Los jueces que condenaron a 18 a?os de prisi¨®n a una traficante reincidente le dan permiso carcelario
Los magistrados Arturo Beltr¨¢n, Jes¨²s Guijarro y Paloma Pereda, de la Secci¨®n Quinta de la Audiencia de Madrid, conoc¨ªan sobradamente a Tamara S. P., ciudadana colombiana de 44 a?os, cuando hace apenas tres meses les lleg¨® un recurso de la interna pidiendo un permiso carcelario. La juez de vigilancia se lo hab¨ªa denegado y el fiscal apoyaba la decisi¨®n, ya que sobre Tamara pesaban dos condenas graves por traficar con drogas en Madrid. Y, adem¨¢s, la condena m¨¢s alta, de 10 a?os, se la hab¨ªa ganado mientras disfrutaba de un permiso carcelario durante su primera condena de ocho a?os de c¨¢rcel.
Ambos delitos fueron juzgados en la Secci¨®n Quinta de la Audiencia, ya que los instruyeron dos juzgados de la plaza de Castilla, el 13 y el 42, que dependen de esta secci¨®n. Pero se da la circunstancia de que esa secci¨®n, adem¨¢s de pronunciarse sobre los delitos que les llegan de sus juzgados adscritos, tambi¨¦n es la m¨¢xima instancia judicial penitenciaria de la Comunidad de Madrid. Es decir, resuelve los recursos que llegan desde los tres juzgados de vigilancia que hay en la plaza de Castilla.
La primera vez que estos tres jueces se toparon con Tamara en el banquillo fue en febrero de 1993. Tamara acudi¨® esposada porque hab¨ªa llegado a Madrid en un vuelo de Avianca, procedente de su pa¨ªs natal, con casi un kilo de coca¨ªna en el falso fondo de una maleta. La partida de droga costaba casi seis millones en el mercado negro. Los magistrados la condenaron a ocho a?os de c¨¢rcel por un delito contra la salud p¨²blica y otro de contrabando. Tambi¨¦n le impusieron una multa de 101 millones de pesetas, que no pag¨® por ser insolvente.
Tamara ingres¨® en prisi¨®n y, a?os despu¨¦s, dentro de las medidas de reinserci¨®n que establecen las leyes penitenciarias, un juez de vigilancia le concedi¨® un permiso. Corr¨ªa el a?o 1995. Durante ese permiso, Tamara volvi¨® a ser detenida. La polic¨ªa efectu¨® un registro en su casa de Madrid y le intervino dos bolsas con casi un kilo de hero¨ªna. Igualmente, se le decomis¨® un pasaporte a nombre de Nikis Chatzimina y una tarjeta familiar de residente en Espa?a a nombre de Mar¨ªa Gabriela Sanz.
La procesada, seg¨²n declar¨® probado el tribunal en la sentencia, hab¨ªa sustituido las fotograf¨ªas de las titulares de ambos documentos por otras suyas. La acusada admiti¨® que la droga era suya y que fab¨ªa falseado los documentos. El caso lleg¨® de nuevo a los jueces de la Secci¨®n Quinta y ¨¦stos le impusieron 10 a?os de c¨¢rcel por tr¨¢fico de drogas y falsedad.
Los jueces han vuelto a saber de Tamara hace s¨®lo unos meses. La mujer se dirigi¨® a ellos para pedirles un permiso carcelario, pues el juzgado de vigilancia se lo hab¨ªa negado. En esta ocasi¨®n, los magistrados actuaban como instancia superior de vigilancia penitenciaria, no como tribunal sentenciador. Estudiaron el caso y le dieron el permiso. 'La penada', razonan los jueces en el auto, 'tiene 44 a?os, es visitada con regularidad en la c¨¢rcel por un compa?ero, tiene una oferta de trabajo, casi ha cumplido ya las tres cuartas partes de la condena [lo que da opci¨®n a la libertad condicional] y su conducta en prisi¨®n tiene notas meritorias'. Por ello procede concederle un permiso de salida de tres d¨ªas.
En el auto, los jueces se muestran conscientes de que la penada 'puede hacer un nuevo mal uso del permiso, pero tambi¨¦n es posible', explican, 'que su denegaci¨®n impida iniciar con paso firme un camino de reinserci¨®n'. Los magistrados a?aden en el auto que 'la responsabilidad de un nuevo mal uso del permiso' es 'exclusivamente de ella [de Tamara]', como del 'tribunal es la responsabilidad' de evitar 'las consecuencias negativas que para su reinserci¨®n supondr¨ªa deneg¨¢rselo'. Y agregan: 'Cumplidas como est¨¢n ya en muy sustancial medida las finalidades retributivas y de prevenci¨®n de la pena, este tribunal no tiene derecho a negarse a incrementar las posibilidades de reinserci¨®n, entendidas en el modesto y democr¨¢tico sentido del art¨ªculo 59 de la Ley Penitenciaria como capacidad de vivir en libertad con respeto a la ley penal'.
Seg¨²n fuentes penitenciarias, Tamara disfrut¨® recientemente del citado permiso de tres d¨ªas, no delinqui¨® y volvi¨® a la c¨¢rcel para seguir purgando la condena que a¨²n tiene pendiente.
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