El Valencia empata a cero con el Leeds
El equipo de C¨²per aguanta en Elland Road y todo queda pendiente del encuentro de vuelta
La vieja guardia valencianista, su experimentada y excelente defensa, aguant¨® el chaparr¨®n de Elland Road, donde el titular del lugar, el Leeds United, atac¨® como un poseso. Gran trabajo defensivo del que por supuesto particip¨® Ca?izares, brillante en cada peque?o detalle del intens¨ªsimo encuentro. El Valencia jug¨® el partido que ten¨ªa previsto, con mucho coraje y sacrificio, pero explor¨® poco las penurias defensivas que ense?¨® en m¨¢s de una ocasi¨®n el Leeds. Todo pendiente, pues, de la vuelta en Mestalla, donde no estar¨¢n ni Carboni ni Baraja por sanci¨®n.
Partido muy brit¨¢nico en Elland Road: de ida y vuelta, de juego en las ¨¢reas, de mucho contacto f¨ªsico y muchas oportunidades de gol, en una porter¨ªa y en la otra. Una gozada, en fin, para el aficionado del condado de Yorkshire, que echaba humo con sus aplausos. '?Qu¨¦ partido m¨¢s vibrante!, dec¨ªa un seguidor local en el descanso. Y ya se sabe en estos casos: el bal¨®n que se queda sin un segundo de respiro, va como loco, a ritmo vertiginoso de aqu¨ª para all¨¢ sin que en el centro del campo nadie sea capaz de gobernarlo.
LEEDS 0| VALENCIA 0
Leeds: Martyn; Mills, Ferdinand, Matteo, Harte; Bowyer, Dacourt, Batty, Kewell; Smith y Viduka. Valencia: Ca?izares; Angloma, Ayala, Pellegrino, Carboni; Mendieta, Baraja, Albelda, Kily Gonz¨¢lez (Vicente, m. 86); S¨¢nchez (Zahovic, m. 66) y Carew. ?rbitro: Collina (Italia). Amonest¨® a Baraja y Carboni. Unos 36.000 espectadores en Elland Road.
El Leeds empuj¨® con la tremenda energ¨ªa que le contagia su entusiasta p¨²blico mientras el Valencia se defendi¨® con su habitual orden, pero con el trasero demasiado pegado a su portero Ca?izares, con el miedo en el cuerpo. As¨ª transcurri¨® el primer tiempo. Menos mal que Pellegrino anduvo impecable en el marcaje del corpulento australiano Viduka. Gran temporada la del central argentino que no quiso el Bar?a en su d¨ªa.
El cuero le duraba al Valencia un pesta?eo. Sentado Aimar, apenas contaba con gente para retenerlo. El equipo de C¨²per entr¨® en el cuerpo a cuerpo sin remilgos. Para eso ubic¨® ah¨ª C¨²per a Albelda, que se faja con el m¨¢s pintado, se llame Dacourt, Batty o el mism¨ªsimo Vinni Jones, que, por cierto, fue en su d¨ªa jugador del Leeds. Y, sin embargo, el Valencia tuvo tres ocasiones de oro. Todas merecieron el gol. La primera una preciosa chilena de Carew a un centro de S¨¢nchez. Poco despu¨¦s Mendieta, siempre grande en las grandes citas, cabece¨® a larguero un bal¨®n que puso en evidencia la vulgaridad de la defensa y el portero de Leeds, que tiritaban cada vez que el Valencia enviaba el bal¨®n al piso. S¨®lo Ferdinand parec¨ªa mantener el tipo, pero tampoco pues, al filo del descanso, le dio un pase perfecto a S¨¢nchez, cuyo remate lo par¨® Martyn de manera notable.
Tal y como se preve¨ªa, todo el peligro del Leeds lleg¨® en las jugadas a bal¨®n parado. El menudo laterla izquierdo Harte golpea de rosca con la zurda para que entren a rematar sus compa?eros como locomotoras. Los chicos de C¨²per lo sab¨ªan, pero no por ello eludieron cometer faltas a porrillo en zonas comprometidas. De un c¨®rner naci¨® un cabezazo de Matteo que salv¨® desde la l¨ªnea (o quiz¨¢ dentro) una milagrosa mano de Ca?izares. El guardameta espa?ol estuvo espl¨¦ndido. Fue uno de los indiscutibles protagonistas del equipo valencianista, pues estuvo muy activo y solvent¨® la papeleta con acierto.
El grupo de O'Leary volvi¨® a echarle el aliento en el cogote al Valencia tras la reanudaci¨®n. Entonces se vio a su futbolista m¨¢s refinado, Kewell, que se las hizo pasar canutas a Angloma con esa zurda de seda. Lo pas¨® mal el conjunto valenciano, que recurri¨® m¨¢s que nunca a la sobriedad de sus dos centrales, Ayala y Pellegrino. Kewell fue una pesadilla para la zaga valencianista, pues arm¨® un bullicio considerable, desbordando e intentando el uno contra uno continuamente. Era uno de los tapados del Leeds.
Necesitaba un respiro y C¨²per introdujo a Zahovic, que est¨¢ en vena. El Valencia sali¨® un tanto de la cueva al tiempo que algunos de sus jugadores se desped¨ªan por tarjetas del choque de vuelta: Carboni y Baraja. S¨®lo el rebelde Mendieta prosegu¨ªa su b¨²squeda incansable de la porter¨ªa inglesa. Aunque con escasa compa?¨ªa, demasiado escasa. M¨¢s todav¨ªa si el que recibe el bal¨®n es Carew, que pifi¨® un gol cantado en el ¨²ltimo suspiro. El resultado es muy esperanzador para que el equipo de C¨²per dispute su segunda final consecutiva.
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