La asociaci¨®n Nosotras Mismas busca local
Las mujeres de Chamber¨ª, que perder¨¢n en junio el lugar donde se re¨²nen, reclaman un espacio municipal para sus 450 socias
El calendario de la asociaci¨®n de mujeres Nosotras Mismas, de Chamber¨ª, tiene marcado en color rojo el mes de junio. En esa fecha deben abandonar el local privado de alquiler, en la calle del general ?lvarez de Castro, n¨²mero 16, donde llevan una d¨¦cada. El contrato de arrendamiento finaliz¨® en marzo y el due?o de este piso de 180 metros por el que pagan 125.000 pesetas mensuales no va a renovarlo porque quiere rehabilitar el inmueble, aunque les ha permitido seguir en ¨¦l hasta junio.
La asociaci¨®n carece de medios para arrendar otro espacio en una zona cara como Chamber¨ª, y por eso la ¨²nica salida para evitar que su labor caiga en saco roto es que el Ayuntamiento les ceda un local o interceda ante otras administraciones con inmuebles vac¨ªos.
'El concejal del distrito Luis As¨²a tiene buenas palabras, pero pasa el tiempo y no vemos voluntad pol¨ªtica de resolver el problema', explica Isabel Guti¨¦rrez, presidenta de este entidad, que agrupa a 450 socias.
En el pleno de la junta de marzo PSOE e IU arrancaron a As¨²a el compromiso de estudiar, entre todos, los locales p¨²blicos que pudieran estar inutilizados en la zona. Pero, aunque ya se ha creado un grupo de trabajo para buscarlos, por ahora no hay frutos concretos.
'El Ayuntamiento se toma su tiempo, pero nosotras ya no lo tenemos; este mes necesitamos saber si cerramos porque hay mujeres (320 el a?o pasado) que reciben atenci¨®n psicol¨®gica en el local y no las podemos dejar colgadas, y tenemos tambi¨¦n empleadas (dos psic¨®logas, una administrativa y cuatro monitoras) a las que, si echamos la persiana, debemos avisarles con tiempo', a?ade Guti¨¦rrez, una de las fundadoras de esta entidad, creada en 1991.
'El concejal nos prometi¨® ayuda hace un a?o, cuando le comentamos por primera vez nuestro problema. En febrero nos dijo que en Chamber¨ª no hay locales p¨²blicos y que por qu¨¦ no nos ¨ªbamos a La Ventilla, donde s¨ª existen, pero nosotras estamos implantadas en Chamber¨ª, no en Ventilla', matiza la presidenta.
As¨²a replica que, por su parte, existe 'toda la voluntad pol¨ªtica' de resolver el problema 'porque la labor de esta asociaci¨®n es muy brillante y complementaria a la actividad municipal'. 'El problema es que en Chamber¨ª no hay locales p¨²blicos vac¨ªos, pero seguimos busc¨¢ndolos. Tambi¨¦n habr¨ªa que reflexionar sobre la atomizaci¨®n de las asociaciones, que las hace excesivamente d¨¦biles y vulnerables', matiza.
Para Dorotea de Juan, un ama de casa de 56 a?os, la asociaci¨®n es su segundo hogar. Lleg¨® para seguir unas charlas sobre la menopausia y se qued¨®. 'Yo ven¨ªa de un pueblo de ?vila y, acostumbrada al trato con las vecinas, en Madrid me sent¨ªa aislada', explica. Al principio no sab¨ªa d¨®nde se hab¨ªa metido, pero s¨ª que se encontraba a gusto.
El feminismo era un concepto ajeno a la vida de esta labradora que hasta entonces repart¨ªa su jornada entre el campo y la casa. 'Un d¨ªa me aclararon que ¨¦ste era un espacio para las mujeres, al margen de sus ideas pol¨ªticas y religiosas, y ya no dud¨¦', a?ade.
Las fundadoras de la asociaci¨®n se reconocen simpatizantes de Izquierda Unida. Pero en la actualidad, a la sede acuden mujeres de muy diferentes ideolog¨ªas.
En diez a?os han convertido un viejo almac¨¦n de la asociaci¨®n de vecinos El Organillo -'una cueva de Al¨ª Bab¨¢'- en un local de referencia para la mitad de las mujeres del distrito.
El a?o pasado, unas 800 vecinas de todas las edades pasaron por la sede a recibir consulta psicol¨®gica (a 2.500 pesetas la sesi¨®n o gratis en caso de necesidad); a seguir clases de tai-chi y artes pl¨¢sticas, y a participar en las charlas, excursiones, obras de teatro y sesiones de cine. Algunas fueron derivadas por los servicios sociales, por el hospital Cl¨ªnico San Carlos y por los servicios correspondientes de salud mental de la zona.
Las fuentes de ingresos de esta asociaci¨®n son las subvenciones de la Comunidad (dos millones) y el Consistorio (800.000 pesetas), la caseta que instalan en las fiestas del Carmen, las cuotas de los cursos y las rifas y venta de camisetas. 'Con todo, apenas cubrimos gastos, as¨ª que como para alquilar un local a 300.000 pesetas al mes, que es lo que piden', concluye Guti¨¦rrez.
Las mujeres de Chamber¨ª creen que el Ayuntamiento de Madrid tiene, con su problema, una ocasi¨®n de oro para cumplir uno de los objetivos del primer Plan Municipal de Igualdad de Oportunidades, vigente desde diciembre de 2000: apoyar al movimiento asociativo de mujeres.
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