Apariencias y realidades
Cruasanes, paellas, filetes rusos o tortillas Alaska son platos cuyos nombres desmienten su historia o su composici¨®n
Apariencia y realidad presentan un apasionante dilema. Siempre se ha dicho que la propia luna es enga?osa: cuando tiene la forma de una C (la inicial de creciente) est¨¢ menguando y cuando tiene la forma de una D (como decreciente) est¨¢ en fase creciente. Y hablando de la luna, m¨¢s bien de la media luna, en cocina y reposter¨ªa existe un caso cosa curioso con esto de los nombres que enga?an: los cruasanes.
?Por qu¨¦ es enga?oso uno de los principales protagonistas de los desayunos europeos, al margen de que los hagan con grasazas innobles en lugar de con mantequilla de primera? Pues s¨ªmplemente por su nombre: croissant deriva de las palabras croix sainte, es decir, cruz santa. Pero su forma, muy conocida de todos, es la de una media luna.
La explicaci¨®n parece que no es inventada, sino que realmente sucedi¨®. Nos remonta nada menos que a 1638 en el segundo sitio de Viena por parte de los turcos. Al parecer, los panaderos de Viena, que trabajaban, como ahora, de noche, oyeron los ruidos que produc¨ªan los turcos excavando un t¨²nel. Merced a ello se rechaz¨® la invasi¨®n. En reconocimiento, se concedi¨® a los panaderos vieneses el derecho a hacer unos bollos con la forma de la media luna ¨¢rabe. Algo as¨ª como la Cruz santa vencendo a la media luna...
En algo tan nuestro como la paella tambi¨¦n se producen algunas confusiones. La paella, tan hisp¨¢nica ella, goza un nombre tomado del franc¨¦s del siglo XIV (paele). En franc¨¦s actual, la sart¨¦n se llama po¨ºle. En castellano, la paila que se usaba en el siglo XVI era sin¨®nimo de vasija grande de metal redonda y poco profunda. Hoy llamamos impropiamente paellera a esa sart¨¦n donde se confecciona la paella valenciana, pero en realidad paellera es s¨®lo una se?ora que hace arroz en paella...
Y todo esos platos que apodamos como 'rusos' o 'a la rusa', ?son realmente de aquel pa¨ªs? La verdad es que tienen, por lo general, poco que ver. Los filetes rusos, unas alb¨®ndigas aplastadas hasta que quedan planas, recuerdan algo a los bitokes rusos.
La ¨²nica relaci¨®n de la ensaladilla rusa con aquel pa¨ªs llega a trav¨¦s de los cocineros franceses de la corte de los zares. Cuando regresan a su pa¨ªs despu¨¦s del triunfo de la Revoluci¨®n Rusa llevan entre sus recetas ese plato, que precisamente antes hab¨ªan llevado ellos a aquel pa¨ªs en un curioso viaje de ida y vuelta. El pastel ruso es un invento parisino, en concreto, un homenaje de Napole¨®n III al zar Alejando II con motivo de la visita que ¨¦ste realiz¨® a la Exposici¨®n Universal de 1855.
Otra curiosidad: ?la tortilla Alaska, es originaria de aquel g¨¦lido Estado norteamericano? Pues la verdad es que no. Llamada de muchas formas, todas ellas con un com¨²n denominador (tortilla Alaska, Noruega o sorpresa), en primer lugar no es una tortilla en sentido estricto y tampoco es de origen noruego o de Alaska, sino un invento del f¨ªsico norteamericano Benjam¨ªn Thomson de Rumford, quien en 1804, dentro de sus trabajos sobre el calor, quiso demostrar que era posible cocer un helado.
Este f¨ªsico intentaba demostrar que la clara de huevo es mala conductora del calor. Para ello, el entonces chef del hotel de Par¨ªs de Montecarlo, Jean Giroix, realiz¨® esta preparaci¨®n, una mal llamada tortilla elaborada s¨ªmplemente con claras y az¨²car, es decir, un merengue italiano, en cuyo interior coloc¨® un biscuit helado. Pese a que el plato se calent¨® primero en el horno y se flambe¨® despu¨¦s con ron, el helado permanec¨ªa en su interior sin deshacerse.
Pastel de arroz
No menos curioso y muy cercano al Pa¨ªs Vasco es el caso de los pasteles de arroz. Si un pastel se identifica con la vida de una ciudad, ning¨²n ejemplo m¨¢s claro que el de los pasteles de arroz con Bilbao. Se trata de unas tartaletas de crema orgullo de las pasteler¨ªas de la capital vizca¨ªna, pero lo que se dice de arroz... nada de nada. Tal vez se llamen as¨ª porque antiguamente se hicieran con arroz o con crema de arroz, pero los actuales s¨®lo guardan en su masa una deliciosa crema cocida.
Antiguamente eran famosos en las confiter¨ªas bilba¨ªnas los pasteles de espinaca, aunque esos s¨ª que llevaban la verdura que pregonaban en su nombre.
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