11 serbios mueren en el ataque a autobuses escoltados por la OTAN en Kosovo
Fuentes en Pristina de la Organizaci¨®n para la Seguridad y Cooperaci¨®n en Europa (OSCE) relataron ayer a este peri¨®dico que el ataque se produjo a unos tres kil¨®metros del l¨ªmite provincial entre Kosovo y el resto de Serbia. En ese momento, el convoy, formado por siete autobuses de color rojo pertenecientes a la empresa serbia Nis Express, atravesaban la localidad de Lidavica, que antes de la guerra estaba habitada por unas quinientas personas de etnia albanesa y en la actualidad permanece pr¨¢cticamente deshabitada. En el convoy viajaban entre 200 y 250 personas. 'Hab¨ªa veh¨ªculos militares de nacionalidad sueca delante de los autobuses, detr¨¢s y entre ellos. Mientras atravesaban el pueblo, una bomba estall¨® al paso del primer autob¨²s', se?al¨® la misma fuente, que a?adi¨® que probablemente se hab¨ªa utilizado un dispositivo de control remoto para hacer estallar la bomba.
Tras la explosi¨®n, el autob¨²s qued¨® reducido a un amasijo de hierros. R¨¢pidamente helic¨®pteros de la fuerza internacional para Kosovo (Kfor) comenzaron a sobrevolar la zona, unos para tratar de identificar a posibles sospechosos y otros para evacuar a los heridos. La mitad fue trasladada al hospital universitario de Pristina, el m¨¢s importante de Kosovo, mientras la otra mitad fue admitida en Camp Bondsteel, cerca de Urosevac, la gigantesca base militar que sirve como cuartel general para las tropas estadounidenses en la zona.
Los pasajeros de los otros seis autobuses se negaron a continuar su viaje a Podujevo, situado a unos treinta kil¨®metros al norte de Pristina, y decidieron regresar a Serbia.
Las reacciones no se hicieron esperar. Inmediatamente, el comandante en jefe de la Kfor, el general italiano Carlo Cabigiosu, orden¨® reforzar los controles en el interior de Kosovo, con lo que la libertad de desplazamientos qued¨® restringida. Por su parte, el general de brigada brit¨¢nico Robert Fry, bajo cuyo mando queda la zona donde se produjo el ataque, mand¨® a sus tropas que sellaran Lidavica y afirm¨® que el atentado demuestra 'un total desprecio por la vida humana y por la reputaci¨®n de Kosovo en todo el mundo'.
Horas despu¨¦s, otros cuatro serbios murieron en el sur de Kosovo cuando otro autob¨²s fue tiroteado por desconocidos, seg¨²n confirm¨® la portavoz de la Unmik, Susan Manuel.
?ste es el tercer ataque que se produce en pocos d¨ªas contra autobuses a bordo de los cuales viajan serbios que se ven obligados a comprar v¨ªveres fuera de Kosovo. El primero se produjo el pasado martes al sur, cerca de la frontera con Macedonia. Entonces, una persona -el conductor de un autob¨²s- result¨® muerto y otras tres heridas a causa de diversos disparos. La informaci¨®n fue difundida ayer por la agencia France Presse, y, aunque Susan Manuel, asegur¨® no tener noticia del ataque, fuentes de la OSCE en Pristina confirmaron a este peri¨®dico que la agresi¨®n se hab¨ªa producido, aunque sin detallar el n¨²mero de v¨ªctimas.
120 kil¨®metros para ir a la compra
Los m¨¢s de 200 serbios que ayer sufrieron un atentado en el interior de Kosovo volv¨ªan de la ciudad serbia de Nis, a la que viajan con frecuencia para poder comprar productos de primera necesidad que les es imposible adquirir en el interior de Kosovo, por la sencilla raz¨®n de que, o bien los albanokosovares no se los venden, o prefieren no arriesgar la vida abandonando los reductos en los que viven para comprar en el otro lado, por ejemplo, un kilo de az¨²car.En la misma situaci¨®n se encuentran los serbios de otros enclaves de Kosovo. En algunos lugares, como Kosovo-Polje, a escasos kil¨®metros de Pristina, los serbios no pueden ni siquiera cruzar la calle por miedo a los ataques de sus vecinos, y desde sus ventanas observan las tiendas albanesas, surtidas en muchas ocasiones con productos de contrabando a los que no tienen acceso. Para ellos, la Kfor puso en marcha el pasado oto?o un tren semanal con destino a Mitrovica, al norte de Kosovo, donde viven unos 30.000 serbios en una situaci¨®n menos angustiosa que en el resto de la zona. La mayor parte del trayecto atraviesa territorio albanokosovar, y la Kfor pens¨® que ser¨ªa buena idea que serbios y albaneses participaran en el proyecto. 'No se pusieron de acuerdo ni en qui¨¦n deb¨ªa conducir el tren', explicaba el pasado septiembre el entonces jefe de la Kfor, el general espa?ol Juan Ortu?o. El tren marcha, pero conducido por soldados italianos y vigilado estrechamente.Los serbios se quejan constantemente de la falta de protecci¨®n y de la ineficacia en esta labor de las fuerzas internacionales, y esgrimen el argumento de las cifras. Desde que la administraci¨®n internacional se hiciera cargo de la provincia yugoslava, en junio de 1999, unos mil serbios han muerto asesinados, seg¨²n reconoce la misma Unmik. Desde entonces s¨®lo ha habido una semana -la de las elecciones locales de octubre de 2000- en la que no se ha producido ning¨²n asesinato. Ayer, el secretario general de la OTAN, George Robertson, record¨® la ingente cantidad de ayuda internacional que recibe Kosovo, y vincul¨® su continuidad al fin de la violencia ¨¦tnica.
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