El nuevo Larry Bird llega de Alemania
Dirk Nowitzki, de los Mavericks, es se?alado como el sucesor del m¨ªtico n¨²mero 33 de los Celtics
El 8 de noviembre de 1895 el f¨ªsico alem¨¢n Wilhelm Conrad Rontgen, rector de la Universidad de Wurzburgo, descubri¨® lo que hoy conocemos como rayos X. Por su gran descubrimiento Rontgen recibi¨® el primer premio Nobel de F¨ªsica en 1901. M¨¢s de cien a?os despu¨¦s el equipo de baloncesto de la localidad, Wurzburgo Rayos X (sobrenombre en honor al f¨ªsico), ha encumbrado un jugador que se ha convertido en un personaje tan popular en esta poblaci¨®n de 120.000 habitantes del estado de Baviera como lo es Rontgen.
Dirk Nowitzki, a sus 22 a?os, lleva tan s¨®lo nueve dedicado al baloncesto. Menos de una d¨¦cada le ha bastado al alem¨¢n para hacerse un nombre dentro del mundo de la canasta. Tres a?os en la NBA y figura indiscutible de los Mavericks junto a Michael Finley. Sin embargo, lo m¨¢s impactante es que su juego ya es comparado al del mism¨ªsimo Larry Bird, uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto. Todo esto para un joven que lanz¨® su primer bal¨®n a canasta a los 13 a?os. Su padre, Joerg, entrenador de balonmano, se empe?¨® en convertirlo en un buen lateral izquierdo. En casa de los Nowitzki el baloncesto era cosa de mujeres, su madre Helga, antigua integrante de la selecci¨®n alemana, y su hermana Silke, eran las que practicaban este deporte. 'Ellas lo jugaban, as¨ª que cre¨ªa que el baloncesto era un juego de se?oritas. Pero la primera vez que pis¨¦ una cancha descubr¨ª lo mucho que me gustaba', ha afirmado el jugador. La decisi¨®n de abandonar el balonmano supuso una dura ¨¦poca en la relaci¨®n padre-hijo.
Holger Geshwindner, capit¨¢n de la selecci¨®n alemana de baloncesto que particip¨® en los Juegos Ol¨ªmpicos de M¨²nich en 1972, fue su maestro. Le ense?¨® todos los fundamentos del juego y fue su primer entrenador en Wurzburgo. Nowitzki acudi¨® con la selecci¨®n alemana al europeo j¨²nior de Tarbes (Francia). Es en ese momento cuando el Bar?a se fij¨® en ¨¦l. El jugador incluso viaja a la Ciudad Condal y realiza varios entrenamientos pero las presiones de su padre y su entrenador hacen que vuelva a Alemania. En su ¨²ltima temporada en Wurzburgo lidera al equipo, que consigue el ascenso de Segunda Divisi¨®n y a la Bundesliga. Los ojeadores de los Mavericks no pasaron por alto a este jugador. 'Su magn¨ªfico lanzamiento fue la principal raz¨®n por la que lo fichamos', afirma Nelson.
Dirk no ten¨ªa a¨²n 20 a?os y ya se vio incluido en el draft de 1998 donde fue elegido por Milwaukee Bucks en el noveno lugar de la primera ronda. Inmediatamente fue traspasado a Dallas a cambio de Robert Traylor. 'Es la primera vez que veo todo un partido en el banquillo, en Alemania jugaba los 40 minutos', coment¨® Nowitzky tras no disputar ni un solo minuto en uno de sus primeros encuentros en la NBA. Cuando esto suced¨ªa, el alero alem¨¢n se marchaba al pabell¨®n de entrenamiento y lanzaba durante una hora a canasta. Don Nelson, el t¨¦cnico de Dallas, a pesar de no contar demasiado con Dirk, ten¨ªa fe en su rendimiento augur¨¢ndole que en un futuro ser¨ªa All Stars.
La temporada pasada Nowitzki fue titular en 81 de los 82 partidos de la liga regular. Sus promedios: m¨¢s de 17 puntos y seis rebotes por partido. El reconocimiento le lleg¨® en el fin de semana de las estrellas. M¨¢s de un estadounidense se qued¨® at¨®nito cuando contempl¨® a este alem¨¢n de 2,11 y 108 kilos de peso, acabar segundo en el concurso de triples.
El juego de Nowitzki causa asombro all¨¢ donde va, sube el bal¨®n, dribla y lanza de tres puntos como si de un escolta se tratara. No se ve¨ªa nada igual desde Larry Bird. 'Es justo comparar a Dirk con Larry, hay muchas similitudes entre ambos: lanzamiento exterior, manejo de bal¨®n, capacidad reboteadora', subraya Don Nelson. El m¨ªtico n¨²mero 33 de los Celtics promedi¨® 20 puntos y 10 rebotes en sus tres primeras temporadas en la NBA; Nowitzki, en tres a?os, ha logrado 20 puntos y 9 rebotes de media por partido. Seg¨²n los t¨¦cnicos de Dallas, a¨²n hay un ingrediente del mejor Larry Bird que le falta al b¨¢varo: el juego interior. El pasado verano, en Wurzburgo, Dirk se puso de nuevo en manos de Holger Geshwindner para trabajar ese aspecto.
Geshwindner no s¨®lo se ocupa de la educaci¨®n baloncest¨ªstica de Nowitzki. El t¨¦cnico alem¨¢n cree que para llegar a ser un gran jugador hay que desarrollar inter¨¦s en otras facetas de la vida. Con este fin ha regalado a Nowitzky un saxo, le ha recomendado libros sobre Albert Einstein, Alejandro Magno y fil¨®sofos alemanes, adem¨¢s de incitar a la novia de Dirk a que le lleve a la ¨®pera.
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