Normalidad en Euskadi
El informe sobre la situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco realizado por el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa ha irritado a los partidos que gobiernan en esa comunidad, porque les coloca ante realidades que se niegan a ver. Concretamente, que en Euskadi hay personas que ven restringidos sus derechos y libertades por no ser nacionalistas, y que la intimidaci¨®n y persecuci¨®n de esos ciudadanos se ha visto favorecida por el clima de casi impunidad en que se han movido los protagonistas de la lucha callejera. Se trata, por tanto, de una interpelaci¨®n muy directa al Gobierno vasco y a los partidos que lo integran.
Se trata de partidos de tradici¨®n democr¨¢tica, cuya reacci¨®n ante esa denuncia deber¨ªa ser -y hubiera sido en otro tiempo- poner en primer plano su compromiso de garantizar la seguridad y las libertades de todos los ciudadanos. En lugar de eso, lo que han hecho es negar la mayor: el informe ha sido 'escrito, dirigido y filtrado desde Madrid', seg¨²n el portavoz del Gobierno vasco. Se trata de 'un clon del programa electoral del PP y el PSOE', cuyos autores 'est¨¢n en Ferraz y en G¨¦nova' (sedes del PSOE y PP, respectivamente), seg¨²n el secretario general de EA. Son respuestas que equivalen a negar la evidencia o a considerar normal lo que pasa en Euskadi.
Quiz¨¢ podr¨ªan matizarse algunos extremos del informe, pero la desigualdad se traduce, por ejemplo, en que toda la oposici¨®n (excepto Javier Madrazo) se vea obligada a llevar escolta ante amenazas veros¨ªmiles de ETA, organizaci¨®n que en el ¨²ltimo a?o ha asesinado, entre otras personas, a cinco concejales del PP, al portavoz del PSE en la C¨¢mara vasca y a otros destacados socialistas, y que ha intentado matar a la c¨²pula del Partido Popular en el Pa¨ªs Vasco, al ex consejero socialista Recalde y a otras muchas personas caracterizadas por su actitud cr¨ªtica hacia ETA y el nacionalismo. ?Puede alguien dudar de que no asume el mismo riesgo un candidato de los partidos no nacionalistas que uno de los nacionalistas, un periodista que llama terroristas a los terroristas que uno que se protege en la equidistancia, un profesor que dice a sus alumnos que en Euskadi hay comportamientos nazis que el que comprende que los haya?
Se podr¨¢ alegar que no es f¨¢cil combatir a las bandas de encapuchados que se?alan, amenazan, atacan y destruyen en nombre de la soberan¨ªa vasca, pero negar que tal cosa ocurre es contribuir a la empresa de intimidaci¨®n que dirige ETA. Es cierto que la Ertzaintza ha detenido estos d¨ªas a varios activistas, y s¨®lo los c¨®mplices de ETA podr¨ªan lamentarlo; pero no es el comisario de Derechos Humanos, sino los sindicatos de la propia polic¨ªa vasca los que han denunciado la lenidad de sus mandos pol¨ªticos frente a la kale borroka. Y fue la vicelehendakari quien admiti¨® la vinculaci¨®n entre esa forma de violencia y EH. Tal vez la Consejer¨ªa de Interior est¨¦ contra la intimidaci¨®n, pero hace dos semanas abri¨® diligencias a un concejal socialista de Bilbao por haber hecho frente pac¨ªficamente a los abertzales concentrados ante la Casa del Pueblo con una pancarta en la que llamaban a los socialistas 'asesinos del euskera'.
Hay personas que consideran normal que no todos los ciudadanos tengan los mismos derechos. Por ejemplo, los que impulsan el carn¨¦ vasco como procedimiento para elaborar un censo patri¨®tico, o los que hace unos d¨ªas, en Portugalete, aprovecharon una concentraci¨®n convocada con motivo del ¨²ltimo asesinato de ETA (en esta ocasi¨®n, un ertzaina) para abuchear a los dirigentes del PP y del PSOE. Pero es m¨¢s preocupante que formaciones con responsabilidades de gobierno se consideren con derecho a utilizar las instituciones como si fueran de su propiedad: el PNV y EA presentaron ayer en Ajuria Enea al lehendakari (y candidato) Ibarretxe su programa, que definieron como '¨²nica alternativa de futuro'. Son s¨ªntomas que confirman la preocupaci¨®n que refleja el informe de Gil-Robles: defender la Constituci¨®n y el Estatuto en Euskadi es m¨¢s arriesgado que combatirlos por las buenas o por las malas.
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