De escultor an¨®nimo a creador de escuela
El Museo Mar¨¨s re¨²ne la obra del escultor palentino Alejo de Vah¨ªa
La historia del escultor tardog¨®tico Alejo de Vah¨ªa, del que el Museu Frederic Mar¨¨s presenta hasta el 3 de junio una gran exposici¨®n monogr¨¢fica, tiene su anecdotario. Al menos por lo que hace a su identificaci¨®n contempor¨¢nea. Poseedor de un estilo propio, desde principios del siglo XX, su obra ya hab¨ªa sido agrupada, aunque se atribu¨ªa a otros artistas. A principios de los a?os setenta del siglo XX, el primer estudio del belga Ignace Vandevivere y la monograf¨ªa de Clementina Julia Ara Gil dieron a conocer al artista. En la misma ¨¦poca aparecieron dos documentos sobre ¨¦l y el propio comisario de la exposici¨®n, el medievalista Joaqu¨ªn Yarza, descubri¨® una obra de Alejo de Vah¨ªa en un viaje a un peque?o pueblo de Palencia, zona en la que el artista desarroll¨® principalmente su trabajo. La pieza que contempl¨® de la mano de un amigo suyo sacerdote fue Asunci¨®n de la Virgen Mar¨ªa, que puede verse en la exposici¨®n. 'Ese descubrimiento hizo que nunca abandonara mi inter¨¦s por De Vah¨ªa', explica Yarza. Para el estudioso, el tard¨ªo conocimiento de De Vah¨ªa se debe al tipo de clientela que pose¨ªa. 'En general, su taller no recib¨ªa encargos de grandes se?ores, sino de peque?as parroquias'. De Alejo de Vah¨ªa no se conoce la fecha de nacimiento ni de muerte. Se le supone, por las caracter¨ªsticas de su obra, originario de Centroeuropa, y su trabajo, desarrollado entre los siglos XV y XVI, se centr¨® en las tallas policromadas de tem¨¢tica barroca.
Las tallas proceden de diversos museos, de parroquias, colecciones privadas y de la propia colecci¨®n Mar¨¨s. 'La mayor¨ªa las compr¨® sin saber que se trataba de Alejo de Vah¨ªa, lo que demuestra el gusto de Mar¨¨s', explica la directora del museo, Pilar V¨¦lez. Una de las piezas que se exhiben fue un regalo que el anticuario Manuel Barbi¨¦ realiz¨® en 1989 a Mar¨¨s. Se trata de Cristo crucificado, considerada una de las piezas m¨¢s bellas de toda la colecci¨®n del museo. Yarza aprovecha la ocasi¨®n de la exposici¨®n para romper una lanza a favor de Mar¨¨s. 'Se le ha acusado de expoliador, pero gracias a ¨¦l se han conservado muchas cosas que seguramente ahora no podr¨ªamos contemplar'.
Una de las piezas m¨¢s singulares de todas las exhibidas es San Onofre, procedente del Museo Nacional de Escultura de Valladolid. La talla representa al santo con una capa de pelo por todo el cuerpo que le hace asemejar a una bestia. Tambi¨¦n puede contemplarse San Antonio de Padua, que ha prestado para la exposici¨®n el Museo Cau Ferrat de Sitges. Con toda seguridad Rusi?ol ignoraba la identidad del autor cuando compr¨® esta pieza. La exposici¨®n constata que el estilo de Alejo de Vah¨ªa, con una caracter¨ªstica morfolog¨ªa de los ojos, cre¨® escuela.
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