Un 'b¨²nker' zapatista en la capital
Marcos y los 'comandantes' zapatistas viven en una universidad protegidos por polic¨ªas, ind¨ªgenas y estudiantes
Protegido como un jefe de Estado desde que el 11 de marzo llegara a Ciudad de M¨¦xico y sujeto a una apretada agenda de entrevistas y reuniones, el subcomandante Marcos despacha y reflexiona a diario en la Escuela Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (ENAH), situada en un barrio popular de la capital federal. Granaderos y polic¨ªas apostados en las inmediaciones y un cord¨®n de ind¨ªgenas zapatistas y estudiantes radicales en las rejas de entrada vigilan la estancia del jefe rebelde y de los 23 comandantes que le acompa?an. S¨®lo un peque?o grupo tiene acceso a las dependencias donde los encapuchados reciben a los invitados especiales, se duchan, comen, duermen o departen sin embozos.
La revisi¨®n e identificaci¨®n de quienes acuden a las instalaciones del centro escolar oficial, que cuenta con 1.200 alumnos, es minuciosa, y a veces se ve sobresaltada por la irrupci¨®n del asilvestramiento ultra, mayoritariamente procedente del Consejo General de Huelga de la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico (UNAM). '?Y t¨² qui¨¦n eres?'. 'Periodista'. 'Prensa. Aaah, ?que no lees c¨®mo nos trata la prensa, compa?'. La guardia del EZLN m¨¢s arisca recela de la prensa que percibe cr¨ªtica; tuerce el morro, se encoge de hombros o no contesta. Las imaginarias frente a las rejas del b¨²nker de la ENAH son disciplinadas y permanentes, y muy profesionales.
'Aqu¨ª nadie entra si no hay una orden de la comandancia (del EZLN), ni siquiera nosotros, que somos parte de la seguridad', informa Alberto Buenrostro, estudiante de Antropolog¨ªa. Regularmente, solidariz¨¢ndose con la causa, mexicanos o extranjeros llegan a la posada de los insurrectos con garrafones de agua, comida fresca o enlatada, vegetales, productos de limpieza, medicinas o aquellos elementos requeridos en sus comunicados por las comisiones que se ocupan de atender a la delegaci¨®n rebelde. El mundo del rock tambi¨¦n se hizo presente en la meca de la contestaci¨®n. Rocco, solista del grupo La Maldita Vecindad, acudi¨®, con otros, para ofrecer 32 toneladas de v¨ªveres: para los dirigentes zapatistas y el resto para enviar a Chiapas.
Marcos ocupa buena parte de su tiempo dise?ando reacciones y t¨¢cticas pol¨ªticas, escribiendo discursos o declaraciones a la prensa. Gente de su entorno asegura que los servicios de espionaje del Estado acechan las instalaciones tratando de anticipar sus intenciones. Cientos de ind¨ªgenas llegaron con la expedici¨®n que sali¨® de Chiapas el pasado mes y, aunque muchos regresaron a sus comunidades de origen, otros llegaron para reemplazarlos.
Poco a poco, los comandantes mejoraron su condici¨®n f¨ªsica gracias a la atenci¨®n de la comisi¨®n m¨¦dica, que integra facultativos y universitarios de confianza. No pocos sufrieron afecciones intestinales al alimentarse durante semanas s¨®lo con frijoles, arroz y caf¨¦, y su dieta debi¨® ser enriquecida con carne, frutas frescas y vitaminas. Comerciantes ambulantes, mientras tanto, ofrecen en la zona paliacates (pa?uelos) zapatistas y pasamonta?as, y las calles del epicentro alzado albergan una parafernalia revolucionaria que incluye im¨¢genes del Ch¨¦, una de las referencias de Marcos.
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