El Numancia pospone su adi¨®s a Primera

Decididos a desunir sus err¨¢ticas trayectorias, a respirar ox¨ªgeno a costa del vecino empantanado, Numancia y Real Sociedad se dieron a todo tipo de excesos en un encuentro de cuadril¨¢tero de boxeo. Cuesti¨®n de supervivencia, ambos conjuntos decidieron prescindir de cualquier rigor, esquema o t¨¢ctica para lanzarse en una discusi¨®n que tuvo poco o nada que ver con el f¨²tbol.

Numancia y Real Sociedad jugaron de acuerdo a su id¨¦ntica urgencia y ofrecieron un encuentro vertiginoso, descarnado y, sobre todo, exagerado. Hubo dosis generosas de emoci¨®n, ocasiones, muchos goles y todo bajo el paraguas de un f¨²tbol primitivo, irreflexivo. Como es habitual en estos casos, el centro del campo qued¨® declarado como zona de paso y no como sala de m¨¢quinas. El bal¨®n estuvo siempre en una u otra ¨¢rea, donde llegaba sin cocinar, como un plato fr¨ªo a adecentar por los delanteros. Curiosa tarea para dos equipos acuciados por su alarmante falta de remate, carencia que resolvieron a base de empuje, en el caso del Numancia, e individualismo en el de los donostiarras.

El tono confuso de la cita amenazaba con perpetuarse para desesperaci¨®n de unos y otros, cada vez m¨¢s apresurados y desacertados. El bal¨®n volaba arriba y abajo, sin pausa, sin due?o, alternando su presencia en cada ¨¢rea. Sin transici¨®n alguna, el encuentro homenaje¨® un tipo de f¨²tbol f¨ªsico, visceral, ideal para Numancia y Real Sociedad, que est¨¢n donde est¨¢n, precisamente, por falta de argumentos est¨¦ticos. S¨®lo De Pedro supo controlarlo, pero a bal¨®n parado, claro: transform¨® una falta lejan¨ªsima con la que inaugur¨® el marcador.

La ventaja de la Real, ef¨ªmera, fue contestada de forma mim¨¦tica. Otra falta, otro gol, y a empezar de nuevo. Es decir, m¨¢s prisas, nuevas carreras. Todo un homenaje a la imprecisi¨®n.

El descanso sirvi¨® al menos para serenar las idas y venidas del encuentro. La Real encontr¨® un punto de sosiego, no as¨ª el Numancia, que acus¨® m¨¢s la presi¨®n derivada de su comprometida situaci¨®n en la tabla. Con el juego atascado, Koklov improvis¨® un lanzamiento que concedi¨® un gol inesperado para su equipo. Sin embargo, el Numancia continu¨® atento a su frenes¨ª, a su presi¨®n por todo el terreno de juego, a su verticalidad grosera pero agobiante. La Real tuvo que encomendarse al contragolpe, un ejercicio que complace a los de Toshack. As¨ª fabricaron el tercer gol, que en apariencia noqueaba al Numancia. Pero la propia Real se encarg¨® de contradecir la evidencia. Su defensa sufri¨® uno de sus habituales apagones, precisamente cuando mayor solvencia hab¨ªa demostrado. A partir de entonces, el Numancia empez¨® a ganar todos los balones en el ¨¢rea de la Real. En un visto y no visto fabricaron un empate deudor de la desesperaci¨®n y de la endeblez de la defensa visitante. Rosu, desaparecido tras su hat-trick al Real Madrid, repareci¨® a tiempo de enganchar a su equipo a Primera.