Reglas burs¨¢tiles ¨²nicas y r¨¢pidas
El Consejo Europeo de Estocolmo no pasar¨¢ a la historia por los avances significativos en la consecuci¨®n de un mercado ¨²nico cada vez m¨¢s efectivo e integrado, pero, al menos por lo que se refiere a los mercados de valores, s¨ª ha dado un importante paso, que debe conducir a una regulaci¨®n m¨¢s eficaz de ellos en la UE.
Al margen de la reciente volatilidad incrementada de sus cotizaciones, los mercados de valores son un elemento muy din¨¢mico de las modernas econom¨ªas desarrolladas, aunque s¨®lo sea por la gran movilidad de que disponen los principales inversores y, en menor medida, emisores para moverse de un mercado a otro. Esto hace que los mercados compitan fuertemente entre s¨ª, dentro y fuera de Europa, teniendo en cuenta, adem¨¢s, la creciente competencia que sufren de los sistemas de negociaci¨®n externos a dichos mercados, como son los que utilizan Internet.
Los mercados de valores son un elemento muy din¨¢mico de las modernas econom¨ªas desarrolladas
Frente a este entorno, los primeros que tienen que reaccionar son los mercados, y algunos ya lo han hecho, planteando alianzas, con mayor o menor ¨¦xito, seg¨²n los casos, pero el paso que ha dado el Consejo no se refiere a los mercados como tales, sino a la regulaci¨®n que los ampara. No puede decirse que ¨¦sta, en sus rasgos b¨¢sicos, no sea de alg¨²n modo ¨²nica para toda la UE, ya que se plasma en un conjunto de directivas que rigen para todos.
Sin embargo, esta regulaci¨®n es, por un lado, larga de elaborar y modificar, debido al inevitable proceso negociador en el que intervienen las tres grandes instituciones (Parlamento, Consejo y Comisi¨®n), y, sobre todo, puede no ser aplicada de forma suficientemente uniforme y coherente en toda la UE. Esto ¨²ltimo se explica porque debe de ser transpuesta a la normativa nacional, algo que cada pa¨ªs hace por separado y no siempre cumpliendo los plazos previstos.
El Consejo, apoy¨¢ndose en un informe previo de un Comit¨¦ de sabios, el Informe Lamfalussy, ha dado un primer paso para poner coto a esta situaci¨®n, amparando un procedimiento que pretende poner en marcha las nuevas regulaciones que el desarrollo de los mercados vaya demandando de una manera m¨¢s r¨¢pida (fast track) e intentando que las mismas se apliquen de forma m¨¢s uniforme y coordinada.
Para ello, como es habitual en el proceso de construcci¨®n europea, no se ha prescindido de la realidad de los pa¨ªses de la UE, sino que se ha integrado expresamente en dicho procedimiento a trav¨¦s de dos comit¨¦s que juegan un papel consultivo complementario en el proceso, uno compuesto por altos funcionarios de los Estados y otro por representantes de los supervisores nacionales. La esperanza es, pues, que estando implicados, de una forma bastante paralela, todas las instituciones comunitarias competentes y todos los pa¨ªses, estos objetivos se consigan de forma natural, por la propia din¨¢mica del proceso.
Mientras los recelos que este procedimiento ha levantado, sobre todo en el Parlamento Europeo, no garantizan del todo su ¨¦xito, la realidad subyacente, unos mercados de valores europeos fragmentados y con una regulaci¨®n r¨ªgida y poco coherente, contin¨²a imponiendo inexorablemente sus exigencias, en las que est¨¢ en juego la competitividad de los propios mercados en un contexto mundial.
La experiencia espa?ola, tras la reforma de los mercados de valores en 1988, con una regulaci¨®n relativamente flexible, que no ha impedido que haya sido reformada 10 a?os despu¨¦s, y el subsiguiente desarrollo que dichos mercados han ido adquiriendo con el tiempo, muestran que la regulaci¨®n puede ser un elemento importante para impulsar ese desarrollo o, al menos, para no impedirlo en las direcciones que los mercados requieran en cada momento.
Francisco J. Valero y Virginia Gonz¨¢lez son director de Estudios y analista, respectivamente, de Analistas Financieros Internacionales (www.afi.es).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.