La fiscal¨ªa recurre dos resoluciones de un juez que 'desamparan' a maltratadas
El magistrado afirma que se debe actuar 'con prudencia y sin prejuicios' ante estas denuncias
La Fiscal¨ªa de Madrid ha recurrido dos resoluciones judiciales sobre maltrato dom¨¦stico dictadas por un mismo juez al entender que en ellas se deja 'desamparadas' a las v¨ªctimas. Uno de los asuntos se refiere a una mujer de nacionalidad cubana que denunci¨® haber recibido del padre de su hija, un profesor de k¨¢rate, una patada en su zona p¨²bica, entre otras lesiones. El otro alude a una mujer peruana que asegur¨® que su compa?ero sentimental le hab¨ªa golpeado en la cabeza con un cazo. El fiscal sostiene que ambas agresiones constituyen delitos y lamenta que el juez, Ramiro Garc¨ªa, haya dejado 'desprotegidas' a las v¨ªctimas al sobreseer el primero y negarse a dictar una medida de alejamiento en el segundo.
El juez sostiene en un auto que se debe actuar con 'prudencia' y 'sin prejuicios' en estos casos. Recuerda que la Audiencia de Madrid ha rechazado solicitudes del fiscal en casos similares, y afirma que un juez, 'por respeto a todas las partes', no puede 'hacer un juicio de intenciones con lo que est¨¢ ocurriendo con multitud de mujeres'. (...) 'El Poder Judicial', agrega, 'no debe verse inmerso en cruzadas de signo alguno ni debe ser arrastrado por invocadas alarmas sociales a convertirse en un juez con un prejuicio mec¨¢nico frente a todo var¨®n al que se denuncia. (...) La tarea de un juez instructor es una tarea de ponderaci¨®n, de prudencia, de an¨¢lisis met¨®dico de cada caso... pero no del g¨¦nero'.
La primera de las agresiones cuyo fallo judicial cuestiona el fiscal se produjo el 2 de diciembre de 2000. Un vecino alert¨® a la polic¨ªa para que se desplazase a la calle de Don Ram¨®n de la Cruz, donde una mujer hab¨ªa sido agredida 'mediante patadas y pu?etazos'. Los agentes hallaron a 'la mujer tendida sobre la acera en estado semiinconsciente', seg¨²n el parte policial. Se trataba de Nadia G. P., de 31 a?os. Los agentes llamaron al Samur y varias calles m¨¢s abajo localizaron al agresor, Jos¨¦ Mar¨ªa S. B., de 34 a?os y profesor de k¨¢rate. ?ste admiti¨® en ese momento haber pegado a Nadia 'por ser', dijo, 'una puta', seg¨²n el atestado policial.
Tras ser asistida, Nadia declar¨® en comisar¨ªa que, al salir de su domicilio, se top¨® con Jos¨¦ Mar¨ªa y que ¨¦ste empez¨® 'a insultarla'. A?adi¨® que grit¨®, que a continuaci¨®n su agresor le apret¨® fuerte el cuello y que varios transe¨²ntes recriminaron a Jos¨¦ Mar¨ªa su actitud. Seg¨²n su versi¨®n, logr¨® zafarse y corri¨® hacia el portal de su casa. All¨ª, Jos¨¦ Mar¨ªa la 'golpe¨® en la cabeza y costillas' y la propin¨® 'una patada en el pubis', lesi¨®n que el Samur calific¨® de 'importante'.
Jos¨¦ Mar¨ªa declar¨® en comisar¨ªa que ten¨ªa una hija com¨²n con Nadia. Y que esa noche fue a buscarla para reprocharle que descuidase a la peque?a, pues la mujer trabaja, dijo, 'en una casa de citas'. Seg¨²n su versi¨®n, al verse ambos, ella le agredi¨® y ¨¦l 'se limit¨® a sujetarla'.
Posteriormente, ya ante el juez, Jos¨¦ Mar¨ªa a?adi¨® que 'ten¨ªa lesiones en un dedo causadas por Nadia'. Tras analizar ambas declaraciones, el fiscal solicit¨® al juez que prohibiera a Jos¨¦ Mar¨ªa acercarse a casa de Nadia. 'No tengo la m¨¢s m¨ªnima intenci¨®n de verla ni de acercarme a ella', declar¨®.
El juez dict¨® a continuaci¨®n un auto en el que indica: 'Quien dicta no puede imponer la misma prohibici¨®n a la denunciante, pero exclusivamente por falta de audiencia '. Y a?ade despu¨¦s: 'Se citar¨¢ a la denunciante para ser o¨ªda, y si el se?or letrado del declarante solicita la prohibici¨®n , podr¨¢ adoptarse respecto a Nadia'. El juez acord¨® en ese momento citar a la mujer en 'calidad de imputada', como 'autora de las presuntas lesiones a Jos¨¦ Mar¨ªa, al existir un parte objetivo de lesiones', escribe.
En el mismo auto, el juez indica a Jos¨¦ Mar¨ªa que 'debe comunicar r¨¢pidamente a su juzgado cualquier acercamiento de Nadia a su persona, con el fin de evitar algo', explica, 'que se est¨¢ observando por experiencia emp¨ªrica y que consiste en que se denuncia incumplimiento de medidas mediante el torticero proceder de ser la persona presuntamente protegida la que provoca el acercamiento al presunto peligroso'.
Al final, el juez impuso a Jos¨¦ Mar¨ªa la obligaci¨®n de comparecer en el juzgado 'los lunes y viernes de cada semana'. La declaraci¨®n de Nadia ante el juzgado, como imputada, se produjo finalmente el 15 de diciembre de 2000. Preguntada la mujer sobre los hechos, se limit¨® a responder: 'No tengo nada que decir'.
Seis d¨ªas despu¨¦s, el juez decret¨® el sobreseimiento del caso, alegando que Nadia, pese a ser citada, hab¨ªa obviado ser reconocida por el forense. Y dijo que, en todo caso, los hechos eran una falta.
El fiscal, en su recurso, discrepa: 'De lo actuado se desprende que hubo malos tratos en el ¨¢mbito familiar', y recuerda que hay testigos que vieron la agresi¨®n, provocada por 'un experto en k¨¢rate'. Seg¨²n el fiscal, debe proseguir la investigaci¨®n por delito -fue hallada 'inconsciente'- e indicar las 'importantes lesiones' causadas a Nadia en el pubis. Recuerda la condici¨®n de inmigrante de Nadia y llama la atenci¨®n de que ¨¦sta, que siempre estuvo localizada tras la agresi¨®n, desapareciese despu¨¦s de que el juez, que iba a citarla 'en calidad de imputada', avanzase en el interrogatorio a Jos¨¦ Mar¨ªa.
La otra decisi¨®n judicial recurrida por el fiscal se produjo el pasado 2 de abril. En esta ocasi¨®n, los agentes acudieron al portal del n¨²mero 9 de la calle de Balaguer requeridos por Antonia C. H., peruana de 32 a?os. Antonia, que 'sangraba abundantemente por la cabeza', coment¨® que su compa?ero sentimental, Emilio C. A., 'hab¨ªa cogido un cazo de cocina y le hab¨ªa dado un golpe en la cabeza'.
Tras ser detenido, Emilio C. admiti¨® la agresi¨®n a Antonia, que recibi¨® varios puntos de sutura en la cabeza. En comisar¨ªa cont¨® que lleg¨® ese d¨ªa a su domicilio y que llam¨® la atenci¨®n a su pareja porque su padre iba a ir a visitarles 'y no hab¨ªa hecho nada en todo el d¨ªa'. Agreg¨® que, enfadada, rompi¨® algunos platos. Y afirm¨® que despu¨¦s fueron ambos a un centro comercial y que, al empezar ¨¦l a insultarla, regres¨® sola a casa.
Seg¨²n Antonia, su compa?ero volvi¨® al piso poco despu¨¦s de la discusi¨®n y lo primero que hizo, apunt¨®, fue 'insultarla' e 'intentar agredirla con un cintur¨®n'. La mujer a?adi¨® que, como no pudo conseguirlo, al final le dio con el cazo en la cabeza.
Asimismo Antonia declar¨® que viv¨ªa con el agresor desde hac¨ªa seis a?os y que durante ese tiempo le hab¨ªa puesto 'varias denuncias' por malos tratos f¨ªsicos y ps¨ªquicos. Y que, en una ocasi¨®n, hab¨ªa estado en un centro de mujeres maltratadas. 'Cuando bebe se pone muy violento', dijo.Ante el juez, Emilio C., de 33 a?os, subray¨® que la disputa se debi¨® a que su compa?era le pidi¨® dinero y ¨¦l se lo neg¨®, por lo que ella 'se alter¨® y le tir¨® un plato'. Destac¨® que hubo algunos 'gritos' y que lo ¨²nico que ¨¦l hizo fue 'parar los golpes' que le lanz¨® ella, y que fue ella misma 'la que se golpe¨® con el cazo'. 'Par¨¦ el golpe que me iba a dar con el cazo y, de la misma fuerza, se lo dio ella'. Momentos antes, seg¨²n Emilio, su compa?era hab¨ªa 'cogido un cuchillo de cocina para agredirle'.
Ante estos hechos, el fiscal pidi¨® que se dictase el alejamiento de Emilio de la vivienda, dadas 'las lesiones y malos tratos' producidos, apunt¨®. El juez desestim¨® la petici¨®n, y el fiscal la ha recurrido por entender que la v¨ªctima queda 'desamparada'.
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