Vientos privatizadores en los aeropuertos
M¨¢s de 250 aer¨®dromos pasar¨¢n a manos privadas en los pr¨®ximos cinco a?os, en una carrera vertiginosa por liberalizar el sector
El ansia privatizadora no s¨®lo afecta a las compa?¨ªas a¨¦reas sino que est¨¢ comenzando a aterrizar sobre los aeropuertos, considerados hasta hasta hace tan s¨®lo unos a?os como un reducto sagrado de los Estados. Las necesidades de financiaci¨®n para acometer fuertes inversiones en infraestructuras y el atractivo creciente de la iniciativa privada ha motivado que los gobiernos de todo el mundo inicien procesos de privatizaci¨®n.
Debido a ello, el n¨²mero de pasajeros que usan aeropuertos privados ha crecido dr¨¢sticamente durante los ¨²ltimos cuatro a?os y se estima que ya sobrepasan los 200 millones. Aun as¨ª, este n¨²mero representa s¨®lo un 6% de los usuarios del transporte a¨¦reo en el mundo. Y es que la fiebre privatizadora acaba de empezar, como pone de manifiesto el hecho de que el 88% de los aeropuertos que pasaron a ser gestionados por la iniciativa privada lo hicieron en los ¨²ltimos tres a?os.
Curiosamente, Estados Unidos no es en este caso pionero de la desestatalizaci¨®n. All¨ª el proceso acaba de iniciarse con una experiencia piloto para privatizar cinco aeropuertos: Indian¨¢polis, Orlando Standfort, Stewart, Aguadilla y el de Ni¨¢gara Falls, adjudicado a la espa?ola Cintra, filial de Ferrovial para la licitaci¨®n y gesti¨®n de infraestructuras de transporte. En Europa, la situaci¨®n est¨¢ m¨¢s avanzada desde que rompiera el fuego en 1987 el Gobierno de Margaret Thatcher y decidiera privatizar la British Airports Autority (BBA).
A partir de entonces, la mayor¨ªa de los gobiernos europeos han optado por abrir a la empresa privada la gesti¨®n de los aeropuertos y, de hecho, todos los pa¨ªses de la UE tienen en marcha procesos de privatizaci¨®n parcial o total, excepto en Espa?a y Francia, si bien en el caso franc¨¦s los aeropuertos pertenecen a las c¨¢maras de comercio.
La privatizaci¨®n de aeropuertos va a continuar en todo el mundo y se calcula que unos 250 pasar¨¢n a ser gestionados por la iniciativa privada en los pr¨®ximos cinco a?os, seg¨²n un estudio de mercado que recoge la revista norteamericana Public Works Financing, especializada en concesiones p¨²blcias de infraestructuras. Las f¨®rmulas de privatizaci¨®n son muy variadas:
- Salida a Bolsa total o parcial, en busca de ingresos para el Estado y, en la mayor¨ªa de los casos, asociadas a la b¨²squeda de un socio estrat¨¦gico o n¨²cleo duro. Entre los aeropuertos que han elegido este m¨¦todo se encuentran, adem¨¢s del organismo brit¨¢nico, los de Viena, que ha llevado a cabo ya dos operaciones de venta de acciones (OPV) en 1992 y 1995 por el 27% y el 21% de su capital, respectivamente; Copenhague, cuyo 49% del capital pas¨® a manos privadas entre 1994 y 1996, y el de Fiumincino en Roma, que ha obtenido unos ingresos de 200.000 millones de pesetas con la operaci¨®n. Para este a?o est¨¢ prevista la salida a Bolsa del 75% del holand¨¦s de Schiphol, uno de los m¨¢s importantes del mundo, por el que el Estado holand¨¦s espera ingresar m¨¢s de 600.000 millones.
- Contratos de concesi¨®n, en los que se traspasa por un periodo de tiempo la gesti¨®n del aeropuerto al operador privado a cambio de unas inversiones m¨ªnimas. Este sistema ha sido utilizado en el aeropuerto brit¨¢nico de Luton, con una concesi¨®n de 30 a?os, y en las experiencias privatizadoras de Australia (Adelaida, Canberra, Darwin, Melbourne y Brisbane) y EE UU, con periodos de concesi¨®n mucho m¨¢s largos (99 a?os).
- Contratos de BOT (Build Operate Transfer), donde el objetivo es la financiaci¨®n de una inversi¨®n definida de antemano. Entre los que han elegido esta f¨®rmula est¨¢n los aeropuertos de Estambul, Varsovia, Bogota y todos los chilenos.
El Estado, en todos los casos, permanece como ente regulador y, generalmente, se reserva ciertos mecanismos de control, sobre todo en lo que se refiere a las actividades aeron¨¢uticas (relacionadas con el aterrizaje y despegue), dando m¨¢s libertad en las actividades comerciales (venta de billetes, mostradores, parking, servicios a pasajeros, etc¨¦tera).Y es que los aeropuertos son un bocado muy apetitoso para la inversi¨®n privada por muchas razones: la garant¨ªa de un crecimiento del tr¨¢fico a¨¦reo a medio y largo plazo (entre el 4% y el 5% en los pr¨®ximos cinco a?os); la limitada competencia que los convierte en aut¨¦nticos monopolios locales; un amplio margen para el crecimiento de los ingresos comerciales y el hecho de que las transacciones se hacen en monedas estables.
Espa?a, a contrapi¨¦
Espa?a es uno de los pocos pa¨ªses que han renunciado a la privatizaci¨®n de sus aeropuertos por obra y gracia del ministro de Fomento, Francisco ?lvarez Cascos, que abort¨® un proyecto de privatizaci¨®n parcial que ten¨ªa a punto su antecesor en el cargo, Rafael Arias-Salgado. Parad¨®jicamente, las empresas espa?olas son de las m¨¢s activas a la hora de participar en procesos privatizadores en el extranjero. Ferrovial es la que cuenta con mayor presencia mundial, con 12 aeropuertos y m¨¢s de 12 millones de pasajeros: Ni¨¢gara Falls (EE UU), Antofagasta (Chile), 8 aeropuertos mexicanos del Grupo Sureste (Canc¨²n, M¨¦rida, Verazcruz, Villahermosa, Oaxaca, Mintitl¨¢n, Cozumel, Huatulco y Tapachula) y el aer¨®dromo de Bristol, su m¨¢s reciente adquisici¨®n. Por su parte, Dragados gestiona el aeropuerto de Santiago de Chile (junto a FCC), el de Bogot¨¢ (Colombia) y los aeropuertos mexicanos del Pac¨ªfico (junto a AENA y Uni¨®n Fenosa). El ente p¨²blico Aeropuertos Espa?oles y Navegaci¨®n A¨¦rea (AENA) se apunt¨® con fuerza en 1996 al proceso privatizador obteniendo los aeropuertos colombianos de Cartagena y Barranquilla, que complet¨® con el de Cali.
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