La ruina de las 'vacas locas'
La crisis bovina arrastra a varios sectores y causa p¨¦rdidas superiores a 50.000 millones
Hasta finales de noviembre del a?o pasado, Espa?a se manten¨ªa al margen de una enfermedad, la encefalopat¨ªa espongiforme bovina -el mal de las vacas locas-, que parec¨ªa cosa de otros. Pero el optimismo dur¨® poco. La aparici¨®n oficial en aquellas fechas del primer caso de un animal afectado puso de relieve la cadena de problemas que el mal ha tra¨ªdo consigo, y que se extiende desde su crianza y explotaci¨®n hasta los canales de distribuci¨®n. Seg¨²n los ganaderos y la propia industria, la demanda de carne de vacuno ha ca¨ªdo entre un 40% y un 50%; el sacrificio medio mensual de animales ha pasado de 210.000 cabezas a s¨®lo 100.000, y los precios en origen han ca¨ªdo un 30%, lo que ha provocado graves p¨¦rdidas para los ganaderos, que las organizaciones agrarias Asaja y UPA cifran globalmente entre 50.000 y 60.000 millones de pesetas.
La enfermedad, adem¨¢s, ha extendido su impacto m¨¢s all¨¢ del sector ganadero. El temor de los ciudadanos a consumir carne de vaca, por un lado, y las medidas impuestas por Bruselas, por otro, han dejado un reguero de damnificados que va desde el peque?o ganadero de la cornisa cant¨¢brica hasta el carnicero de la esquina, de manera que el coste total de la crisis se eleva ya a 100.000 millones de pesetas, aproximadamente.
Caen los precios
Seg¨²n los datos del sector y la Administraci¨®n, los precios del vacuno para un tipo de canal de calidad media han ca¨ªdo desde las 550 pesetas por kilo a 360, as¨ª que los ganaderos han dejado de ingresar por animal sacrificado algo m¨¢s de 50.000 pesetas. Si a ello se une la reducci¨®n en casi el 50% del n¨²mero de reses sacrificadas, se entiende que, entre otros, el de la ganader¨ªa ocupe el primer lugar entre los sectores afectados.
Los ganaderos venden poco y barato, pero, adem¨¢s, se tienen que quedar con un n¨²mero de reses para las que no hay salida -por edad o ca¨ªda de la demanda- y a las que tienen que seguir alimentando. Y lo hacen con piensos m¨¢s caros ante la sustituci¨®n de harinas c¨¢rnicas por harinas vegetales impuesta por la Comisi¨®n Europea.
Las dificultades no se circunscriben s¨®lo a las explotaciones de engorde. Han afectado tambi¨¦n a miles de explotaciones de peque?os ganaderos en Galicia, Asturias o Cantabria, con el agravante de que son zonas donde se comercializan animales que tienen s¨®lo varias semanas, cuando la encefalopat¨ªa se da a partir de los 30 meses. Pero ha dado igual. Los precios de los terneros, que como media estaban entre las 25.000 y las 40.000 pesetas antes de la crisis, han bajado hasta las 10.000 y 15.000 pesetas.
La crisis de las vacas locas ha afectado tambi¨¦n directamente a todo el sector de la industria, en el que trabajan unas 50.000 personas en su conjunto, desde el matadero hasta la planta transformadora. En los primeros, el descenso en el n¨²mero de sacrificios ha provocado ya reducciones de plantilla -se ha prescindidio de personal eventual-, mientras los exportadores de carne, por ejemplo, han tenido que amoldarse a las nuevas circunstancias y abandonar mercados con buenas posibilidades, como Italia o Portugal. Rusia es ahora su destino principal.
La enfermedad vacuna ha tenido otros efectos colaterales. El cambio de consumo del vacuno al pollo y al porcino, que ha aumentado sus precios hasta casi un 50%, ha a?adido dificultades en la industria, que alega la imposibilidad de repercutir el incremento de la materia prima en el precio final al consumidor.
Por ¨²ltimo, los distribuidores tampoco se han librado del efecto en cadena del mal, aunque en este caso, la ca¨ªda del consumo de vacuno la hayan podido contrarrestar con mayores ventas de carne de pollo y cerdo.
Fuertes cr¨ªticas
En definitiva, el mal de las vacas locas ha arrastrado a varios sectores. Pero adem¨¢s, ha puesto en tela de juicio la pol¨ªtica agraria que marca Bruselas y las medidas adoptadas tanto por la Comisi¨®n Europea como por cada uno de los gobiernos de los pa¨ªses miembros afectados, incluido el espa?ol.
La crisis costar¨¢ en la Uni¨®n Europea este a?o en ayudas y subvenciones casi medio bill¨®n de pesetas, seg¨²n los datos de Bruselas. Y pese a eso, todos los afectados coinciden en calificar las medidas adoptadas como 'tard¨ªas, improvisadas, confusas y, sobre todo, insuficientes'. En Espa?a, adem¨¢s, han puesto de manifiesto 'la descoordinaci¨®n entre el Ministerio de Agricultura y las autonom¨ªas, y entre Agricultura y Sanidad'.
Entre las medidas m¨¢s criticadas se citan el pago por animal sacrificado, que se considera por debajo del precio de mercado; las escasas compras en intervenci¨®n -por debajo de lo permitido por Bruselas- ante la falta de t¨²neles de congelaci¨®n suficientes, y el requisitio de sacrificar una caba?a entera con s¨®lo un animal afectado por falta de un m¨¦todo r¨¢pido para detectar el pri¨®n causante de la enfermedad.
La Administraci¨®n espa?ola estima que, desde noviembre pasado, ha destinado unos 49.000 millones de pesetas a paliar la crisis. De ellos, Bruselas aporta 20.000 millones; 21.000, Agricultura, y 8.000, las comunidades aut¨®nomas. El problema, dicen los ganaderos, es que la mayor parte de los fondos han ido a los mataderos para hacer harinas de los despojos y a las cementeras que las queman.
Pero hay m¨¢s. En plena crisis para el ganado vacuno, acecha la fiebre aftosa.
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