Can Tunis: comienza la cuenta atr¨¢s
El barrio m¨¢s marginal de Barcelona, centro de tr¨¢fico de drogas, debe desaparecer antes de dos a?os
En Can Tunis Nou viven 99 familias gitanas y una paya. El barrio, el m¨¢s marginal del ¨¢rea metropolitana, sobrevive encajonado entre la Ronda Litoral y el puerto de Barcelona. Pero por poco. Sus 500 habitantes deben abandonar el poblado en un plazo de dos a?os: el Ayuntamiento ha cedido el terreno al Puerto para que ampl¨ªe la zona de carga y descarga de camiones, y los vecinos deben marcharse.
Desde el pasado lunes, t¨¦cnicos municipales han instalado un barrac¨®n-oficina para informar y negociar con las familias su futura reubicaci¨®n. Pero el desalojo no ser¨¢ f¨¢cil. El barrio, conocido tambi¨¦n como uno de los mayores supermercados de la droga de Europa, es muy conflictivo. Pero no todos sus habitantes lo son. All¨ª conviven familias trabajadoras, o que viven de un subsidio, con nuevos ricos, clanes familiares que hacen un gran negocio con el narcotr¨¢fico. Aunque por fuera todas las viviendas son parecidas, por dentro hay grandes diferencias. Hay barracones mis¨¦rrimos de 30 metros cuadrados, los cuartillos, en los que viven dos familias, y un d¨²plex de 200 metros, con 4 habitaciones y patio interior, m¨¢rmoles y aire acondicionado. Esta desigualdad est¨¢ siendo el principal escollo a la hora de negociar el traslado. Todos quieren que les den una vivienda alternativa, y los que tienen casa, quieren casa con patio. Nadie quiere dinero.
'De acuerdo con la normativa vigente, el tipo de vivienda depender¨¢ del n¨²mero de miembros de la familia', precisa Paco P¨¦rez, del ¨¢rea de Servicios Personales del Ayuntamiento, responsable del traslado, para el que dispone de 1.000 millones de pesetas. En cualquier caso, deben presentar los contratos de propiedad que el Patronato de la Vivienda concedi¨® a las 48 familias realojadas en Can Tunis cuando se derribaron las barracas de Montju?c en las que viv¨ªan. Pero desde que eso ocurri¨®, en 1979, el barrio se troce¨® y se subarrend¨® cientos de veces, y se hicieron nuevas construcciones, todas ilegales, de modo que ahora hay muchos m¨¢s habitantes que viviendas. Los que no tengan contrato de propiedad, deber¨¢n presentar al menos el certificado de empadronamiento.
Se negocia familia a familia, como ya se hizo en Can Tunis Vell, erradicado del otro lado del cintur¨®n. All¨ª viv¨ªan unas 70 familias, que fueron resituadas en varios barrios metropolitanos. Mar¨ªa B., pensionista de 54 a?os, lleva 30 en Can Tunis. Y como los dem¨¢s, no se va a dejar convencer f¨¢cilmente: 'Para los del barrio viejo hubo de todo. Unos se fueron cuando les daban cuatro millones, pero otros esperaron y consiguieron siete. Y las cinco familias que m¨¢s aguantaron se llevaron pisos de 14 millones', recuerda.
Antonio B., de 27 a?os, que tiene un contrato temporal en un almac¨¦n y vive en un cuartillo con su mujer y dos ni?os, dice: 'Estoy loco por irme. Y no por m¨ª, que ya soy mayor y tengo la vida hecha, sino por mis hijos, para que no vean este drama cada d¨ªa'. El drama son los 800 drogadictos que acuden todos los d¨ªas a Can Tunis a comprar droga, y los que se quedan a inyectarse en el barrio, en el descampado donde juegan sus hijos. ?Qui¨¦n vende la droga? No dan nombres, pero todos los saben.
Muy cerca de donde vive Antonio hay una casa de dos plantas con parab¨®lica, aire acondicionado, llena de dorados, y una enorme televisi¨®n de pantalla extraplana ¨²ltimo modelo. La casa est¨¢ ocupada por un matrimonio joven y un beb¨¦. Ellos est¨¢n bien aqu¨ª y contestan con vaguedades ante la pregunta sobre sus ingresos.
'La situaci¨®n del barrio es un delito contra la salud p¨²blica', opina Eugenia, de M¨¦dicos Sin Fronteras, organizaci¨®n que ayuda a los toxic¨®manos. 'Tienen sida, tuberculosis, sarna, piojos, y viven entre ratas como conejos'. Se refiere a la decena de toxic¨®manos terminales que viven debajo del puente de la Ronda Litoral, cuya vida se consume entre los restos de sus defecaciones, sobre colchones de color indefinido y suciedad infinita, ro¨ªdos por las ratas.
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