Crisis de ida y vuelta en California
Mientras las distribuidoras el¨¦ctricas acumulan p¨¦rdidas, las acciones de las productoras se disparan en la Bolsa
La de California es una crisis el¨¦ctrica de circuito cerrado. Por el lado visible, el de las distribuidoras y los consumidores, desaparece el dinero; por el lado oscuro, el de las empresas productoras, el dinero fluye en abundancia. El desabastecimiento energ¨¦tico en el estado m¨¢s rico de la Uni¨®n ha provocado una situaci¨®n de emergencia y ha obligado al gobierno californiano a establecer un plan de salvamento de las dos grandes sociedades distribuidoras, Pacific Gas & Electric (PG&E) y South California Edison (SCE), para evitar su quiebra y la interrupci¨®n completa del suministro.
Simult¨¢neamente, sin embargo, las propietarias de las dos sociedades, PGE Corporation y Edison International, han aumentado sus ingresos un 27% durante el pasado a?o y sus acciones han subido un 26% esta semana. La situaci¨®n es parad¨®jica. Y las autoridades de California han empezado a investigar las cuentas.
El gas y el gas¨®leo, con los que funcionan las generadoras de electricidad, se han encarecido hasta un 50% -
Las causas directas del desastre de las distribuidoras son bien conocidas. La desregulaci¨®n del sector, aprobada en 1998 y aplicada desde la pasada primavera, las oblig¨® a desvincularse de sus activos de producci¨®n (que quedaron en manos de los holdings PGE Corporation y Edison International), a no establecer contratos a largo plazo y a comprar la energ¨ªa, de forma diaria, a un organismo independiente, el Power Exchange (Mercado El¨¦ctrico), que a su vez compraba a los productores. El gran fallo del sistema era que los productores fijaban libremente sus precios, mientras que las distribuidoras ten¨ªan un l¨ªmite, vigente hasta 2002, en las tarifas que pod¨ªan cargar a los consumidores.
Repercutir costes
En cuanto se puso en marcha la desregulaci¨®n, en abril de 2000, los productores empezaron a subir los precios. El gas natural y el gas¨®leo, con los que funcionan la mayor¨ªa de las centrales generadoras de electricidad en el oeste de Estados Unidos, se hab¨ªan encarecido hasta un 50%, y seg¨²n los productores era necesario repercutir esos costes.
Lo mismo ocurr¨ªa con las centrales hidroel¨¦ctricas: varios a?os de sequ¨ªa hab¨ªan hecho m¨¢s cara la producci¨®n. A eso se a?ad¨ªa un grave d¨¦ficit en el sector productivo, ya que no se hab¨ªan construido nuevas centrales desde hac¨ªa pr¨¢cticamente 20 a?os.
De forma paulatina, el precio del kilovatio/hora se increment¨® hasta alcanzar los 50 centavos; las distribuidoras compraban a ese precio, a trav¨¦s del Power Exchange, y vend¨ªan a un promedio de 6,7 centavos el kilovatio/hora.
Negocio ruinoso
Era un negocio ruinoso. Entre abril del a?o pasado y principios de este mes, PG&E y SCE perdieron 12.000 millones de d¨®lares, casi dos billones de pesetas, y acumularon deudas m¨¢s o menos importantes con los productores, entre ellos sus compa?¨ªas propietarias. En diciembre anunciaron que se encontraban al borde de la quiebra. Y empezaron los cortes de suministro y los apagones. Los productores quer¨ªan cobrar antes de seguir proporcionando energ¨ªa.
PGE Corporation y Edison International hab¨ªan sido, a trav¨¦s de campa?as publicitarias y de una intensa actividad de sus lobbies pol¨ªticos, los m¨¢s ardientes defensores de la desregulaci¨®n (en los t¨¦rminos en que fue aprobada por el Parlamento californiano), y parec¨ªan jugar con fuego al dejar que sus filiales distribuidoras se acercaran al colapso. Sus propias cuentas, sin embargo, nunca reflejaron ninguna dificultad. Al contrario, los ingresos de Edison International han crecido un 27% desde abril del a?o pasado, y el pasado mes de septiembre cerr¨® el ejercicio fiscal con unos beneficios superiores en un 15% a los del ejercicio anterior. En total, 607 millones de d¨®lares.
La quiebra legal en el sistema estadounidense es muy parecida a la suspensi¨®n de pagos prevista por las leyes espa?olas: un mecanismo para negociar con los acreedores y conseguir reescalonar la deuda. Los dos grandes productores contaban con que la quiebra de sus filiales no supondr¨ªa una cat¨¢strofe para ellos, en el caso improbable de que llegara a producirse. Era de prever que, como ha ocurrido, las autoridades pol¨ªticas organizaran un plan de salvamento.
Una de las medidas adoptadas por el gobernador, el dem¨®crata de centro Gray Davis, ha consistido en abolir el Power Exchange y restablecer en la pr¨¢ctica los contratos a largo plazo, con una subasta a la que han respondido una treintena de empresas productoras. El resultado de la subasta ha sido sorprendente: los precios ofrecidos por los productores rondan los 6,9 centavos por kilovatio/hora, muy cerca de los 6,7 centavos que pagan como media los consumidores y lej¨ªsimos de los 50 centavos que hasta la semana pasada cobraban al Power Exchange y, por tanto, a las distribuidoras.
Las acciones de Edison International y PGE Corporation se dispararon el jueves, con una subida que roz¨® el 30%. Merrill Lynch aconsej¨® a sus clientes que 'acumularan' las acciones de ambas compa?¨ªas y las calific¨® de 'seguras', ya que la crisis de sus filiales parec¨ªa 'en v¨ªas de soluci¨®n'.
El extra?o caso del empobrecimiento de las filiales distribuidoras y el simult¨¢neo enriquecimiento de los holdings se ve acompa?ado de otras coincidencias. Los dos bancos m¨¢s expuestos ante una posible quiebra de las distribuidoras, por el volumen de los cr¨¦ditos concedidos a PG&E y SCE, son el Bank of America y el Barclays Bank. Pero el Barclays, uno de los mayores accionistas de Bank of America, es a la vez uno de los mayores accionistas de Edison International, por lo que compensaba el riesgo contra¨ªdo con las distribuidoras con las plusval¨ªas y dividendos obtenidos en el 'holding'.
Merrill Lynch, que el mi¨¦rcoles aconsej¨® la compra de t¨ªtulos de Edison y ayud¨® por tanto a su subida en la bolsa, es a la vez otro de los grandes accionistas de la sociedad, a trav¨¦s de Merrill Lynch Investments.
El gobierno californiano admite que las distribuidoras han sufrido un desfase negativo cercano a los 12.000 millones de d¨®lares en menos de un a?o. Pero calcula que entre enero de 1998 y abril de 2000 acumularon unos 10.000 millones, gracias a ingresos regulares y, sobre todo, a las compensaciones obtenidas por desprenderse de sus plantas de producci¨®n. El gobierno cree que gran parte de ese dinero fue a parar a los holdings y a los accionistas de ¨¦stos, y ha iniciado una investigaci¨®n contable antes de adoptar nuevas medidas para salvar de la quiebra a las distribuidoras.
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