La tragedia del sexo equivocado

S¨®lo algunos m¨¦dicos, la familia y sus amigos saben qu¨¦ rostros est¨¢n detr¨¢s de las iniciales A.G.L., de 26 a?os, y R.V.E., de 24, los dos pacientes que el pasado 6 de marzo fueron operados de cambio de sexo en el hospital de Cruces. Ambos utilizan en su vida un nombre m¨¢s propio del sexo que anhelan poseer, pero piden salir en el peri¨®dico con el que figura en el carn¨¦ de identidad. Tampoco quieren ser fotograf¨ªados, aunque se les asegure que no podr¨ªan ser reconocidos. Son muchos a?os de desconfianza.

'La gente piensa que esto es como someterse a una operaci¨®n de cirug¨ªa est¨¦tica, pero nosotros sabemos lo que sufrimos. El m¨¦dico es una mano amiga. Para m¨ª, la operaci¨®n ha sido un alivio total. Yo estaba sufriendo; despu¨¦s de dos a?os de tratamiento hormonal, ten¨ªa cierta malformaci¨®n y el doctor me ha curado esa dolencia. Lo ¨²nico que han hecho los m¨¦dicos es sanarme de un dolor que yo ten¨ªa. ?No debe la Sanidad p¨²blica ocuparse de los enfermos sin medios, sin posibilidades?', pregunta con voz queda A.G.L., con la aquiescencia de su pareja.

'Si la Sanidad p¨²blica nos discrimina, los que no tenemos medios estamos perdidos'

Si ¨¦l cuenta que desde que tiene memoria recuerda que su cuerpo de hombre no corresponde con sus emociones, ella, R.V.E., explica que ha intentado toda su vida que los dem¨¢s le vieran como el hombre que siente ser. A?os de tratamiento hormonal en el hospital de Cruces le fueron modificando su cuerpo de mujer. Actualmente su voz suena como la de cualquier joven de su edad. Ayer regres¨® a la novena planta de Cruces, donde est¨¢ Cirug¨ªa Pl¨¢stica, para que los m¨¦dicos comprobaran el resultado de la extirpaci¨®n de mamas que le practicaron.

'Yo estoy siendo tratada en Cruces desde 1998. Primero fui al m¨¦dico de cabecera y luego empez¨® el recorrido por psic¨®logos y psiqui¨¢tras. No es que de repente haya dicho, 'ahora me opero porque me da la gana'. He estado dos a?os con hormonas. Mis rasgos se fueron varonizando. Despu¨¦s de ese tiempo, el 30 de marzo del pasado a?o me dijeron en Endocrinolog¨ªa que ten¨ªan que enviarme a Cirug¨ªa Pl¨¢stica para extirparme las mamas. Fui y entr¨¦ en lista de espera, y despu¨¦s de un a?o, me llamaron el pasado d¨ªa 4 para decirme que dos d¨ªas despu¨¦s me interven¨ªan. Estuve dos d¨ªas hospitalizado y me fui a casa', explica.

Los dos transexuales relatan detalles obvios, como si no comprendieran que alguien pueda dudar de lo que han vivido. Recuerdan con cierta amargura que les llamaron para comunicarles la cita para la operaci¨®n; que un equipo particip¨® en la intervenci¨®n, que fueron atendidos en el postoperatorio y que hasta les dieron de comer. Este hombre y esta mujer con el sexo cambiado hablan de soledad, de dolor y de tentaciones de suicidio. Cuentan de los negocios creados alrededor de la patolog¨ªa y aseguran que si la sanidad p¨²blica les discrimina, ellos y otros est¨¢n perdidos. Se preguntan por qu¨¦ la Sanidad andaluza facilita la cirug¨ªa transexual y la vasca la niega.

'Se frivoliza mucho, y la transexualidad no es una frivolidad. Nos utilizan como conejillos de indias. Los m¨¦dicos de Cruces que nos han operado pod¨ªan habernos enviado a sus cl¨ªnicas privadas y hacer dinero. Sin embargo, no lo hicieron', dicen. Los dos j¨®venes siguen siguen so?ando con m¨¢s operaciones que les permitan olvidar los fantasmas que a¨²n les acechan.