Jos¨¦ Mari y la terapia de 'fuera las muelas'
El Milan es un s¨ªmbolo de la injerencia progresiva de la t¨¦cnica y la medicina en el f¨²tbol, acompa?ada del declive deportivo. Toda la plantilla del Milan ha pasado por innumerables pruebas m¨¦dicas esta temporada, la m¨¢s extra?a de las cuales inclu¨ªa la medici¨®n de una serie de valores en los huesos de la base del cr¨¢neo.
Ante la pose cient¨ªfica del grupo de m¨¦dicos que expon¨ªan el estudio con garbo acad¨¦mico y discurso florido, todos los jugadores ten¨ªan que morder unas placas sensibles que proyectaban la acci¨®n de la mand¨ªbula y el cr¨¢neo. Porque, dicen los doctores lombardos, aquello afecta directamente al equilibrio y, por ende, a la forma en que se corre, al modo de golpear un bal¨®n, o a otras suertes del juego. 'Hay que ser profesionales, hay que explotar todas las posibilidades cient¨ªficas', cantaban. Al jugador cuya prueba arroj¨® datos negativos se le asign¨® una terapia, un trabajo espec¨ªfico en el gimnasio, o se le mand¨® al dentista a que le quitaran un par de muelas. Eso le ocurri¨® a Jos¨¦ Mari, al que le sustrajeron las muelas del juicio con el argumento de que se trataba de un lastre que no le permit¨ªa alcanzar su m¨¢ximo potencial futbol¨ªstico.
Dicen que el veterano Boban juzga estos casos con el t¨¦rmino italiano pazzesco, 'loco'. A los 33 a?os es uno de los s¨ªmbolos crepusculares del Milan que domin¨® Europa a principios de los noventa. Hace unas semanas, en la intimidad del vestuario, se paseaba solo se?alando a su alrededor, a Alberto Zacceroni, el ex entrenador, y a varios empleados del club, abocados a tareas absurdas. Ve¨ªa, por ejemplo, que el t¨¦cnico prescind¨ªa de un maravilloso extremo brasile?o, llamado Jorginho, para hacer jugar a Coco, evidentemente inferior como futbolista pero con mejor resistencia f¨ªsica. Boban valoraba el criterio t¨¦cnico imperante, la hierba agujereada de San Siro y la crisis del club y su cara de hartazgo escup¨ªa la palabra: 'Pazzesco'.
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