El baj¨®n de la econom¨ªa fuerza un recorte del gasto en Estados Unidos
El baj¨®n econ¨®mico en Estados Unidos est¨¢ causando ya dificultades presupuestarias. Mientras en Washington se discute a¨²n sobre qu¨¦ hacer con el presunto, y cada vez menos probable, super¨¢vit federal de los pr¨®ximos a?os, los Estados empiezan a recortar gastos porque su recaudaci¨®n fiscal est¨¢ muy por debajo de lo que se esperaba. Los 15 Estados que dependen de impuestos sobre las ventas y la producci¨®n industrial son los m¨¢s perjudicados.
La escasez de ventas en la campa?a de Navidad y en las rebajas de enero se traducir¨¢, este a?o, en peores dotaciones para educaci¨®n y salud en gran parte de Estados Unidos, sobre todo en el sur y el Medio Oeste. El presupuesto escolar de Misisip¨ª, el Estado m¨¢s pobre, fue recortado un 3% la semana pasada porque los ingresos fiscales se han reducido en 250 millones de d¨®lares; en Carolina del Sur, que tuvo un super¨¢vit de 200 millones el a?o pasado, el gasto en administraci¨®n tendr¨¢ que contraerse un 15%; en Carolina del Norte faltan 740 millones para cubrir el presupuesto y se prepara la declaraci¨®n de emergencia fiscal (que permite cortar gastos sin aprobaci¨®n parlamentaria); en Missouri, Kansas, Michigan y otros Estados, la situaci¨®n es similar. El secretario de Estado de Tennesee, Riley Darley, afirma que los ingresos fiscales han ca¨ªdo 'al nivel propio de una recesi¨®n'.
Un estudio de Arturo P¨¦rez, especialista presupuestario de la Conferencia Nacional de Parlamentos Estatales, recogido ayer por The New York Times, demuestra que los Estados disfrutaron el a?o pasado de la mejor situaci¨®n financiera en 20 a?os. Seg¨²n el mismo estudio, este a?o las cosas ser¨¢n muy distintas. 'El cambio ha sido tan r¨¢pido que a¨²n no hemos conseguido asumirlo. Pero habr¨¢ que adaptarse. Otros Estados sufren lo mismo y, cuando la econom¨ªa se frena, todo el mundo se ve perjudicado', declar¨® Jim Hodges, gobernador de Carolina del Sur. A¨²n hay excepciones: Estados muy basados en los servicios, como Nueva York, mantienen un ritmo fiscal satisfactorio. El pasado 4 de enero, la oficina de Arturo P¨¦rez public¨® un informe que pronosticaba un ejercicio fiscal apacible para casi todos los estados. Un mes despu¨¦s, la misma oficina ha rectificado radicalmente todas sus previsiones.
La misi¨®n de recortar el gasto ser¨¢ especialmente penosa, porque recae en gobernadores y parlamentarios poco habituados a los sacrificios presupuestarios. 'Nadie elegido despu¨¦s de 1992 se ha visto obligado a recortar un presupuesto', reconoce John Kitzhaber, gobernador de Oreg¨®n. 'Este ser¨¢ el a?o m¨¢s dif¨ªcil en una d¨¦cada', anunci¨® Kitzhaber el mes pasado, en el discurso inaugural de la legislatura. La clase pol¨ªtica y los ciudadanos se hab¨ªan habituado a la prosperidad de la era Clinton y nadie est¨¢ preparado para la nueva situaci¨®n.
Alarma en Washington
La evoluci¨®n de los presupuestos estatales resulta ominosa para Washington. La Oficina Presupuestaria del Congreso aument¨®, hace s¨®lo unos d¨ªas, hasta 5,6 billones de d¨®lares (casi mil billones de pesetas) la previsi¨®n de super¨¢vit fiscal para el conjunto de la pr¨®xima d¨¦cada. Sin embargo, la mayor¨ªa de los economistas consideran que esos c¨¢lculos optimistas son ya papel mojado. El presupuesto federal se nutre principalmente de los impuestos sobre la renta y el patrimonio, que se recaudan anualmente y en los que a¨²n no ha podido traducirse el efecto del baj¨®n econ¨®mico.
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