Los cient¨ªficos piden acceso libre al genoma
La presentaci¨®n del primer an¨¢lisis desemboca en duras cr¨ªticas al proyecto privado
La tregua pactada desde el pasado mes de junio entre los investigadores p¨²blicos y los privados permiti¨® una presentaci¨®n ¨²nica del mapa del genoma humano ayer en Washington, pero era tan fr¨¢gil que salt¨® por los aires durante el acto y en las presentaciones celebradas por el consorcio p¨²blico internacional en Par¨ªs, Berl¨ªn, Londres y Tokio. Mientras los responsables del consorcio p¨²blico destacaban el libre acceso a los datos, la compa?¨ªa Celera, que ha hecho una versi¨®n paralela usando v¨ªas alternativas, no escond¨ªa la esperanza de que sus datos repercutan en su cuenta de beneficios. En Londres, Par¨ªs, Berl¨ªn y Tokio la actitud de Celera fue criticada con dureza. 'El genoma no est¨¢ en venta', asegur¨® John Sulston, coordinador del equipo brit¨¢nico, 'y ser¨ªa criminal dejar esta investigaci¨®n en manos privadas'. Jean Weissenbach, director del centro de secuenciaci¨®n franc¨¦s, afirm¨® en Par¨ªs que est¨¢ claro que Celera se ha basado en datos p¨²blicos para completar su genoma. 'Su t¨¦cnica no ha funcionado y no permite un estudio exhaustivo del genoma humano, pero Celera se niega a reconocerlo', declar¨®. En Tokio, Yoshiyuki Sakaki, coordinador del trabajo en ese pa¨ªs para el consorcio p¨²blico, asegur¨® que existen pocas diferencias entre las dos versiones, pero lament¨® el 'perjuicio' que causa a la ciencia que Celera no permita a otros cient¨ªficos verificar sus datos.
La aparente tregua al menos ha servido para evitar que la carrera merme la fiabilidad de los resultados. Tanto Craig Venter, presidente de Celera Genomics, como Francis S. Collins, responsable de la investigaci¨®n p¨²blica desde el Instituto Nacional de la Salud de EEUU, compart¨ªan ayer la impresi¨®n de que un estudio valida el otro. El hecho de que la publicaci¨®n sea simult¨¢nea, en Nature y en Science -que no conjunta- tambi¨¦n otorga mayor fiabilidad a los dos mapas gen¨¦ticos.
Adem¨¢s, el anuncio de ayer no habr¨ªa ocurrido si Celera no se hubiera disparado en bolsa en 1998 con la promesa de completar el mapa antes del fin del a?o 2000 (ayer subi¨® su cotizaci¨®n en Wall Street de 5,65 a 47,25 d¨®lares). Eso empuj¨® al proyecto p¨²blico y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, ha permitido que ayer se completara algo que no estaba previsto hasta dentro de cuatro a?os. El resto es una batalla cient¨ªfica y empresarial que oblig¨® a que ayer incluso tuvieran que pactarse de antemano en Washington los tiempos de exposici¨®n de los cient¨ªficos de cada proyecto. Decenas de cient¨ªficos con aspecto de serlo intercambiaban tarjetas en el sal¨®n del hotel Capitol Hilton de Washington en el que se formalizaba la presentaci¨®n; estaba claro que no se conoc¨ªan.
El consorcio p¨²blico todav¨ªa mantiene que su m¨¦todo de trabajo es el ¨²nico que proporciona secuencias completas, a falta s¨®lo de completar -en los dos pr¨®ximos a?os- los huecos. Celera opina lo contrario. Aunque Venter ayer se mostr¨® 'impresionado' por el trabajo del consorcio p¨²blico, trat¨® de demostrar que su investigaci¨®n tiene menos lagunas que la p¨²blica, aunque el sistema empleado sea te¨®ricamente menos fiable.
Eric Lander, director cient¨ªfico del mapa gen¨¦tico financiado con fondos p¨²blicos, respondi¨® a su colega con una defensa de los resultados de su investigaci¨®n, y lleg¨® a calificar el proyecto privado como 'un experimento'. Lander fue m¨¢s all¨¢ de la rivalidad presente y, record¨® que este libro de la vida permite 'investigar la causa real de enfermedades como el asma, la diabetes o la hipertensi¨®n, cuyo origen no conocemos'.
Celera, para dar un paso m¨¢s que su contrincante, aprovech¨® la jornada para anunciar que ha culminado el genoma del rat¨®n. La empresa ceder¨¢ gratuitamente parte de la informaci¨®n, pero cobrar¨¢ a sus suscriptores por los recovecos de mayor valor cient¨ªfico, aquellos que pueden servir para buscar datos relevantes en el mapa gen¨¦tico humano. El hecho es especialmente importante ahora que los cient¨ªficos han descubierto que el hombre apenas tiene un pu?ado de genes m¨¢s que el rat¨®n.
En el otro lado, Collins trataba de remarcar en cada frase que la investigaci¨®n p¨²blica ha construido una herramienta gratuita. Los dos bandos coinciden en dos cosas al menos: en que ambos mapas son borradores y en que el genoma tiene muchas cosas que no comprenden todav¨ªa. Seg¨²n Lander, el llamado ADN basura, las vastas regiones des¨¦rticas -sin genes ni funci¨®n conocida- del genoma humano puede deparar grandes sorpresas, similares a la de encontrar abundante material gen¨¦tico que parece proceder de bacterias en el genoma humano. Venter, igual que hizo el a?o pasado, aprovech¨® la presentaci¨®n para demostrar que no hay diferencias gen¨¦ticas entre los individuos analizados, independientemente de su raza.
La ministra de investigaci¨®n alemana, Edelgard Bulmahn, anunci¨® ayer en Berl¨ªn, al presentar junto con cient¨ªficos alemanes la situaci¨®n actual de la investigaci¨®n del genoma humano en Alemania, el establecimiento de una red nacional de investigaci¨®n que situar¨¢ a este pa¨ªs en el primer lugar de las investigaciones en Europa, informa Sandra Ellegiers. Bulmahn afirm¨® que Alemania pasar¨¢ 'en Europa al primer lugar en cuanto al fomento p¨²blico del an¨¢lisis de la funci¨®n de los genes y la utilizaci¨®n de los resultados cient¨ªficos en la lucha contra las enfermedades'. El Gobierno alem¨¢n destinar¨¢, en los pr¨®ximos tres a?os, 870 millones de marcos ( 73.950 millones de pesetas) a la investigaci¨®n del genoma humano, 350 millones m¨¢s que en a?os anteriores. Alemania multiplic¨® en los ¨²ltimos dos a?os cuatro veces sus inversiones en esta ¨¢rea y, seg¨²n el cient¨ªfico del Instituto de Biotecnolog¨ªa Molecular de Jena Matthias Platzer, el hecho que este pa¨ªs ocupe, dentro del Proyecto del Genoma Humano, solamente un 1,5 % - Estados Unidos el 60% y el Reino Unido, el 23%- no es significativo en cuanto al resultados de las investigaciones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.