7 CLAVES
Bush despega. Sharon modela un gobierno de unidad nacional. Pero no es la pol¨ªtica, sino la ciencia, con el genoma, la que concentra la atenci¨®n mundial.
1. Bush arranca
A un mes de la toma de posesi¨®n, George W. Bush ya toma cuerpo en el paisaje pol¨ªtico planetario, mientras su antecesor, Bill Clinton, se hunde en el barro del conflicto suscitado por los indultos de ¨²ltima hora dictados desde la Casa Blanca. ?Y qu¨¦ gesto imperial pod¨ªa caracterizar mejor una presidencia que un ataque a¨¦reo, defensivo por supuesto, contra el dictador Sadam Husein, al que no consigui¨® liquidar Bush padre? Pero no todo son gestos. La nueva Administraci¨®n ha planteado ya algunas l¨ªneas de su pol¨ªtica de Defensa, basada en una reducci¨®n dr¨¢stica del arsenal nuclear y en la creaci¨®n de un escudo antimisiles (NMD) que proteja al territorio norteamericano de los estados irresponsables. Es el final de la posguerra fr¨ªa y el inicio de una etapa todav¨ªa sin nombre ni doctrinas estrat¨¦gicas definidas. Pero la primera comparecencia internacional de Bush ha correspondido a un asunto casi dom¨¦stico. Como marca la cortes¨ªa, ha ido a visitar al vecino del rellano, a Vicente Fox, tambi¨¦n reci¨¦n llegado a su nuevo piso de la presidencia mexicana.
2. El or¨¢culo
Estados Unidos no ha entrado todav¨ªa en recesi¨®n, pero el contador del crecimiento desfallece sobre el cero. Con dos trimestres seguidos la recesi¨®n tendr¨ªa carta de naturaleza leg¨ªtima. No es el caso, porque probablemente lo peor ya ha pasado. Como en el or¨¢culo de Delfos, las palabras de Alan Greenspan, pensadas para evitar que el tiempo le quite la raz¨®n, permiten todas las interpretaciones. Bush quiere bajar los impuestos para evitar la recesi¨®n y Greenspan admite que habr¨¢ que bajarlos s¨®lo si hay recesi¨®n porque sus efectos no se notar¨¢n a corto plazo. Y la nota de color americano: los m¨¢s ricos, un grupo de m¨¢s de 100 billonarios (por mil millones de d¨®lares cada uno como m¨ªnimo) se ha dirigido al presidente para rechazar una reforma de la fiscalidad favorable a los intereses de sus herederos. El esp¨ªritu norteamericano, basado en el m¨¦rito y en el esfuerzo individuales, no casa con el concepto tan europeo y aristocr¨¢tico de una riqueza que se adquiere por m¨¦rito del nacimiento.
3. Premio al provocador
Ariel Sharon, el halc¨®n de los halcones, ha conseguido formar un Gobierno de unidad en Israel, con una amplia base parlamentaria que supera los 80 diputados. El todav¨ªa primer ministro en ejercicio, Ehud Barak, ha accedido finalmente a seguir en el Gobierno, como ministro de Defensa. Sharon, el hombre que prendi¨® la mecha de la segunda Intifada con su visita provocadora a la explanada de las mezquitas de Jerusal¨¦n, ha visto recompensado su gesto y ha devuelto el ascensor a Barak, que le autoriz¨® a realizar la ignici¨®n de la revuelta palestina. A diferencia de otras latitudes, donde los provocadores reciben su justo castigo, los gestos radicales reciben premios en esa tierra disputada y ensangrentada. Sucedi¨® con el asesinato de Rabin, que abri¨® las puertas del Gobierno al Likud. Con la provocaci¨®n de Sharon, que le ha convertido en primer ministro. E incluso con el ¨²ltimo atentado palestino que ha echado una mano a la formaci¨®n del Gobierno de unidad nacional. Este nuevo Gabinete, con una amplia base en los partidos m¨¢s nacionalistas y confesionales, tiene el mandato impl¨ªcito de defender Jerusal¨¦n y los asentamientos de colonos jud¨ªos en territorio palestino. Enfrente, mientras tanto, agoniza la entelequia palestina, arruinada econ¨®micamente, acosada militar y policialmente, corrompida en su propia direcci¨®n y situada en el callej¨®n sin salida del cuanto peor mejor, con catastr¨®ficos resultados sobre la poblaci¨®n que administra.
4. Aznar en Jerusal¨¦n
Testigo de primera l¨ªnea de estas jornadas convulsas ha sido Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, el presidente espa?ol, que se ha adelantado a todos los mandatarios occidentales a la hora de entrevistarse con Sharon. Aznar se ha visto obligado a corregirse a s¨ª mismo y a su ministro de Exteriores por las descalificaciones sobre el pasado del nuevo primer ministro, y ha recibido tambi¨¦n un peque?o revolc¨®n con su propuesta de una segunda conferencia de Madrid que nadie apoya y que da m¨¢s apariencias de af¨¢n de protagonismo que de realismo pol¨ªtico. Tambi¨¦n ha tenido que o¨ªr insoportables comparaciones entre Espa?a e Israel, la OLP y ETA por parte de Ehud Barak, el primer ministro saliente y apologista de la venganza y del terrorismo de Estado. Barak ser¨¢ el ministro de Defensa de Sharon, y en buena demostraci¨®n de que no le temblar¨¢ el pulso ha elogiado el asesinato selectivo de un miembro de la guardia personal de Arafat con misiles desde un helic¨®ptero israel¨ª. ?Qu¨¦ tiene que ver todo esto con un Estado de Derecho como es Espa?a?
5. ETA, la muerte
ETA quiso matar otra vez, de nuevo con un coche bomba en Madrid. No lo consigui¨®, pero no perdi¨® por ello la notoriedad y el efecto de amedrentamiento que supone todo atentado. Contra el efecto del miedo se han alzado esta semana los universitarios vascos, arropados por 52 de los 61 rectores espa?oles, en un emotivo acto contra el terrorismo que evoca el enfrentamiento entre Unamuno y Mill¨¢n Astray en la Salamanca de la guerra civil. Hoy como entonces la universidad es incompatible con el fascismo, es la inteligencia frente a la muerte, la libertad frente al miedo. Pero no siempre es f¨¢cil la claridad. Es evidente que el PNV quiso tender una trampa al PP con la propuesta de reprobaci¨®n del golpe de Estado del 18 de julio de 1936. Pero tambi¨¦n lo es que s¨®lo el PP consider¨® que ten¨ªa m¨¢s a ganar que a perder neg¨¢ndose a aceptar el envite como hicieron los otros partidos, algunos tan moderados como CiU. El partido de Aznar nunca ha condenado el putsch franquista con el que se inici¨® la guerra civil y debe creer probablemente que no conviene hacerlo porque parte de su electorado no lo entender¨ªa. A fin de cuentas, la ¨²nica trampa de la propuesta del PNV, que inclu¨ªa la condena a ETA, era precisamente que el PP no votara a favor y pudiera aparecer ante una parte del electorado vasco como el partido de los franquistas que anularon la autonom¨ªa e intentaron erradicar la lengua vasca.
6. La iniciativa
La competencia entre Gobierno y oposici¨®n se centra ahora en ver qui¨¦n tiene la iniciativa pol¨ªtica. Tras las cositas y el regreso a la Tierra del presidente gal¨¢ctico, la disputa con Zapatero empieza a tomar ritmo de combate pol¨ªtico. Hasta ahora s¨®lo hab¨ªa Gobierno y ahora ya hay oposici¨®n, y ambos quieren demostrar qui¨¦n tiene las mejores ideas e iniciativas. En el pacto antiterrorista fue Zapatero, aunque los r¨¦ditos se los lleve Mayor Oreja. Ahora son el reparto del agua y la inmigraci¨®n los terrenos donde se disputa el liderazgo. Pronto ser¨¢ la financiaci¨®n auton¨®mica. Aznar lleva una mano de ventaja con el plan hidrol¨®gico, pues ha dividido a las comunidades auton¨®mas socialistas. En la inmigraci¨®n el combate est¨¢ m¨¢s abierto, como lo est¨¢ en la reforma de la Justicia, un asunto de aparentes grandes miras pero de objetivos muy limitados, como conseguir un Consejo del Poder Judicial m¨¢s conservador y af¨ªn al Gobierno.
7. La gran noticia
Pero la gran noticia de este arranque de siglo es la lectura del genoma humano. Su envergadura empeque?ece todo lo que haya podido ocurrir en una semana y promete ocupar muchas p¨¢ginas de peri¨®dico en los pr¨®ximos a?os. A su lado, apenas cuenta la colisi¨®n de un submarino nuclear americano con un barco escuela, a pesar del esc¨¢ndalo que ha producido en Jap¨®n. Ni la persecuci¨®n que sufre el ministro de Exteriores alem¨¢n, Joschka Fischer, a quien los conservadores no perdonan su pasado izquierdista. Ni el terrorismo que ahora golpea a los serbios en Kosovo y recuerda a los europeos que tienen un c¨¢ncer en su flanco balc¨¢nico de imprevisible potencial explosivo. S¨®lo la agon¨ªa del Tercer Mundo -?frica, con sus enfermedades y sus ni?os soldados, sus poblaciones desplazadas y sus hambrunas, o El Salvador con sus huracanes y terremotos- promete disputar con noticias catastr¨®ficas el protagonismo de la ciencia, entre otras razones porque sus beneficios apenas llegar¨¢n a esas poblaciones martirizadas.
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