El Gobierno catal¨¢n se apunta al parche
El Ejecutivo de Jordi Pujol destina mil millones a sembrar el caos en la se?ales de las carreteras catalanas
Desde hace algunas semanas, una parte de las carreteras catalanas tienen denominaciones distintas de las habituales. El Gobierno catal¨¢n ha destinado 1.000 millones de pesetas a rebautizar las v¨ªas y a catalanizarlas, pegando miles de parches sobre la denominaci¨®n anterior. Ahora, todas las carreteras que dependen del Ejecutivo que preside Jordi Pujol empiezan por C. A su lado sigue habiendo otras que empiezan por A (autopistas cuya concesi¨®n depende del Gobierno central), por E (v¨ªas europeas), por N (nacionales), por otras C (Comarcales), por el indicativo provincial e incluso hay otros indicativos vecinales. Varias preguntas presentadas por la oposici¨®n en el Parlament se?alan que el cambio, llevado a cabo sin publicidad y sin periodo de adaptaci¨®n, est¨¢ provocando el caos y riesgos de accidentes en las calzadas. El Departamento de Pol¨ªtica Territorial, sin embargo, sostiene que el criterio seguido es 'cient¨ªfico y t¨¦cnico' y, por consiguiente, 'm¨¢s sostenible que el anterior'.
Sobre las antiguas vallas se han puesto pegatinas con las nuevas denominaciones
La C que denomina ahora a las carreteras que dependen del Gobierno catal¨¢n significa exactamente eso, que la Administraci¨®n que las cuida o las descuida es la auton¨®mica catalana, seg¨²n un portavoz del Departamento de Pol¨ªtica Territorial. Es la C de Catalu?a y de Converg¨¨ncia. La C estar¨¢ acompa?ada de n¨²meros cuyas cifras tienen significado 'cient¨ªfico', a juicio de Xavier Baulies, uno de los responsables del cambio. Baulies, que trabaja en el ?rea de Tecnolog¨ªa y Sistemas de Informaci¨®n de la Direcci¨®n General de Carreteras, no precisa en qu¨¦ ciencia se ha inspirado la nueva normativa.
El precio de la operaci¨®n de maquillaje es de 300 millones, seg¨²n afirma un portavoz del Departamento de Pol¨ªtica Territorial. No obstante, el titular de la cartera, Pere Macias, da otras cifras muy distintas en una entrevista que p¨²blica el ¨²ltimo bolet¨ªn del Real Autom¨®vil Club de Catalu?a. Macias explica que el coste de las nuevas se?ales es de 1.000 millones de pesetas, dentro de una partida general de 1.500 millones para se?alizaci¨®n en general.
Las se?ales no se cambian, sino que sobre las antiguas vallas se ponen pegatinas con las nuevas denominaciones. Baulies dice que este sistema de parches es fiable, resistente al agua y al sol y utilizado regularmente en todas partes, antes de que el Gobierno catal¨¢n decidiera aplicarlo.
En estos momentos, hay carreteras que presentan la nueva denominaci¨®n y otras que tienen la antigua, porque 'no pod¨ªamos cambiarlas todas de golpe', afirma Baulies. El Gobierno catal¨¢n reconoce que puede parecer un l¨ªo, pero cree que ser¨ªa mucho m¨¢s lioso haber permitido a los usuarios un periodo de adaptaci¨®n.
Las preguntas presentadas al Ejecutivo por la oposici¨®n en el Parlament se interesan por diversos asuntos. Oriol Nel.lo y Manel Nadal, del PSC, quieren saber cu¨¢l ha sido el plan de informaci¨®n a los usuarios sobre la nueva denominaci¨®n. Dada la lentitud de los tr¨¢mites parlamentarios, pueden tardar meses en saberlo, pero un portavoz de Pol¨ªtica Territorial respondi¨® a este peri¨®dico que no se ha efectuado ninguno, salvo repartir mapas gratuitos a los compradores de alg¨²n diario, no todos. Se editar¨¢n, precis¨® la misma fuente, 1,5 millones de mapas, que se regalar¨¢n por ese sistema u otros. El que no compre el diario siempre puede entrar en la web del departamento, donde est¨¢ la informaci¨®n, y bajar los mapas si tiene ordenador e impresora en color.
Dolors Montserrat, del PP, explica en su pregunta que la improvisaci¨®n supone que no haya mapas disponibles, aunque el usuario quiera buscarlos, y que es frecuente ver camiones parados en rotondas sin saber qu¨¦ camino elegir. A ello hay que a?adir, comenta Dolors Montserrat, que las empresas de mapas no han sido avisadas, ni tampoco el sistema GSM que sirve para los veh¨ªculos que se orientan por ordenador conectado a sat¨¦lite. La culpa, explica Baul¨ªes, es de los usuarios y de las empresas porque el Gobierno catal¨¢n ya anunci¨® su intenci¨®n con claridad en el Diario Oficial de la Generalitat de Catalu?a el pasado mes de octubre. Si alguien no est¨¢ al d¨ªa es, simplemente, porque no ha querido estarlo.
Adem¨¢s, a?ade, salvo los extranjeros, los conductores no acostumbran a fijarse en las denominaciones de las carreteras. De ah¨ª que sea preferible haber hecho el cambio antes del verano. Baulies no ha explicado el motivo de invertir 1.000 millones en los cambios si la denominaci¨®n no es utilizada por los usuarios.
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