La 'generaci¨®n Maragall'
La semana pasada, Pasqual Maragall cumpli¨® 60 a?os. Aparte de la felicitaci¨®n personal por el aniversario, el dato es aparentemente irrelevante desde el punto de vista pol¨ªtico: es una buena edad para hacer pol¨ªtica, o al menos lo ha sido tradicionalmente, y una edad en la que una persona se puede encontrar en plena forma. S¨®lo hay una cosa que convierte esta informaci¨®n en un dato pol¨ªtico de inter¨¦s o incluso sorprendente: desmiente un t¨®pico m¨¢s o menos divulgado seg¨²n el cual Maragall es el relevo generacional l¨®gico de Jordi Pujol, representa una generaci¨®n pol¨ªtica posterior, una renovaci¨®n, un rejuvenecimiento del personal pol¨ªtico. El maragallismo ha jugado tanto con esta idea que muchas personas, a buen seguro, cuando han le¨ªdo estos d¨ªas que Maragall cumpl¨ªa los 60, se han sorprendido. Pujol tiene 70 a?os, y Maragall, 60. Hay diferencia, pero no una enorme diferencia. Maragall puede ser la alternativa a Pujol, pero no su relevo generacional. Porque, al fin y al cabo, pol¨ªticamente Pujol y Maragall forman parte de la misma generaci¨®n. Si de lo que se trata es de promover en alg¨²n momento un relevo generacional, ser¨¢n los dos, toda la generaci¨®n, la que ser¨¢ relevada.
Maragall no puede presentarse como el abanderado de un cambio generacional porque no lo es
De hecho, a efectos pol¨ªticos, los dos pertenecen a la generaci¨®n que hizo la transici¨®n. En ella hab¨ªa gente todav¨ªa mayor, como Santiago Carrillo y Manuel Fraga. Pujol tal vez llevaba prepar¨¢ndose para esta transici¨®n m¨¢s tiempo que Felipe Gonz¨¢lez o Adolfo Su¨¢rez. Pero Maragall, Serra, Pujol, Roca, Sol¨¦ Tura -y un sinn¨²mero de alcaldes, algunos de ellos muy buenos alcaldes, que llegaron al poder municipal antes de los a?os ochenta- pertenecen a la misma hornada pol¨ªtica, la hornada de los fundadores, de los que hicieron el cambio, de los que pusieron los fundamentos de la situaci¨®n actual. Con perspectiva hist¨®rica, se ver¨¢ que ha sido una muy buena hornada pol¨ªtica. Pero su tiempo se est¨¢ acabando. Aznar y Zapatero son ya de la generaci¨®n del relevo. Lo son tambi¨¦n, es evidente, Artur Mas y Duran Lleida. No lo es Maragall. Ni por edad ni por trayectoria: 60 a?os y una larga alcald¨ªa de Barcelona. Gonz¨¢lez y Su¨¢rez viven en una jubilaci¨®n m¨¢s o menos activa. Serra est¨¢ y no est¨¢ al mismo tiempo. Pujol y Maragall son plenamente activos. Pero todos pertenecen a la misma generaci¨®n pol¨ªtica.
Maragall puede presentarse leg¨ªtimamente como una alternativa a Pujol. Dentro de la misma generaci¨®n, representan cosas muy distintas, en cierto modo antit¨¦ticas. Pero, en la l¨®gica generacional, est¨¢n en el mismo plano. Como lo estaban Su¨¢rez y Felipe Gonz¨¢lez. Pero no puede presentarse como el abanderado de un cambio generacional, porque no lo es. Lo era Aznar respecto a Felipe Gonz¨¢lez. Lo son Mas y Duran respecto a la generaci¨®n que hizo la transici¨®n. Pero no lo es Maragall respecto a Pujol. Presentarlo como tal ha sido una falacia que exig¨ªa olvidar algunos datos, desde la propia edad de Maragall hasta su larga trayectoria como alcalde de Barcelona. Maragall no es un pol¨ªtico nuevo. Maragall es un pol¨ªtico de la transici¨®n. Esto no tiene nada de malo. Lo ¨²nico malo es ocultarlo, negarlo, fingir que se es otra cosa.
Buena parte de los pol¨ªticos formados en aquellos momentos no est¨¢n ya en la primera l¨ªnea. Est¨¢n, pero no en primera l¨ªnea. Es l¨®gico pensar que en la pr¨®xima legislatura este cambio generacional llegar¨¢ a Catalu?a. Si Pujol no se presenta -como parece tener decidido-, en CiU se apostar¨¢ por el relevo generacional. Maragall se presentar¨¢, seguro. Los socialistas intentar¨¢n dar la ¨²ltima oportunidad a la generaci¨®n de la transici¨®n, buscando una cierta pr¨®rroga antes de que le llegue el inevitable relevo. En cualquier caso, Maragall no podr¨¢ ir a estas elecciones envuelto en la bandera del cambio. S¨ª lo podr¨¢ hacer en la de la alternativa o la del respeto a una larga trayectoria pol¨ªtica personal que busca su colof¨®n. No podr¨¢ hacerlo envuelto en la bandera de representar a una generaci¨®n nueva sobre la que articular una acci¨®n pol¨ªtica de futuro.
Joaquim Ferrer i Roca es diputado al Parlament
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