El ¨²ltimo secreto del rey

Un a?o de trabajo, un descubrimiento casual en el centro de Madrid, los mejores t¨¦cnicos del Ministerio de Educaci¨®n, del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, de la Consejer¨ªa de Educaci¨®n de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de la capital han sido necesarios para revelar el secreto mejor guardado de la Corona en los reinados de Carlos III y Carlos IV: la f¨®rmula con la que se fabricaba la porcelana del Buen Retiro, la ¨²nica que fue capaz de hacer la competencia a las manufacturas francesas de S¨¨vres, Meissen (Alemania) y Gran Breta?a. Tanta fue su importancia que franceses e ingleses, aprovechando la Guerra de la Independencia, destruyeron hasta los cimientos la industria de donde sal¨ªan las temidas manufacturas con las que rivalizaban.

Los expertos han descubierto ahora, 200 a?os despu¨¦s de la destrucci¨®n de la f¨¢brica, que los materiales utilizados para elaborar este secreto de Estado eran proenst¨¢tica, alfa-cuarzo y alfa-cristobalita, adem¨¢s de sepiolita de Vallecas, un elemento hasta entonces nunca utilizado en cer¨¢mica y del que en Madrid existen gigantescos yacimientos.

Salvador de Aza, investigador del CSIC y coordinador del proyecto, recuerda que la porcelana era conocida en el siglo de la Ilustraci¨®n como 'el oro blanco'. 'Un plato y una taza costaban unas 200.000 pesetas actuales. Las casas reales de toda Europa desarrollaron sus propias tecnolog¨ªas para hacerse con el secreto'.

La Real F¨¢brica de Porcelanas del Buen Retiro, que abasteci¨® en exclusiva a la Corte espa?ola y cuyas instalaciones estaban consideradas secretas, fue convertida en 1808 en un fort¨ªn por las tropas de Napole¨®n. En 1812 el ej¨¦rcito ingl¨¦s la bombarde¨®, saque¨® e incendi¨® en un intento de desalojar a los francesas. M¨¢quinas, documentos y f¨®rmulas sucumbieron as¨ª pasto de las llamas. Durante casi dos siglos, una de las porcelanas m¨¢s famosas del mundo se convirti¨® as¨ª en material s¨®lo de museos. Los diversos intentos para recuperar la f¨®rmula hab¨ªan acabado siempre en fracaso. Ning¨²n museo o palacio que tuviera alguna pieza daba permiso para analizarla. Las manufacturas resultaban demasiado valiosas para arriesgarse a que fuera da?adas.

Sin embargo, en 1995 el Ayuntamiento de Madrid concedi¨® permiso para la celebraci¨®n de una prueba de coches en pleno parque del Retiro. El paso de los autom¨®viles provoc¨® algunos socavones en el terreno y desenterr¨® unas viejas estructuras de ladrillo que nadie recordaba. La Direcci¨®n General de Patrimonio de la Comunidad investig¨® aquellos restos y descubri¨® que se trataba del complejo hidra¨²lico utilizado para lavar las tierras que se empleaban en la desaparecida f¨¢brica. Se hall¨® tambi¨¦n la profunda galer¨ªa en la que se vert¨ªan los restos defectuosos. Por primera vez, se dispon¨ªa de trozos que se pod¨ªan analizar.

Para determinar la composici¨®n exacta de la manufactura, los expertos han utilizado tambi¨¦n los apuntes hallados en el Museo Arqueol¨®gico y que pertenec¨ªan a Bartolom¨¦ Sureda y Miserol, director de la f¨¢brica entre 1803 y 1808, por orden de Carlos IV.

'Las anal¨ªticas realizadas han demostrado', se?alan fuentes de la investigaci¨®n, 'que Sureda utiliz¨® para fabricar la porcelana unos materiales sencillos y baratos, muy alejados de los seis elementos que usaban, por ejemplo, los ingleses. Adem¨¢s, no incluy¨® el plomo, muy com¨²n en las manufacturas de la competencia'.

La f¨¢brica del Buen Retiro fue creada por Carlos III en 1760. La instituci¨®n daba prestigio a la Corona y equilibraba la balanza de pagos, ya que evitaba la importaci¨®n de productos de lujo. La industria se asentaba en lo que entonces eran las afueras de la capital, dentro de una enorme construcci¨®n. Con el fin de evitar que se descubriera el secreto de su fabricaci¨®n, pose¨ªa una sola entrada, custodiada por un militar.

Pero su coraz¨®n era el Obrador de Qu¨ªmica, el lugar donde se fabricaba una pasta con plasticidad suficiente para su modelado y la necesaria resistencia. La guerra acab¨® con aquel lugar de la alquimia ilustrada. S¨®lo las tecnolog¨ªas del siglo XXI (el microscopio electr¨®nico, la bioqu¨ªmica, el acoplamiento inductivo y la fluorescencia de rayos X) han sido capaces de revelar ahora el secreto mejor guardado del rey.