150 inmigrantes no tienen un lugar donde vivir tras abandonar el encierro
Las administraciones buscan soluciones
Essadililou Ghouessadi, un joven marroqu¨ª de 21 a?os que lleg¨® a Barcelona hace seis meses despu¨¦s de jugarse la vida en un temerario viaje en patera por el que pag¨® 200.000 pesetas, es uno de los sin papeles que anoche no ten¨ªa d¨®nde cobijarse. A la salida de la iglesia del Pi, tras finalizar la asamblea que puso fin al encierro, Ghouessadi no ocultaba su preocupaci¨®n por un futuro incierto, pese a la esperanza de que obtendr¨¢ un permiso de residencia tras el pacto firmado con la Delegaci¨®n del Gobierno.
La esperanza es lo ¨²nico que le queda, puesto que no posee nada: ni dinero, ni familia, ni trabajo. Tampoco un techo bajo el que dormir, por lo que anoche ten¨ªa previsto regresar de nuevo a la iglesia de la Mare de D¨¦u de la Medalla Miraculosa, donde ha permanecido encerrado los ¨²ltimos 47 d¨ªas y donde sigui¨® una huelga de hambre que le oblig¨® a estar varios d¨ªas hospitalizado.
Como Ghouessadi, el senegal¨¦s Bright Solomon, nacido en Sierra Leona hace 22 a?os, tem¨ªa ayer que el fin del encierro le obligara de nuevo a dormir al raso en la plaza de Catalunya, como hizo tantas noches en noviembre pasado. Ha estado encerrado en la iglesia de Sant Agust¨ª y su semblante risue?o cambia radicalmente al recordar la patera que le condujo a ¨¦l y a sus compa?eros a la costa de Algeciras. Pag¨® 1.000 d¨®lares por el pasaje y la traves¨ªa fue una tortura. En noviembre lleg¨® a Barcelona. No ten¨ªa dinero, ni conocidos, ni trabajo, de modo que pas¨® muchas noches durmiendo al aire libre.
Cuando cristaliz¨® la protesta de los sin papeles, Bright Solomon se sum¨® a ella. Se considera un buen electricista pero no ha logrado ning¨²n empleo de su oficio. Sabe que faltan especialistas como ¨¦l y conf¨ªa en que cuando le den la documentaci¨®n le ser¨¢ m¨¢s f¨¢cil encontrar trabajo.
Con el objetivo de buscar una soluci¨®n para los inmigrantes que como Ghouessadi y Solomon se han quedado sin techo al finalizar el encierro, la consejera de Bienestar Social, Irene Rigau, convoc¨® ayer a una reuni¨®n a la delegada del Gobierno en Catalu?a, Julia Garc¨ªa Valdecasas, y a la concejal del Ayuntamiento de Barcelona N¨²ria Carrera.
El Ayuntamiento de Barcelona se ha declarado dispuesto a colaborar con el resto de instituciones en la b¨²squeda de soluciones para estos inmigrantes. Los responsables municipales hab¨ªan reclamado una reuni¨®n institucional para tratar de buscar una soluci¨®n antes de que finalizara el encierro.
MOHAMED AITALLALI
'Poco se puede esperar de un Gobierno de derechas'
Mohamed Aitallali rompe en sollozos cuando, al recordar sus 47 d¨ªas de encierro en la iglesia de Sant Agust¨ª, su memoria se detiene en el momento en que hubo de ser hospitalizado durante 20 d¨ªas por el decaimiento y los graves problemas de salud que le provoc¨® una huelga de hambre de dos semanas. 'Tuve miedo, perd¨ª 11 kilos y llegu¨¦ a creer en un desenlace fatal', explicaba ayer. Aitallali, de 26 a?os y carpintero de profesi¨®n, no conf¨ªa demasiado en que la protesta haya servido de mucho. 'Poco se puede esperar de un Gobierno de derechas', afirmaba el joven, que, como muchos de sus compatriotas, lleg¨® a Barcelona con un sue?o que se desvaneci¨® al poco de pisar tierra firme tras un viaje en patera por el que pag¨® m¨¢s de 100.000 pesetas.
BAFF ABOU
'Barcelona es maravillosa, espero que me dejen quedar'
No ocultaba su alegr¨ªa por salir a la calle despu¨¦s de 47 d¨ªas de encierro en la iglesia del Pi. Ahora volver¨¢ a ganarse la vida de cuclillas en las aceras, vendiendo gafas de sol y artesan¨ªa africana sobre una alfombra, como hac¨ªa antes. Como el resto de los encerrados, no quiere dar detalles de su largo viaje desde Senegal hasta Almer¨ªa. Lleg¨® en patera por la noche y atraves¨® el estrecho de Gibraltar con un nudo en la garganta. Estuvo en Almer¨ªa unos meses malviviendo, hasta que consigui¨® un billete de autob¨²s para Barcelona. Le hab¨ªan hablado mucho de esta gran ciudad y, pese a las estrecheces que ha pasado, su entusiasmo por vivir aqu¨ª se mantiene intacto. 'Barcelona es una ciudad maravillosa. Espero que me dejen quedar', dice.
MBAYE POUE
'Ahora, lo que nos importa es que nos den los papeles'
Exceptuando los 47 d¨ªas que permaneci¨® encerrado en la iglesia del Pi, Mbaye Poue, de origen senegal¨¦s, vive de la venta ambulante. Ha participado en el encierro con una veintena de compatriotas, a los que se siente unido. Tiene 29 a?os y lleva 12 meses en Barcelona. No tiene documentaci¨®n pero se siente muy afortunado porque cuenta con unos paisanos que le alojar¨¢n en su piso hasta que normalice su situaci¨®n. Dice que no pas¨® penalidades para llegar a Espa?a -entr¨® con un visado- pero s¨ª para quedarse. Cuenta que algunas noches, para consolarse unos a otros, explicaban las vicisitudes por las que se vieron obligados a pasar para llegar hasta Barcelona. 'Pero eso ya es pasado. Ahora lo que nos importa es que nos den los papeles y que podamos trabajar y vivir aqu¨ª'.
PARAMJIT SINGH
'Cualquiera que me contrate no se arrepentir¨¢'
Tiene tiene 38 a?os y es de nacionalidad hind¨². Ha estado encerrado en la iglesia del Pi durante 40 d¨ªas. No tiene documentaci¨®n y desde que recal¨® en Barcelona hace tres a?os ha vivido en distintas poblaciones del ¨¢rea metropolitana. Cuando decidi¨® incorporarse al encierro viv¨ªa en el barrio de Sant Roc de Badalona y all¨ª volvi¨® ayer, al salir. Es pintor pero no tiene trabajo. Conf¨ªa en que cuando le den los papeles, no le ser¨¢ dif¨ªcil encontrarlo. Eso al menos le han dicho. Pero, por si acaso, pone mucho inter¨¦s en enumerar los oficios que puede hacer y destaca que sabe conducir. 'Cualquiera que me contrate no se arrepentir¨¢', insiste. Habla con entusiasmo del futuro, pero ni una palabra de c¨®mo lleg¨® a Barcelona. ?se es un pozo oscuro del que prefiere no hablar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Inmigrantes africanos
- N¨²ria Carrera
- Julia Garc¨ªa-Valdecasas
- Inmigrantes asi¨¢ticos
- Permisos trabajo
- Inmigrantes magreb¨ªes
- Permisos residencia
- Delegados Gobierno
- Incidentes
- Inmigrantes
- Comunidades aut¨®nomas
- Ayuda social
- Catalu?a
- Subdelegaciones del Gobierno
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Pol¨ªtica social
- Inmigraci¨®n
- Pol¨ªtica migratoria
- Administraci¨®n Estado
- Espa?a
- Migraci¨®n
- Administraci¨®n p¨²blica
- Demograf¨ªa
- Sucesos
- Sociedad