Balenciaga entra en el museo
Diez trajes del modista se unen a 15.000 piezas que los t¨¦cnicos de Antropolog¨ªa velan a falta de una sala en la que exponer
La obra de Crist¨®bal Balenciaga forma ya parte del legado hist¨®rico propiedad del Museo de Antropolog¨ªa. El departamento de textiles acaba de adquirir en una subasta 10 de los trajes creados en los a?os cincuenta por el modista nacido en Guetaria (Guip¨²zcoa). La compra, realizada por el Estado y publicada en el BOE, forma parte de los planes del museo de conservar junto a piezas textiles de los siglos XVIII y XIX otras del siglo XX. Estos 10 trajes de Balenciaga, pertenecientes a su ¨¦poca espa?ola, son los primeros adquiridos por el Estado, que ha comenzado tambi¨¦n a recibir algunas donaciones, como dos creaciones del fallecido Manuel Pi?a.
Mercedes Pasalodos Salgado, t¨¦cnica textil doctorada en indumentaria hist¨®rica, se ocupa del cuidado y conservaci¨®n de 15.000 piezas primorosamente guardadas en armarios de madera de pino natural alineados en un gran almac¨¦n en los bajos del museo. 'Lo importante es que la luz natural no entre en contacto con la ropa para que no se deteriore y pierda color', se?ala la experta.
'Abrir nuestros armarios es hacer un repaso a la historia. La ropa nos habla de los h¨¢bitos de la gente que la vest¨ªa, tambi¨¦n de c¨®mo eran'
Protegidos en fundas de algod¨®n blanco, cuelgan de perchas casacas negras bordadas y vestidos de estrechos talles, que marcaron moda dos siglos atr¨¢s. En cajones, y separados por papel de seda blanca, se guardan sombreros, paraguas, bolsitos, guantes y zapatos. Muchos de estos antiguos dise?os tienen un asombroso parecido con algunas de las propuestas m¨¢s innovadoras de los m¨¢s atrevidos dise?adores del momento. 'Abrir armarios y ver lo que hay colgados en ellos es hacer un repaso a la historia. La ropa nos habla de los h¨¢bitos de las gentes que la vest¨ªa y tambi¨¦n de c¨®mo eran', dice Mercedes Pasalodos. 'Una de las cosas que m¨¢s sorprende es la talla. S¨®lo hace falta ver los guantes para hacernos una idea de las manos tan peque?as que ten¨ªan las se?oras u observar los min¨²sculos zapatos para comprobar su limitada estatura'.
Las dimensiones corporales han cambiado tanto con el paso de los que los maniqu¨ªes en los que se muestra la ropa se hacen a la medida de la ¨¦poca, porque los que manejan los modistas de ahora no tienen nada que ver. 'La hechura de las mangas y el peso de la ropa obligaba a una postura bien distinta a la de ahora. Eso, sin tener en cuenta ¨¦pocas en que las mujeres no ten¨ªan apenas cintura y otras en que imperaba el corte imperio, donde los senos jugaban un papel protagonista', explica Pasalodos. Vestida con una bata blanca y protegidas sus manos con unos guantes de algod¨®n, la t¨¦cnica del museo mueve con sumo cuidado las perchas. 'Hay que abrir armarios y recolocar la ropa, no es bueno que una pieza est¨¦ siempre de la misma manera. La ropa nunca se lava, y si alguna vez hay que hacerlo se realiza previamente un estudio. Tampoco se plancha, y de repasar las costuras se encarga, en caso de ser imprescindible, el departamento de restauraci¨®n'.
Las ¨²ltimas joyas que cuelgan en los armarios del Museo de Antropolog¨ªa son los 10 trajes de Balenciaga que acaban de llegar. Entre ellos destaca un vestido de noche que el modista dise?¨® en los a?os cincuenta en raso color marfil sobre el que coloc¨® un fino tul del mismo color bordado con lentejuelas plateadas. Cosida al forro hay una etiqueta que dice EISA, el nombre que Balenciaga utilizaba para sus creaciones en Madrid y Barcelona. En el armario de Balenciaga tambi¨¦n hay trajes de c¨®ctel en terciopelo y gasa, y de tarde, en raso color salm¨®n y de piqu¨¦ azul claro.
'Los vestidos llegaron a la sala de subastas procedentes del guardarropa de alguna mujer espa?ola. No sabemos su identidad, s¨®lo que est¨¢n confeccionados en Espa?a', explica la t¨¦cnica.
La conservaci¨®n se hace con tal cuidado que ni tan siquiera se ha suprimido la mancha amarillenta de sudor que tiene un traje de piqu¨¦. 'Lo m¨¢s asombroso de Balenciaga es la manera que tiene de construir. Es un arquitceto de la moda. Sorprende sobre todo el gran conocimiento que tiene del cuerpo de la mujer. En sus colecciones hay influencias de Zurbar¨¢n, algunos cortes se inspiran en los h¨¢bitos de los monjes que recog¨ªa en sus pinturas, tambi¨¦n de los colores de Vel¨¢zquez y de los encajes que Goya reproduc¨ªa en su cuadros', se?ala Mercedes Pasalodos.
Los trajes de Balenciaga seguir¨¢n guardados de momento en los armarios. Nadie podr¨¢ verlos, como sucede con el resto de las piezas del museo. Desde el a?o 1973 los fondos del Museo de Antropolog¨ªa viven en el oscurantismo. La Administraci¨®n dota a sus responsables de dinero para conservar y mejorar su patrimonio, pero no encuentra un lugar para exponer.
'Vienen expertos de muchos pa¨ªses para ver lo que tenemos, para conocer los m¨¦todos de conservaci¨®n que seguimos y se quedan asombrados. La pena es que nadie m¨¢s pueda disfrutrar de todo esto. Seguimos a la espera de que la Administraci¨®n encuentre un lugar en el que podamos mostrar los tesoros que guardamos en nuestros almacenes', dice el director del Museo de Antropolog¨ªa, Pedro Manuel Berges.
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