Al f¨²tbol con los cuatro sentidos

Nadie como Rafael Mart¨ªnez Santamar¨ªa simboliza el amor por los colores azul y amarillo de la indumentaria del equipo de f¨²tbol gaditano, aunque para ¨¦l s¨®lo exista la oscuridad. A las pocas horas de nacer, hace 28 a?os, los m¨¦dicos le diagnosticaron cataratas cong¨¦nitas. Pero la ceguera irreversible que padece no le impide sentir el f¨²tbol como el que m¨¢s. Y su fidelidad por el C¨¢diz es ejemplar. Acude a todos los partidos que el conjunto cadista disputa en el estadio Carranza desde hace 11 a?os. 'Lo llevo en la sangre. Soy de los que sufren con las derrotas', confiesa Fali, como le gusta que le llamen sus amigos.

El estadio del C¨¢diz se ha convertido casi en su segunda casa. A escasos 200 metros del coliseo cadista, est¨¢ ubicado el quiosco donde este empleado de la Organizaci¨®n Nacional de Ciegos Espa?oles (ONCE) vende cupones.

Como cualquier aficionado, Fali gesticula, comenta las jugadas con la ayuda de las retransmisiones de la radio e incluso se mete con los ¨¢rbitros. 'Vivo los partidos con la misma intensidad que los m¨¢s forofos', reconoce.

Desde las gradas de preferencia -antes en el fondo norte- asiste a los partidos. 'Sigo el juego tan de cerca que, cuando marca un gol el C¨¢diz, salto incluso antes que los futbolistas. Ser¨¢ intuici¨®n, pero entre el narrador y el propio ambiente del grader¨ªo me hacer ver el partido como cualquiera', explica. Y sigue, como muestra de su fidelidad y devoci¨®n cadista: 'Huelo hasta la hierba del terreno de juego y, en ocasiones, me entran ganas de acudir incluso a los entrenamientos'.

Su relaci¨®n con el C¨¢diz comenz¨® cuando este equipo se tuteaba con los equipos de la Primera Divisi¨®n. Fali recuerda con a?oranza esa etapa y, en especial, la pasi¨®n que despert¨® el jugador salvadore?o M¨¢gico Gonz¨¢lez. 'El mago era ¨²nico. Siempre quise ver su toque de bal¨®n, en especial, cuando le marc¨® ese golazo al Racing de Santander', relata este invidente que intenta emular a su ¨ªdolo en los campeonatos de f¨²tbol para ciegos que organiza la ONCE.

Comparte adem¨¢s una vieja aspiraci¨®n de la afici¨®n amarilla: 'Soy optimista por naturaleza y no descarto que M¨¢gico Gonz¨¢lez regrese alg¨²n d¨ªa al C¨¢diz. Aqu¨ª podr¨ªa ense?ar a los ni?os a jugar al f¨²tbol. No olvidemos que los peque?os eran su delirio'.

La culminaci¨®n de este sue?o com¨²n compensar¨ªa los disgustos que el C¨¢diz ha dado a la afici¨®n estos ¨²ltimos a?os. 'Justo es reconocer que mi C¨¢diz s¨®lo me da sufrimientos. Esta temporada lo he pasado fatal. El club ha estado a punto de desaparecer, lo que hubiera significado acabar con gran parte de mis sentimientos', lamenta.

Afirma que pasa inadvertrido en las gradas del Carranza, aunque lo cierto es que recibe el cari?o de cuantos suelen sentarse en sus proximidades. El mismo cari?o que pudo sentir cuando el capit¨¢n del equipo, Ra¨²l L¨®pez, le entreg¨® una camiseta firmada por todos sus compa?eros. 'Ha sido un detalle que jam¨¢s olvidar¨¦', confiesa con el mismo grado de excitaci¨®n que siente cuando pronuncia su ¨²ltimo deseo: 'Ser¨ªa un a?o completo si a finales de junio, despu¨¦s de todo lo que hemos sufrido, logramos ascender de categor¨ªa'.

Y concluye con humor: 'Aunque pueda parecer una perogrullada, ser¨ªa una temporada en la que no todo lo ver¨ªa oscuro'.