China libera a los tripulantes del avi¨®n esp¨ªa tras aceptar la ¨²ltima disculpa de Bush
El Gobierno chino retiene el aparato y negociar¨¢ los vuelos de espionaje estadounidenses
George W. Bush se har¨¢ este fin de semana la foto que buscaba: la del abrazo de bienvenida a sus 24 compatriotas retenidos durante 11 d¨ªas en la isla china de Hainan. Con esta imagen, las televisiones de EE UU pondr¨¢n un final feliz al incidente, como se lo pusieron a la crisis de los rehenes de Teher¨¢n en cuanto ¨¦stos fueron recibidos por Ronald Reagan. Pero, como entonces, se tratar¨¢ s¨®lo del final del espect¨¢culo. Los problemas de fondo siguen.
La diplomacia de los malabarismos verbales termin¨® funcionando. El pulso se desatasc¨® ayer cuando, en nombre de Bush, el embajador de EE UU en Pek¨ªn, Joseph Prueher, entreg¨® una carta al Ministerio chino de Exteriores que conten¨ªa dos veces la f¨®rmula 'lo lamentamos mucho'. Una, a prop¨®sito de la muerte de un piloto militar chino; la otra, porque el avi¨®n esp¨ªa estadounidense efectu¨® un aterrizaje de emergencia en suelo chino sin pedir permiso. 'Lamentamos mucho la entrada en el espacio a¨¦reo de China y el aterrizaje sin autorizaci¨®n'.
Cuando, tras recibir la carta, Pek¨ªn anunci¨® la inmediata liberaci¨®n de los 24 tripulantes, Bush compareci¨® en la sala de prensa de la Casa Blanca y ley¨® un breve mensaje. '?sta ha sido una situaci¨®n dif¨ªcil para los dos pa¨ªses', dijo. A los 11 d¨ªas del comienzo del pulso, Bush abandonaba su dureza inicial y, sin llegar a hincar la rodilla, se expresaba con mayor suavidad respecto a Pek¨ªn. Si el flamante Gobierno republicano quiere sacar una lecci¨®n de este asunto, ¨¦sta es que con China hay que andarse con tacto, sobre todo cuando tiene las cartas en su mano. Con el EP-3 y su tripulaci¨®n en Hainan, China ten¨ªa una mano ganadora.
La puesta en escena para el final de la parte humana y m¨¢s espectacular de la crisis estaba preparada anoche. Un avi¨®n comercial estadounidense vol¨® desde Guam hasta Hainan para recoger a los 24 norteamericanos, que hoy ser¨¢n llevados a Hawai. Desde ah¨ª viajar¨¢n a la base a¨¦rea de la isla de Whidbey, en el Estado de Washington, donde se desarrollar¨¢ la ceremonia de bienvenida, con Bush como anfitri¨®n.
Pero el EP-3, que seg¨²n sospecha el Pent¨¢gono, ya ha sido inspeccionado y hasta desguazado a fondo por los chinos, se quedar¨¢ en Hainan. 'China tiene todo el derecho a conducir una investigaci¨®n completa sobre el avi¨®n de reconocimiento extranjero', insisti¨® ayer Sun Yuxi, portavoz del Ministerio de Exteriores.
Para China, lo importante comienza ahora. Pek¨ªn le ha arrancado a Washington que el d¨ªa 18 de abril comiencen negociaciones formales sobre el destino del EP-3 y sobre el asunto de fondo: la intensidad y proximidad de los vuelos de espionaje estadounidenses en las costas meridionales chinas. El Pent¨¢gono segu¨ªa sosteniendo ayer que la colisi¨®n entre el EP-3 y el caza chino, el 1 de abril, fue provocada por la 'irresponsable agresividad' del piloto del segundo aparato, que efectu¨® dos pasadas muy cerca. Pero Pek¨ªn lo presentaba ayer como un 'gran patriota'.
Termina bien en t¨¦rminos humanos un conflicto que record¨® los de la guerra fr¨ªa pero con reglas de juego distintas.
La crisis tambi¨¦n ha puesto en evidencia las contradicciones internas del equipo de Bush, en el que contrastan la diplomacia de Colin Powell con la agresividad del Pent¨¢gono. Si alguna vez la hubo, la luna de miel entre Bush y el poder de Washington ha terminado.
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