La sombra de Fidel Castro planea sobre Quebec
El nombramiento del militante anticastrista Otto Reich para el puesto de secretario de Estado adjunto para el hemisferio occidental y la posible plena aplicaci¨®n de la ley Helms-Burton a partir del pr¨®ximo verano ensombrecen las buenas intenciones panamericanas de George Bush. Estados Unidos tendr¨¢ problemas con M¨¦xico, Canad¨¢ y Venezuela, entre otros, si Bush adopta la m¨¢s rancia mano dura con la Cuba de Castro.
Presente en los c¨®nclaves iberoamericanos o ausente en ¨¦ste de Quebec, Castro es siempre protagonista de las reuniones hemisf¨¦ricas. Cuando los 34 l¨ªderes reunidos en Quebec mencionaban ayer la 'cl¨¢usula democr¨¢tica' como requisito imprescindible para participar en la todav¨ªa imaginaria ?rea de Libre Comercio de las Am¨¦ricas (ALCA), se refer¨ªan a cualquier posible Gobierno caudillista o militar que pueda emerger en el continente. Pero todos pensaban en Cuba.
Cuba es el ¨²nico pa¨ªs americano ausente en Quebec. Pero eso no impidi¨® a Castro dar su doctrina el pasado lunes, con motivo del 40? aniversario de su victoria en bah¨ªa Cochinos. Seg¨²n el l¨ªder cubano, EE UU pretende en Quebec 'adelantar el fest¨ªn', acelerar el proceso para extender el dominio de sus multinacionales por todo el continente, pero los pueblos de Am¨¦rica Latina y el Caribe 'pueden ser devorados, pero no digeridos; escapar¨¢n m¨¢s tarde o m¨¢s temprano del vientre de la ballena'. Esta ret¨®rica preocupa poco a Bush. Aqu¨ª pesan m¨¢s las protestas de Canad¨¢ por las trabas que sigue imponiendo EE UU a sus productos o la voluntad brasile?a de no apresurar el nacimiento del ALCA. Ahora bien, Cuba, de modo indirecto, puede terminar aguando el fest¨ªn del panamericanismo. Y es que Bush deber¨¢ decidir en junio si mantiene o no la actitud de Bill Clinton, que a?o tras a?o se negaba a hacer entrar en vigor el t¨ªtulo tercero de la ley Helms-Burton, el m¨¢s comprometido, ya que obligar¨ªa a EE UU a aplicar duras sanciones contra las empresas que hacen negocios en Cuba.
Las fuentes de la Casa Blanca consultadas por EL PA?S confirman la existencia de un vivo debate en el Gobierno de Bush sobre este asunto. Sectores del Consejo Nacional de Seguridad advierten al presidente de que si no mantiene la pol¨ªtica de Clinton se enfrentar¨¢ no s¨®lo a la UE, sino a pa¨ªses americanos como M¨¦xico o Canad¨¢, con los que pretende liderar el proceso del ALCA. Pero en sentido contrario presionan los halcones republicanos pr¨®ximos a la Fundaci¨®n Nacional Cubano-Americana, que, adem¨¢s de los habituales legisladores Jesse Helms y Lincoln D¨ªaz-Balart, cuentan con una figura de peso en el seno del Gobierno: Otto Reich, secretario de Estado adjunto para Asuntos Latinoamericanos. Reich a¨²n no ha sido confirmado por el Senado. Muchas canciller¨ªas latinoamericanas, consideran su nombramiento como una 'provocaci¨®n gratuita'. Reich es un exiliado cubano. Escap¨® de la isla en 1960 e hizo carrera en EE UU. En los a?os ochenta, con Reagan, fue el jefe de una controvertida oficina de manipulaci¨®n informativa contra los sandinistas nicarag¨¹enses. En los noventa impuls¨® la ley Helms-Burton. Desde 1996, y hasta ahora, Reich hizo lobby en Washington a favor de la empresa alcoholera de exiliados cubanos Bacard¨ª. Seg¨²n The Washington Post, ingres¨® 600.000 d¨®lares por ese trabajo.
Con el nombramiento de Reich, Bush agradeci¨® el apoyo mayoritario que le prest¨® el exilio cubano de Florida en las elecciones presidenciales, un apoyo que se revel¨® decisivo.
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