Pol¨ªtica sin visado
?Qu¨¦ tiene Colombia con Espa?a que todo duele tanto? El Gobierno espa?ol exig¨ªa hasta ahora visado a tres pa¨ªses latinoamericanos: Rep¨²blica Dominicana y Cuba, en total acuerdo con las administraciones respectivas, y Per¨². Bajo una insoportable presi¨®n de la UE, Espa?a tiene, en cambio, que ponerle visado a Colombia, y se arma la marimorena.
Primero, seis destacad¨ªsimos colombianos, encabezados por Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, hacen p¨²blica una carta dolid¨ªsima de amor no correspondido, advirtiendo de que no pondr¨¢n los pies en nuestro suelo mientras rija la medida; acto seguido surge una contra-carta en la que muchas docenas de espa?oles, de alguna y bastante notabilidad, se solidarizan con la protesta poniendo el grito en el cielo, sin que antes sufrieran parecidos espasmos por otros pa¨ªses de nuestra cultura. Y, como colof¨®n, a?adamos que a todos los espa?oles que viajen pr¨®ximamente a Colombia, los naturales, aunque les seguir¨¢n tratando de maravilla porque no consentir¨ªa otra cosa el genio de la hospitalidad nacional, es seguro que todo el mundo, desde el taxista hasta el se?or ministro, les van a dirigir la palabra mentando el dichoso visado.
La UE exige ese documento porque Colombia tiene mala fama por causa de la coca¨ªna y delincuencias anejas, y la libre entrada de colombianos en Espa?a hac¨ªa temer a los pa¨ªses de Schengen que la droga se les colara por esa puerta sin control. Lamentablemente, el polvo blanco llega sin permiso a todas partes, pero, como m¨ªnimo, hay que hacer ver que no se le dan facilidades. Espa?a, por a?adidura, se abstuvo en la votaci¨®n sobre el visado, pero s¨®lo por in¨²tiles razones de imagen, puesto que, al no disponer de veto, daba igual que se definiera en un sentido u otro.
Espa?a, por tanto, no es culpable; no pod¨ªa hacer otra cosa, salvo mudarse de continente para soslayar el aprieto. Pero ello no deja menos de se?alar las terribles contradicciones cong¨¦nitas de la pol¨ªtica exterior espa?ola. En este caso, tener m¨¢s Europa equivale a tener menos Am¨¦rica, y por lo mismo, a¨²n menos Colombia, pa¨ªs en el que mencionar a Espa?a es algo que nunca deja a nadie indiferente.
Estamos ante un problema insoluble, donde no cabe otorgar premio ni recabar sanci¨®n. Pero lo evidente es que, sin Am¨¦rica Latina, Espa?a tiene mucha menos pol¨ªtica exterior e incluso es mucho menos Espa?a. ?Qu¨¦ cara pondr¨¢ Aznar cuando salude a Andr¨¦s Pastrana en la pr¨®xima cumbre iberoamericana? ?sa s¨ª que es una pol¨ªtica sin visado.
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