La polic¨ªa alerta del creciente riesgo sanitario en Las Barranquillas
La narcosala no previene la extensi¨®n del sida o la hepatitis, dice el informe - 13.000 toxic¨®manos se surten en Las Barranquillas, donde acuden 4.000 adictos a diario
Si no mejora la situaci¨®n asistencial en el poblado de Las Barranquillas, el mayor hipermercado de la droga de Espa?a, las enfermedades infecto-contagiosas asociadas al consumo de drogas por v¨ªa intravenosa -fundamentalmente sida y hepatitis B y C- pueden alcanzar una extensi¨®n 'alarmante' y muy dif¨ªcil de controlar. As¨ª se asegura en un informe elaborado por el Grupo Antidroga de la Comisar¨ªa de Vallecas Villa, que ha sido enviado al Plan Nacional sobre Drogas para su valoraci¨®n.
Adem¨¢s, el informe se?ala el aumento de enfermedades psiqui¨¢tricas derivadas del creciente consumo de coca¨ªna, un estupefaciente que se consume ya en la misma proporci¨®n que la hero¨ªna y que se ha convertido en la 'droga del futuro'.
El informe, recogido por la agencia Efe, no ahorra detalles sobre las insalubres condiciones del poblado, en el que los 4.000 toxic¨®manos que acuden a diario al poblado comparten espacio con ratas, basura, jeringuillas usadas y recipientes con restos de drogas que algunos de los adictos m¨¢s desesperados no dudan en apurar para paliar el mono. Las precarias chabolas en las que los vendedores habituales despachan la droga y en las que los toxic¨®manos consumen su dosis carecen de agua y luz y de los servicios sanitarios b¨¢sicos.
De esos cuatro millares de drogodependientes, s¨®lo 150 acuden a diario a la sala de venopunci¨®n abierta en el poblado desde mayo del a?o pasado. El informe policial es bastante cr¨ªtico con la narcosala abierta por la Comunidad de Madrid en la que se facilita a los drogodependientes jeringuillas nuevas, agua destilada y un lugar donde pincharse. Seg¨²n el escrito de los agentes de la comisar¨ªa vallecana, 'la sala de venopunci¨®n se utiliza poco' y, adem¨¢s, la relaci¨®n de los gestores del centro con los agentes es 'distante', ya que creen que la proximidad de los polic¨ªas 'perturba el buen funcionamiento de la sala'.
El informe pone de manifiesto que, frente a la creencia generalizada de que los toxic¨®manos se ven obligados a robar para pagarse su dosis diaria, la mayor¨ªa de los drogodependientes pueden costearse su adicci¨®n gracias a los ingresos de su trabajo, a las pensiones asistenciales que reciben o a las ayudas de la familia. El gasto medio diario de los compradores en Las Barranquillas es de 2.000 pesetas.
La gran mayor¨ªa de las chabolas del poblado son, seg¨²n rese?a el informe, 'muy precarias'. Est¨¢n construidas con materiales de desecho, carecen de agua, luz y los servicios higi¨¦nicos b¨¢sicos, salvo algunas tomas ilegales. Los toxic¨®manos se hacinan entre las ratas, la basura y las jeringuillas con restos de droga.
Seg¨²n datos del Centro de Atenci¨®n a Drogodependientes (CAD) de La Rosilla, que la polic¨ªa considera extrapolables a Las Barranquillas, los porcentajes de VIH positivos pueden superar el 40%, y la hepatitis B y C, el 70%, entre los denominados machacas (toxic¨®manos al servicio de los traficantes).
El hipermercado de la droga est¨¢ gestionado en su totalidad por familias de etnia gitana, seg¨²n el informe policial. Unas 800 personas, repartidas en 200 familias, se reparten un lucrativo negocio que genera un ingreso medio por n¨²cleo de 450.000 pesetas mensuales.
La mayor¨ªa de los vendedores son j¨®venes de entre 18 y 30 a?os. El 62% de la poblaci¨®n de Las Barranquillas tiene antecedentes policiales, y el 41% ha sido acusado de narcotr¨¢fico. El informe se?ala que el porcentaje de antecedentes por venta de droga es m¨¢s elevado entre las mujeres, ya que son ¨¦stas las que suelen dedicarse a la venta, mientras que los hombres del poblado hacen tareas de vigilancia. El a?o pasado, el 12% de la poblaci¨®n de Las Barranquillas fue detenido por narcotr¨¢fico.
La mayor¨ªa de la poblaci¨®n es analfabeta (dos tercios) y el resto lee y escribe con dificultad 'porque la escuela es una instituci¨®n rechazada en los poblados', dice el informe, que a?ade que los ni?os aprenden a contar monedas y billetes, pero no saben manejar moneda fraccionaria, ya que, seg¨²n dijeron a Efe los investigadores, la droga se vende a precio redondeado.
La narcosala
La mayor¨ªa de los 13.000 toxic¨®manos que visitan habitualmente Las Barranquillas consume en el interior de los coches en los que han acudido al poblado, en casas abandonadas o a la intemperie. 'La sala de venopunci¨®n se utiliza poco', estima la polic¨ªa, que a?ade que los gestores de este centro de la Comunidad de Madrid mantienen una relaci¨®n 'distante' con los agentes porque creen que su proximidad 'perturba el buen funcionamiento de la sala'. La narcosala, que naci¨® con la previsi¨®n de atender a 150 toxic¨®manos al d¨ªa, arranc¨® con unas cifras muy inferiores, que han ido creciendo sobre todo desde que, el pasado 1 de enero, comenzase a funcionar las 24 horas. En diciembre, las cabinas de inyecci¨®n de la narcosala se usaban una media de 46 veces al d¨ªa. En la primera semana de enero, en cada jornada se registr¨® una media de 103 venopunciones (66 por el d¨ªa y 37 por la noche). En noviembre hubo 33 inyecciones diarias y 20 en octubre.
El perfil medio del consumidor es el de un var¨®n de 35 a?os, el 67% de los cuales tiene antecedentes policiales, y que compra diariamente, por unas 2.000 pesetas, 0,2 gramos de hero¨ªna o coca¨ªna (caf¨¦ o leche, en clave), que fuma o inhala en lo que se llama chino, ya que el chute (inyecci¨®n) cada vez se utiliza menos.
El ¨¦xito que el poblado tiene entre los consumidores, a pesar de estar alejado de la ciudad, se debe a la mejor calidad de la hero¨ªna y coca¨ªna, y al precio, mucho m¨¢s barato que en los puntos de venta de los barrios. Para llegar hasta Las Barranquillas, los toxic¨®manos utilizan las cundas: uno de los drogodependientes pone su coche a disposici¨®n de otros tres o cuatro consumidores y los lleva al poblado a cambio de cierta cantidad de dinero. El precio es de 500 pesetas si se sale del centro de Madrid y de 1.000 si el punto de partida est¨¢ en alguna localidad del cintur¨®n urbano. Esta cantidad le sirve al conductor para pagarse su dosis y el coche es utilizado luego por todos para consumir la droga en su interior.
'Machacas', 'tirados' y 'apurajeringuillas'
El informe sostiene que 'hay que asumir la droga como una enfermedad social cr¨®nica imposible de erradicar' y clasifica cuatro tipos de toxic¨®manos que pueden hallarse en el poblado marginal de Las Barranquillas en funci¨®n de las pautas de consumo: machacas, tirados, familiares de los traficantes y toxic¨®manos con trabajo.
El machaca es una persona 'muy deteriorada', con alto grado de dependencia, que 'se mete' todo lo que puede, y que es, de hecho, un 'esclavo' del traficante. 'El toxic¨®mano recibir¨¢ los golpes de los traficantes, con motivo o sin ¨¦l, con la resignaci¨®n del que no puede hacer nada para evitarlo', indica el informe policial.
Los tirados, seg¨²n el escrito, est¨¢n a¨²n peor que los machacas y se benefician de los restos de los otros toxic¨®manos. En este grupo se incluyen los apurajeringuillas, que utilizan los restos de sangre que quedan en las jeringuillas de otros, y los arreba?abotes. ?stos obtienen droga recogiendo la poca que resta en los recipientes despu¨¦s de ser utilizados por otros.
El tercer grupo lo componen los toxic¨®manos traficantes o familiares de los traficantes que residen en Las Barranquillas. ?stos se caracterizan por tener un f¨¢cil acceso a la droga, circunstancia que facilita un consumo elevado. Los investigadores afirman que, al ser detenidos, pasan peor el mono (carencia de droga) en los calabozos que otros toxic¨®manos acostumbrados a la abstinencia.
El cuarto grupo es el compuesto por toxic¨®manos con trabajo. Es el mayoritario. Consume la droga en Las Barranquillas inmediatamente despu¨¦s de comprarla.
Frente a la opini¨®n de que el toxic¨®mano tiene necesariamente que robar para pagarse su dosis diaria, los investigadores aseguran que la mayor¨ªa de ellos puede coste¨¢rsela con los ingresos que obtiene de su ocupaci¨®n laboral, con las pensiones asistenciales que perciben o las ayudas de la familia. El gasto medio diario en droga es de, aproximadamente, 2.000 pesetas.
'Muchos robos y atracos est¨¢n relacionados con la droga, pero esto no quiere decir que la gran mayor¨ªa de los toxic¨®manos recurran a cometer delitos para obtener su dosis', sostienen los investigadores policiales.
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