La lucha contra los lagos asesinos de ?frica
Un equipo cient¨ªfico instala un sistema para extraer di¨®xido de carbono del agua y evitar las erupciones de emisiones mortales
Los cient¨ªficos han logrado, sumergiendo una tuber¨ªa de polietileno en las profundidades del lago Nyos, que agua del fondo del lago, rica en gas, salga hacia arriba en forma de gran surtidor. El di¨®xido de carbono (CO2), generado por la actividad volc¨¢nica en las profundidades de la Tierra, puede as¨ª escapar de manera inocua a la atm¨®sfera en lugar de acumularse por la presi¨®n y, finalmente, explotar.
'Ser¨¢ la primera vez que hayamos podido prevenir un desastre natural', dice James G. Smith, asesor geocient¨ªfico de la Agencia Federal para el Desarrollo Internacional, que financi¨® la mayor parte del proyecto.
Adem¨¢s de colocar la primera de lo que los cient¨ªficos esperan que sea una serie de tuber¨ªas desgasificadoras, han instalado un sistema de advertencia en cada lago. Si los niveles de CO2 aumentan, se disparar¨¢n sirenas y luces para que la gente puedan escapar.'Los habitantes de Nyos parecen muy satisfechos', declara Gregory Tanyileke, del Instituto Camerun¨¦s de Investigaci¨®n Geol¨®gica y Minera. 'Parece el final de una pesadilla para ellos'.
Aunque, por el momento, los cient¨ªficos est¨¢n satisfechos, se?alan que el peligro dista mucho de haber sido superado. El lago Nyos contiene todav¨ªa enormes cantidades de CO2, y una sola tuber¨ªa no ser¨¢ suficiente para eliminarlo. Al equipo le gustar¨ªa poner cuatro o cinco tuber¨ªas m¨¢s en el Nyos para eliminar el riesgo all¨ª, e instalar tambi¨¦n tuber¨ªas en el Monoun, que sigue siendo extremadamente peligroso. Los miembros del equipo calculan que necesitan dos millones de d¨®lares (unos 372 millones de pesetas), pero no tienen una fuente de financiaci¨®n inmediata.
Los lagos Nyos y Monoun son crateriformes, formados al llenarse de agua los cr¨¢teres ya fr¨ªos. En la mayor¨ªa de esos lagos, cualquier gas procedente de fuentes del subsuelo alcanza finalmente la atm¨®sfera al mezclarse las capas de agua de la parte superior peri¨®dicamente con las de la parte inferior, explica George W. Kling, bi¨®logo de la Universidad de Michigan que ha estudiado el Nyos y el Monoun y es uno de los encargados de dirigir el equipo desgasificador.
Pero estos dos lagos, junto con el Kivu, en ?frica Oriental, se salen de lo habitual. El l¨ªmite, denominado quimioclina, entre el agua profunda, rica en gas y minerales, y el agua corriente de la superficie se mantiene intacto. El gas satura el agua del fondo y se queda atrapado all¨ª, como el CO2 de una botella de soda.
Entonces algo -quiz¨¢ un fuerte viento, un tiempo fr¨ªo, una tormenta o un derrumbamiento de tierra- hace que una peque?a cantidad de agua de la superficie se hunda. Ese movimiento, a su vez, provoca el ascenso de parte del agua del fondo. Sin el peso del agua que lo contiene, el gas sale de la soluci¨®n, como las burbujas que emergen cuando se abre una botella de soda.
En el caso del lago Nyos en 1986, el chorro de gas y agua se elev¨® hasta los 80 metros, dice Kling. Avanzando a una velocidad de 72 kil¨®metros por hora, el gas alcanz¨® aldeas situadas a 20 kil¨®metros. El lago liber¨® aproximadamente un kil¨®metro c¨²bico de di¨®xido de carbono; alrededor de 10 estadios de f¨²tbol completos, desde el campo hasta la parte superior de las gradas, explica. En el lago Monoum la nube fue mucho menor, pero aun as¨ª, mortal. Mat¨® a 37 personas que se dirig¨ªan caminando al trabajo por la ma?ana temprano.
La tuber¨ªa de 262 metros instalada ahora en el lago Nyos alivia un poco la presi¨®n. Libera un chorro de gas y agua que asciende hasta los 50 metros. En un a?o, liberar¨¢ unos 4,66 millones de metros c¨²bicos de gas, comenta Michel Halbwachs, de la Universidad de Saboya (Francia), que dirigi¨® la instalaci¨®n y una prueba inicial de desgasificaci¨®n en 1985.
La cantidad de gas equivale aproximadamente a tres o cuatro veces la cantidad que se piensa que penetra en el lago en ese tiempo, afirma King. El Nyos contiene entre 212 y 282 millones de metros c¨²bicos de CO2 (unas 16.000 veces la cantidad contenida en un lago corriente), a?ade.
El lago y la tuber¨ªa estar¨¢n controlados por sensores para comprobar si se produce alg¨²n cambio en la estratificaci¨®n del agua. Dicho cambio causar¨ªa otra explosi¨®n. Si todo funciona como es debido, la informaci¨®n se transmitir¨¢ semanalmente a Francia v¨ªa sat¨¦lite. 'Si se produce algo preocupante, podemos activar las v¨¢lvulas desde Francia, como si estuvi¨¦semos a orillas del lago', dice Halbwachs.
Esas v¨¢lvulas est¨¢n situadas en la parte superior de la tuber¨ªa, y se pueden abrir para permitir que agua menos gaseosa entre en la columna. Esta afluencia de agua m¨¢s estable, reduce la fuerza del chorro y, si todas las v¨¢lvulas est¨¢n abiertas, para por completo el flujo. Una vez se haya formado a los investigadores cameruneses, ser¨¢n ellos quienes realicen todo el trabajo de seguimiento y control desde un observatorio y centro cient¨ªfico situados a orillas del lago y que esta en construcci¨®n.
Aunque los cient¨ªficos, que llevan muchos a?os trabajando en este problema, afirman estar satisfechos con el ¨¦xito de la primera tuber¨ªa, siguen preocupados.
Las sirenas de CO2, que se usan en volcanes de todo el mundo que emiten gases venenosos, servir¨¢n de ayuda. 'Pero en lo que se refiere a mitigar todo el peligro para las personas que viven en las cercan¨ªas del lago, no me siento optimista', dice William C. Evans, qu¨ªmico del Servicio Geol¨®gico de EE UU. Le gustar¨ªa ver pronto m¨¢s tuber¨ªas instaladas en el Nyos.
Adem¨¢s del CO2, el Nyos encierra otro riesgo que no ha sido abordado: una d¨¦bil presa en su orilla norte. Si se fracturase, podr¨ªa causar una erupci¨®n gaseosa y una inundaci¨®n que podr¨ªa llegar incluso hasta Nigeria, afectando a casi 10.000 personas. 'Ahora estoy un poco m¨¢s preocupado por esa erosi¨®n que por el gas', dice Umaru Sule, que sobrevivi¨® al desastre de Nyos pero perdi¨® a la mayor parte de su familia.
Puede que las preocupaciones de Sule queden resueltas. Halbwachs comenta que este mes esta prevista la visita al lago de cinco cient¨ªficos de un grupo Hidr¨®logos sin Fronteras para ver si se puede reforzar la presa.
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