Por un nuevo modelo de pa¨ªs en Paraguay
Las recientes marchas campesinas exigen al Gobierno un vuelco radical de su pol¨ªtica para el campo
Por segunda vez en menos de dos semanas, miles de campesinos han marchado por las calles de Asunci¨®n y han regresado a sus casas con los bolsillos llenos de promesas pero con pocas expectativas de una soluci¨®n r¨¢pida a sus problemas. El Gobierno paraguayo se ha comprometido a formar mesas de trabajo conjuntas para analizar las propuestas tra¨ªdas por los agricultores que cada a?o ven c¨®mo empeora su situaci¨®n, a pesar de los subsidios que concede el Estado. Los campesinos pidieron cr¨¦ditos, la reactivaci¨®n de un programa de desarrollo productivo, dormido en el Ministerio de Agricultura desde hace un a?o, y acceso a la salud y a la educaci¨®n. Otro grupo de campesinos acababa de proponer la industrializaci¨®n de por lo menos 30% de la producci¨®n del algod¨®n.
La realidad del campo en Paraguay es compleja. La tierra del pa¨ªs es f¨¦rtil y el agua -a excepci¨®n del Chaco- abunda. Hasta ahora, los cultivos de subsistencia evitaron situaciones de hambruna para un 33% de la poblaci¨®n que vive por debajo del nivel de pobreza (un 17%, en condiciones de pobreza extrema). No obstante, los casos de desnutrici¨®n son cada vez m¨¢s frecuentes y la mortalidad infantil ha aumentado tres puntos porcentuales en un a?o.
Los ingresos del campo
Una de las de las organizaciones sociales que se sum¨® a la marcha campesina fue la ONG Altervida. Su director de programas, el educador ambiental Edgar Duarte, sostiene que una de las razones para que la crisis golpeara con mucha m¨¢s fuerza a los campesinos -por primera vez en la historia, el a?o pasado la econom¨ªa rural decreci¨® un 9%- es que la agricultura es pr¨¢cticamente la ¨²nica alternativa de ingresos en el campo. La cosecha del principal rubro de producci¨®n, el algod¨®n, fue muy buena pero el precio fijado para el producto, que recibe un fuerte subsidio del Estado, no llega a satisfacer las expectativas. Algunos agricultores no logran siquiera cubrir sus gastos.
Esta realidad se repite cada a?o; por eso, desde hace alg¨²n tiempo, los peque?os y medianos productores han optado por llevar sus propias propuestas de soluci¨®n a cada marcha que organizan en la ciudad. Jos¨¦ Bobadilla, Coordinador de la MCNOC, la Mesa Coordinadora Nacional de Organizaciones Campesinas, que aglutina a m¨¢s de treinta organizaciones, cree que en esta ocasi¨®n hubo dos logros.
Uno de ellos simb¨®lico, por el reconocimiento que significa haber logrado el permiso para marchar por una de las principales avenidas de la ciudad -algo que en un principio les hab¨ªa sido denegado- y otro, al haber conseguido el compromiso de representantes de los tres poderes del Estado.
Acuerdo
El acuerdo firmado consiste en la ampliaci¨®n de un documento firmado anteriormente que, entre otras cosas, plantea la provisi¨®n de tierras para unas diez mil familias, el acceso a cr¨¦ditos, la asistencia a los nuevos y viejos asentamientos y rubros para la salud y la educaci¨®n b¨¢sica. Los campesinos solicitaron adem¨¢s mejorar sus caminos, extender la red el¨¦ctrica y el acceso al agua potable.
El dirigente campesino se manifest¨® satisfecho con lo logrado por la marcha. Para Bobadilla, se consigui¨® demostrar que los campesinos tienen voluntad y capacidad, cualidades que a¨²n deben ser probadas por el Gobierno. Hasta ahora, los campesinos se hab¨ªan encontrado con desconocimiento o indiferencia por parte de las autoridades, que, en esta ocasi¨®n, intent¨® desautorizar las protestas de campesinos, como anteriormente hab¨ªa hecho con el (*CF13*)tractorazo(*CF*) de los medianos productores, aduciendo que ¨¦stas eran manipuladas por "desestabilizadores". Sin encontrar eco a su paraonia, el Gobierno finalmente accedi¨® a trabajar en conjunto con los campesinos.
El rechazo de las autoridades no es un problema de personalidades o conocimientos, sino el reflejo de la ausencia de una pol¨ªtica del Gobierno, se?ala el dirigente campesino Jos¨¦ Bobadilla. La falta de una estrategia econ¨®mica para el campo, y en especial para los peque?os productores, ha hecho que todos los esfuerzos hayan quedado aislados, coincidi¨® el trabajador de Altervida.
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