La letra, con cena entra

Hay muchas maneras de aprender ingl¨¦s. Pero ninguna tan suculenta como delante de una buena cena. Ni tan ex¨®tica como que la cena sea oriental, y la profesora, una brit¨¢nica de origen bengal¨ª que es, adem¨¢s, una consumada chef de platos de India o Bangla Desh. As¨ª, entre velas, pollo o cordero a la tikka y exquisitas ensaladas, F¨¢tima Zaman imparte sus clases de ingl¨¦s durante dos o tres horas, las que invierten los comensales en degustar los diferentes platos. Est¨¢ prohibido hablar en castellano durante todo ese tiempo. Zaman aplica la vieja teor¨ªa de que la letra, con cena entra.

Dos o tres veces por semana, cuando los estudiantes-comensales acuerdan reunirse (nunca en un grupo mayor de seis personas), F¨¢tima Zaman prepara un men¨² indio en su casa de Granada, enciende s¨¢ndalos de suave olor y se viste a la moda de Bangla Desh. Luego, mientras van llegando los invitados, los recibe habl¨¢ndoles en ingl¨¦s. Un ingl¨¦s que se hablar¨¢ exclusivamente a lo largo de toda la noche y que servir¨¢ para que Zaman explique las costumbres del pa¨ªs de sus padres, las modas, las tradiciones.

'Es una forma de dar a conocer otra cultura, la cultura brit¨¢nica que no es anglosajona', explica la profesora, una economista que se enamor¨® de Granada desde la primera vez que acudi¨® con sus padres como turista y ley¨® los Cuentos de la Alhambra, de Washington Irving. 'Pero en realidad, se habla de todos los asuntos, de cualquier cosa'.

La finalidad es que quienes acuden a las clases-cenas de Zaman perfeccionen su nivel de ingl¨¦s en un ambiente coloquial y sepan desenvolverse como si estuvieran en Gran Breta?a. No son clases para no iniciados en el manejo del idioma. De hecho, a las cenas asisten estudiantes de los ¨²ltimos cursos de Traducci¨®n en Interpretaci¨®n.

Zaman, que desde hace varios a?os vive en Granada, parece una mujer de iniciativas. Ya en su pa¨ªs, su tesis como economista le vali¨® que fuese invitada al Parlamento brit¨¢nico para explicar sus ideas sobre el desarrollo de las peque?as y medianas empresas de cara al siglo XXI y sobre las posibilidades como negocio que ofrecen los restaurantes de comida india. Su familia, de hecho, es propietaria de uno de estos grandes restaurantes en Londres, lo que hizo que Zaman comprendiera la importancia del mundo de los negocios.

Su pasi¨®n por Granada fue la que hizo que se trasladara a Espa?a. 'Cuando vi la Alhambra, comprend¨ª el esplendor que hubo aqu¨ª en el pasado. Soy musulmana y no me ha costado nada habituarme a la ciudad', explica. 'Me siento muy c¨®moda aqu¨ª'.

La profesora pronto vi¨® que los modos de ense?anza del ingl¨¦s respond¨ªan siempre al mismo patr¨®n de academia o clases particulares. Decidi¨® ofrecer algo m¨¢s llamativo: las cenas. Por 8.000 pesetas dos personas o 2.500 por persona si son grupos de cuatro o seis, el interesado puede perfeccionar el idioma, ponerse al d¨ªa de las cuestiones m¨¢s candentes en Gran Breta?a, India o Bangla Desh y conocer unos platos en los que se mezclan las carnes asadas, las salsas de menta, las especias o el coco.

Curiosamente, los espa?oles que acuden a las clases son minor¨ªa. Hay alemanes y marroqu¨ªes, sobre todo. 'Tambi¨¦n se debe', explica Zaman, 'a que la iniciativa no se conoce mucho'. Ataviada con su sari, la profesora habla a sus alumnos de las tradiciones de un mundo que resulta ex¨®tico y lejano y lleno de inter¨¦s. Adem¨¢s de gastronom¨ªa e idiomas, en las cenas tambi¨¦n se aprende tolerancia.