Vargas Llosa denuncia el peligro que corren las libertades con la guerra
El escritor diserta sobre poder y literatura
Es imprescindible haber le¨ªdo Conversaci¨®n en La Catedral, La guerra del fin del mundo y La fiesta del Chivo para asistir al seminario sobre poder y literatura que imparte Mario Vargas Llosa en la Casa de Am¨¦rica, en Madrid. El escritor desgrana en esas novelas su insobornable visi¨®n del poder. Y eso le sirve para preocuparse adem¨¢s por los peligros que corre la democracia en d¨ªas de conflicto: 'La p¨¦rdida de libertades puede ser uno de los m¨¢s graves da?os colaterales de esta guerra', asegur¨®.
Se sienta en una sala rococ¨® del palacio de Linares, sede de la Casa de Am¨¦rica. Solo, en una mesa elevada, rodeado de agua, papeles, libros, un micr¨®fono, espejos, l¨¢mparas, frescos y 30 alumnos que toman nota de su disertaci¨®n. Desde ayer y hasta ma?ana, Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) imparte su visi¨®n del poder en tres de sus mejores novelas y comparte con los presentes secretos de los vericuetos que las tejieron como obras fundamentales de la literatura contempor¨¢nea.
Antes dio un repaso a la actualidad. A la guerra y a la visi¨®n que se tiene de ella en los pa¨ªses democr¨¢ticos y en los que no lo son. 'El terrorismo es la barbarie. Ahora las amenazas no vienen de pa¨ªses solamente, sino de organizaciones globalizadas a gran velocidad. ?sta es una guerra global, invisible y llena de incertidumbres'. La democracia es civilizaci¨®n para el escritor hispanoperuano y la percepci¨®n del conflicto, los desmanes, la tragedia, son dif¨ªcilmente ocultables en Occidente: 'Los peri¨®dicos independientes no pueden ser manipulados. Vean los titulares, hablan de matanzas de civiles, bombardeos de almacenes de la Cruz Roja y hospitales. No creo que el poder sea capaz de ocultar lo que pasa', dijo.
Prueba de la libertad de expresi¨®n es su discurso, que deja claro un criterio comprometido sobre el recorte urgente de libertades que se ha decretado en varios pa¨ªses para combatir el terror: 'Estoy muy preocupado. Es uno de los da?os colaterales m¨¢s graves de este conflicto. Aceptar la idea del recorte de libertades p¨²blicas para combatirlo es algo muy peligroso por la propia vocaci¨®n que tiene el poder. Los valores democr¨¢ticos deben mantener un equilibrio y no destruir aquellos valores que son fundamentales para luchar contra el terrorismo. Si acabamos con ¨¦stos, habr¨¢n ganado ellos', asegur¨®. Ya que el poder, seg¨²n Vargas Llosa, 'tiende a corromperse, vencer, eternizarse y crecer tambi¨¦n en el espacio', hay que vigilar y tener cuidado: 'Que la exigencia de seguridad, algo a lo que todo el mundo tiene derecho, no nos lleve a la complacencia con los recortes que se hacen para preservarla'.
Luego, el escritor entr¨® en materia literaria ante sus alumnos. Esgrimi¨® consejos, desvel¨® secretos, el trigo y el agua que alimentan sus novelas. 'Soy de los que no oculto mi experiencia personal a la hora de escribir y lo hago de manera consciente. He escrito sobre ciertos temas porque me han ocurrido ciertas cosas', afirm¨®. Es el caso de Conversaci¨®n en La Catedral, novela a la que dedic¨® la clase de ayer y en la que desvel¨® los componentes autobiogr¨¢ficos que nutren ese fresco del Per¨².
El autor y Zabalita
'Pas¨¦ de ser ni?o a ser joven y despu¨¦s hombre en una dictadura, y eso marc¨® a toda mi generaci¨®n', asegur¨®. Hablaba de la ¨¦poca conocida como el ochenio del general Odr¨ªa, un granero que nutre la obra. Vargas Llosa, como Santiago Zabala, Zabalita, protagonista de Conversaci¨®n en la Catedral, fue hijo de buena familia, estudi¨® en la Universidad de San Marcos, coquete¨® con los comunistas, conoci¨® los bajos fondos, fue periodista, entr¨® en el despacho de un gobernante retorcido, como el Cayo Berm¨²dez o Cayo Mierda que aparece en la novela, y vio c¨®mo mataban a palos animales abandonados en la perrera municipal...
Junto a la experiencia, para Vargas Llosa, el tiempo y el narrador son esenciales a la hora de delinear los planos de un relato. 'Ambas cosas son invenciones fundamentales para el relato, nacen y mueren con ¨¦l'. Y buceando, en el fondo, debe urdirse una peque?a trama que mantenga distra¨ªdo e intrigado al lector. Adem¨¢s, 'es algo que no debe desvelarse hasta el final'.
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