Un libro construido con memoria, historia y ficci¨®n
Entr¨® y sali¨® arropado por los aplausos de los estudiantes. El escritor Mario Vargas Llosa lleg¨® ayer por la ma?ana puntual a su cita en el Paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid. Ante un sal¨®n de actos abarrotado (muchos de los asistentes quedaron fuera), el autor de La fiesta del Chivo cont¨® al auditorio c¨®mo se fragu¨® la novela que tard¨® tres a?os en escribir, pero que le rond¨® en la cabeza durante mucho m¨¢s tiempo. 'Ninguno de mis relatos ha surgido de manera espont¨¢nea. Son el fruto de algo vivido y largamente madurado', cont¨®.
El proceso fue m¨¢s o menos as¨ª: en 1975, el joven Vargas Llosa pas¨® ocho meses en la Rep¨²blica Dominicana con motivo del rodaje de una pel¨ªcula, basada en una de sus novelas. No conoc¨ªa el pa¨ªs y el dictador Trujillo ya hab¨ªa sido asesinado, pero las secuelas de su dictadura todav¨ªa persist¨ªan. 'Empec¨¦ a tomar notas, como hago casi siempre que un tema me interesa, y dej¨¦ que las im¨¢genes de lo vivido y las lecturas de lo que hab¨ªa ocurrido en ese pa¨ªs pasaran la prueba del tiempo'. El tema Trujillo, el dictador que gobern¨® su pa¨ªs de 1930 a 1961, se mantuvo siempre vivo en la cabeza del escritor. 'Cuanto m¨¢s le¨ªa m¨¢s novelesco me parec¨ªa'. Vargas Llosa no pod¨ªa quitarse de la cabeza lo lejos que hab¨ªa llegado aquel hombre que lleg¨® a nombrar general a su hijo cuando ¨¦ste contaba 11 a?os. Mirara por donde mirara, todo en la vida de Trujillo, al que se le conoc¨ªa por el apodo de El Chivo por su connotaci¨®n sexual -'sus amantes nunca testificaron contra ¨¦l'-, estaba m¨¢s cerca de la irrealidad que de la realidad.
Una ni?a de regalo
El escritor constat¨® que le regalaban ni?as para congraciarse con ¨¦l o que se acostaba con las mujeres de sus m¨¢s cercanos asesores s¨®lo para humillarlos. ?C¨®mo pudo llegarse a ese extremo? 'Con la complicidad de sectores importantes y mayoritarios de la poblaci¨®n', se respondi¨® a s¨ª mismo el escritor. Con todos esos materiales se sent¨® a escribir un libro en el que hab¨ªa m¨¢s invenci¨®n que memoria. El principal obst¨¢culo a la hora de redactar la novela fue la abundancia de material.
A preguntas de los estudiantes, Vargas Llosa reconoci¨® que las dictaduras lo han perseguido en la vida. Como peruano, ha vivido m¨¢s tiempo bajo reg¨ªmenes autoritarios que en democracia. Record¨® tambi¨¦n que, cuando lleg¨® a Madrid en 1958 para estudiar en la Facultad de Filosofia y Letras, la polic¨ªa de Franco acababa de retirar de los estantes de la biblioteca los ejemplares de Revista de Occidente y los libros de Unamuno.
Sobre la novela actual y las diferentes maneras de contar las historias, Vargas Llosa alab¨® la variedad y la diversidad de voces que consiguen hacerse o¨ªr y que, de una u otra manera, acaban reflejando una ¨¦poca. Tras contar que ahora trabaja en una novela sobre Flora Trist¨¢n y su nieto Paul Gauguin, el autor de La fiesta del Chivo pos¨® con los alumnos que quisieron fotografiarse con ¨¦l y firm¨® algunas novelas.
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