rep¨²blica Popular China para la importaci¨®n de toda suerte de art¨ªculos. Se trata principalmente de herramientas, menaje de cocina, juguetes, regalos y ropa, casi siempre imitaciones de ¨ªnfima calidad, cuya entrada irregular est¨¢ arruinando las peque?as industrias de nuestro pa¨ªs. Productos que burlan los controles de calidad, como es el caso de los miles de patinetes que la Polic¨ªa Municipal de Madrid ha retirado del mercado por no cumplir las normas de seguridad.
La magnitud del negocio no es despreciable; s¨®lo en el pol¨ªgono industrial Cobo Calleja hay unas 300 naves donde almacenan contenedores procedentes de China. Esto es lo que traen de fuera mientras en Madrid proliferan como setas los talleres ilegales de confecci¨®n. Talleres s¨®rdidos donde viven y trabajan hacinados sin ver la luz del d¨ªa y en los que manufacturan ropa y bolsos copiando marcas en condiciones laborales propias del Tercer Mundo. Otro sector al que los inmigrantes orientales dedican especial atenci¨®n es el de la alimentaci¨®n, aunque el negocio, parad¨®jicamente, no es la comida. Ocurre principalmente en las zonas de copas del centro de Madrid, donde han abierto peque?as tiendas cuyas estanter¨ªas exhiben unos cuantos productos alimenticios. Son la tapadera para vender bebidas alcoh¨®licas a la chavaler¨ªa, que las consume en la v¨ªa p¨²blica. Luego est¨¢n los ambulantes sin licencia, los que venden compactos de m¨²sica pirateados y un largo etc¨¦tera de chanchullos ilegales que eleva al 90% la actividad de los inmigrantes chinos en r¨¦gimen de econom¨ªa sumergida. Semejante situaci¨®n les mantiene en la marginalidad, siendo presa f¨¢cil de las mafias montadas por sus propios compatriotas.
De un tiempo a esta parte, una banda especialmente violenta procedente del noroeste de China practica impunemente la extorsi¨®n entre los inmigrantes asi¨¢ticos de nuestra capital, aprovechando que sus v¨ªctimas nunca les denuncian porque siempre tienen algo que ocultar. As¨ª pues y, hasta ahora, el de la colonia china no ha sido el mejor ejemplo de lo que el flujo de extranjeros puede aportar de bueno a un pa¨ªs. La integraci¨®n plena de los inmigrantes es fundamental para la convivencia y propicia tanto el aprovechamiento de su vitalidad laboral como el enriquecimiento cultural que genera el mestizaje. Ventajas que resulta imposible obtener de un colectivo cuando se mueve en la oscuridad practicando el parasitismo.
La fiesta del drag¨®n del martes pasado permite suponer que en nuestra capital hay chinos que quieren salir a la luz y ser ciudadanos de Madrid con todas las consecuencias. Un magn¨ªfico modo de empezar el a?o de la Serpiente.
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