El enfermo de Europa estornuda
Turqu¨ªa ve amenazada su convergencia con la UE tras el estallido de la crisis econ¨®mica
La sala de profesores de la Facultad de Letras de la Universidad de Ankara est¨¢ que trina. 'La corrupci¨®n tiene la culpa de todo', pontificaba el catedr¨¢tico Sahin Yenisehirlioglu, que acababa de llegar de su programa semanal como comentarista pol¨ªtico en la televisi¨®n privada Canal 8. 'T¨² ya sabes que yo no me meto en pol¨ªtica, pero el Gobierno tiene la culpa', se justificaba Ertrugulp ?nalp, jefe del departamento de Espa?ol. Como casi todos los turcos, los docentes expresan en p¨²blico sus protestas contra el recorte de su capacidad adquisitiva, que estiman ya en un 40%, provocada por la crisis financiera m¨¢s grave de los ¨²ltimos seis a?os.
La devaluaci¨®n de la lira en un tercio de su valor frente al d¨®lar amenaza con desencadenar ahora una carrera inflacionista en la econom¨ªa turca, despu¨¦s de haber hecho que se tambalearan la semana pasada los mercados emergentes desde Hong Kong hasta Buenos Aires. El Imperio Otomano era llamado el 'enfermo de Europa' a finales del siglo XIX en plena descomposici¨®n del sultanato, agobiado por sus gigantescas deudas con los pa¨ªses occidentales. En el recuerdo de aquella quiebra de todo un imperio basan hoy los analistas financieros internacionales su convencimiento de que el moderno Estado turco, fundado por Mustaf¨¢ Kemal, Ataturk, en 1923, preferir¨ªa dejar sin comer a sus s¨²bditos antes que dejar de pagar sus facturas externas.
Es m¨¢s que probable que la econom¨ªa dom¨¦stica de los turcos se vea sometida a estricta dieta. Y para evitar excesos, de momento ya han subido un 10% el tabaco y el alcohol. Pero la Turqu¨ªa moderna salida de la I Guerra Mundial y la otomana s¨ª que muestran un cierto paralelismo de fin de modelo pol¨ªtico. De hecho, la crisis estall¨® el pasado d¨ªa 19, cuando el primer ministro, Bulent Ecevit, y el presidente de la Rep¨²blica, Ahmet Necdet Sezer, se enfrentaron ante la c¨²pula militar en el Consejo de Seguridad Nacional. Ambos intentaron cerrar la crisis el lunes en el mismo escenario, de nuevo ante el silencio de los generales y sin que haya rodado ninguna cabeza en el Gabinete.
Deyra Sevni?, vicedirectora de la Asociaci¨®n de Empresarios Turcos en Ankara -la poderosa patronal Tusiad, que genera el 60% de los impuestos del pa¨ªs-, insiste a su vez en que el Gobierno debe reajustar su equipo econ¨®mico para devolver la confianza a los agentes sociales. 'Queremos ver a alguien que d¨¦ la cara, y a ser posible a un viceprimer ministro responsable de los asuntos econ¨®micos, pero no estamos a favor de unas elecciones adelantadas porque s¨®lo servir¨ªan para causar m¨¢s inestabilidad'.
Sevni? reconoce que las estructuras econ¨®mica de Turqu¨ªa se han modernizado con mucha mayor rapidez que las 'superestructuras pol¨ªticas'. 'El Gobierno debe sanear el sector financiero, porque si no los bancos no podr¨¢n proporcionar liquidez a las empresas', advierte la dirigente empresarial. El plan de estabilidad econ¨®mica que ahora ha quedado en el aire era un requisito de la Uni¨®n Europea para entreabrir sus puertas al eterno aspirante turco.
Es dif¨ªcil ocultar que tras la disputa pol¨ªtica entre el primer ministro, Ecevit, y el presidente, Sezer, se oculta la corrupci¨®n galopante que corroe en los ¨²ltimos meses a los bancos p¨²blicos que est¨¢n a punto de ser privatizados. Como detallan fuentes diplom¨¢ticas conocedoras del caso, el organismo equivalente en Turqu¨ªa al Fondo de Garant¨ªa de Dep¨®sitos hab¨ªa garantizado que cubrir¨¢ todos los n¨²meros rojos de las entidades en venta. As¨ª que muchas personas pr¨®ximas al poder -incluso un sobrino del ex presidente Suleim¨¢n Demirel est¨¢ acusado ante los tribunales- se lanzaron a una aut¨¦ntica barra libre de cr¨¦ditos multimillonarios concedidos a empresas ficticias o a punto de quebrar. El Tesoro ha tenido que acabar haci¨¦ndose cargo de la factura del pillaje en la banca p¨²blica, que algunas fuentes turcas cifran en 20.000 millones de d¨®lares (3,6 billones de pesetas).
La crisis econ¨®mica ya se hab¨ªa larvado antes de que el presidente y el primer ministro se arrojaran el texto de la Constituci¨®n ante la mirada de los militares. Pero Turqu¨ªa no es Indonesia, ni mucho menos Tailandia; es un aliado estrat¨¦gico dentro de la OTAN, con fronteras con los Balcanes o el C¨¢ucaso, pero tambi¨¦n con los ayatol¨¢s y con Sadam Husein. De manera que el Fondo Monetario Internacional no va a dejar en la estacada a la econom¨ªa turca, aunque es claro que los turcos van a tener que apretarse el cintur¨®n.
Sospechas de guerra sucia
La pacificaci¨®n del sureste de Anatolia, la regi¨®n donde se concentra la mayor¨ªa de la poblaci¨®n kurda (una quinta parte de los 65 millones de habitantes de Turqu¨ªa), ha sido la nota dominante desde la detenci¨®n, hace dos a?os, del l¨ªder kurdo, Abdal¨¢ Ocalan, en contraste con la guerra abierta que hab¨ªan librado durante m¨¢s de 15 a?os las fuerzas de seguridad del Estado y los combatientes del Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n (PKK). 'Hay quien parece interesado en que la inestabilidad se perpet¨²e en el sureste', explicaba un diplom¨¢tico europeo en Ankara para expresar sus sospechas de una guerra sucia contra nacionalistas kurdos. Selahattin ?ge, militante del Partido Revolucionario del Pueblo (Hadep, ala pol¨ªtica del PKK), fue secuestrado por dos enmascarados que llevaban uniforme de campa?a del Ej¨¦rcito, molido a palos y abandonado en la ciudad de Karliova.
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