Francia aprueba un plan para promover el estudio de las lenguas regionales
El corso, bret¨®n, euskera y catal¨¢n se ofrecer¨¢n obligatoriamente en los centros
El ministro franc¨¦s de Educaci¨®n, Jack Lang, acaba de aprobar un plan para favorecer la ense?anza de las llamadas 'lenguas regionales', que ha provocado controvertidas reacciones en diversos pa¨ªses. Los franceses tendr¨¢n desde la educaci¨®n infantil la lengua regional como materia optativa, como ocurre con el ingl¨¦s, con un m¨¢ximo de tres horas semanales. En primaria y secundaria, junto a las dos lenguas extranjeras obligatorias, se propondr¨¢n tres horas semanales de lenguas como el corso, occitano, bret¨®n, euskera y catal¨¢n. El Gobierno tiene hasta el 2006 para aplicar la medida.
La reciente aprobaci¨®n por parte de Jack Lang, ministro franc¨¦s de Educaci¨®n, de un plan para favorecer la ense?anza de las llamadas 'lenguas regionales' ha sido interpretado de distintas maneras. En Alemania, la incitaci¨®n a aprender el alsaciano ha sonado a reconocimiento del potencial econ¨®mico-cultural del gran vecino europeo, y en Espa?a se ha interpretado que la iniciativa de Lang responde a la necesidad de dar alguna satisfacci¨®n al radicalismo vasco. Algunos peri¨®dicos, como el franc¨¦s Lib¨¦ration, se han preguntado si 'las orientaciones propuestas por Lang no estar¨¢n hechas a medida de los corsos y de su futuro nuevo estatuto, reci¨¦n aprobado'.
En la actualidad, de un censo de m¨¢s de tres millones de estudiantes, s¨®lo 152.000 reciben clases de alguna de las distintas lenguas regionales: 72.000 de occitano, 28.000 de corso, 21.000 de bret¨®n, 9.000 de euskera, 9.000 de catal¨¢n y 6.000 en la lengua de la zona del Mosela. Del total de 152.000, s¨®lo 28.000 reciben una ense?anza propiamente biling¨¹e.
El gran problema para el actual Gobierno de Lionel Jospin surgi¨® tras firmar, el 7 de mayo de 1999, la Carta Europea de Lenguas Regionales o Minoritarias, en la que se comprometi¨® a facilitar su difusi¨®n y aprendizaje. Era una firma prudente, que de los casi cien par¨¢metros posibles s¨®lo ratificaba el cumplimiento de 39. En ning¨²n caso se admit¨ªa, por ejemplo, que el corso, catal¨¢n, euskera o bret¨®n pudieran utilizarse por la Administraci¨®n p¨²blica o que los ciudadanos pudieran servirse de su lengua regional m¨¢s all¨¢ del ¨¢mbito estrictamente privado. Esta situaci¨®n tiene muy poco que ver con la de Espa?a.
El presidente Jacques Chirac, que en 1996 estaba a favor de firmar la citada Carta, en 1999 ya no lo ve tan claro, una vez que no gobiernan los suyos. ?l, como Edgar Faure, podr¨ªa suscribir aquello de que 'no es que yo sea un veleta, sino que el viento sopla ahora en otra direcci¨®n'.
Para desbloquear el problema de la Carta, Jack Lang ha encontrado la f¨®rmula m¨¢gica: la ense?anza de la lengua regional no es obligatoria pero el Estado s¨ª tiene la obligaci¨®n de ofrecerla. El estatuto corso, en una primera redacci¨®n, preve¨ªa que la 'lengua corsa ser¨ªa ense?ada a todos, excepci¨®n hecha de aquellos alumnos cuyos padres no lo deseasen'. Dado el contexto insular -bombas y amenazas-, no parec¨ªa que ese derecho a la negativa pudiera ejercerse. Ahora, la obligatoriedad no recae en los padres sino en el Estado. El ministro record¨® que 'el justo combate (el de la ense?anza p¨²blica, laica y gratuita para todos) ha supuesto su parte de injusticia (la supresi¨®n de las diferencias)'.
Los colegios e institutos podr¨¢n crear 'secciones regionales' como se han creado 'secciones europeas'. Esto significa que algunas materias, al margen de la propia lengua, podr¨¢n ser ense?adas en catal¨¢n, creole, bret¨®n, euskera, corso, occitano o alsaciano.
Para hacer el plan posible, el Gobierno se da de plazo hasta 2006, tiempo necesario para buscar los profesores biling¨¹es adecuados. El Ministerio ve con buenos ojos evolucionar a la larga 'hacia formas de ense?anza de inmersi¨®n', para favorecer el adquirir el conocimiento del idioma regional que, eso s¨ª, en ning¨²n caso han de olvidar el franc¨¦s.
En Breta?a, las llamadas escuelas Diwan ya funcionan con este sistema 'de inmersi¨®n' y ahora est¨¢n negociando su inclusi¨®n dentro de la educaci¨®n p¨²blica. Eso significa que los alumnos deber¨¢n superar un examen de franc¨¦s entre los nueve y 10 a?os para probar que su escolarizaci¨®n no se ha hecho en detrimento del idioma com¨²n, 'el de la Rep¨²blica', seg¨²n reza la Constituci¨®n.
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