Las patentes y los pobres
La mayor¨ªa de los f¨¢rmacos que ayudan a salvar vidas se fabrican con patente de empresas farmac¨¦uticas occidentales. Sin embargo, los precios protegidos por las patentes a menudo dejan estos medicamentos fuera del alcance de los habitantes de los pa¨ªses pobres. As¨ª, mientras que muchos pacientes de sida de los pa¨ªses ricos se mantienen vivos gracias a los f¨¢rmacos, en los pa¨ªses pobres mueren millones antes de tiempo.
El tratamiento t¨ªpico contra el sida cuesta unos 10.000 d¨®lares anuales (casi dos millones de pesetas) por paciente en los pa¨ªses ricos. Pero producir algunas de las combinaciones de tres f¨¢rmacos utilizadas para tratar el sida cuesta s¨®lo entre 350 y 500 d¨®lares anuales (entre 64.000 y 92.000 pesetas). Algunos fabricantes de productos gen¨¦ricos, como Cipla de India, se han ofrecido a proporcionar estos f¨¢rmacos a precios cercanos al coste de producci¨®n. Merck, Abbott Laboratories y Bristol Myers Squibb, tres grandes empresas con patente, est¨¢n dispuestas a suministrar a ?frica con 'beneficio cero', es decir, aproximadamente a un precio de 500 d¨®lares por paciente y a?o.
Una forma de dar a los pobres las medicinas que necesitan es establecer diferentes precios en los pa¨ªses ricos y en los pobres. En los pa¨ªses ricos, la patente deber¨ªa mantenerse para que la industria siga innovando.
Esto es importante en el caso del sida, porque la expansi¨®n de virus resistentes significa que van a ser necesarios nuevos f¨¢rmacos para que los tratamientos sigan siendo eficaces. Para garantizar que las empresas farmac¨¦uticas sigan innovando, son necesarios los beneficios, protegidos por las patentes.
Pero los pa¨ªses pobres -o los donantes- no pueden pagar los mismos precios que los ricos.
De hecho, los pa¨ªses pobres son tan pobres que no pueden permitirse muchos medicamentos ni siquiera a precio de coste. Pocos africanos, por ejemplo, podr¨¢n permitirse un tratamiento contra el sida aunque est¨¦ suministrado por los fabricantes de productos gen¨¦ricos.
Cualquier soluci¨®n viable requiere lo siguiente:
- Las empresas farmac¨¦uticas -ya sean propietarias de patentes o fabricantes de productos gen¨¦ricos- deben proporcionar f¨¢rmacos a los pa¨ªses pobres a precios cercanos al coste de producci¨®n.
- El precio de los medicamentos en los pa¨ªses ricos debe mantenerse m¨¢s alto a trav¨¦s de la protecci¨®n de la patente, para incentivar la innovaci¨®n.
- Los mercados ricos y pobres se deben separar, de forma que no se produzca un contrabando de f¨¢rmacos desde los pa¨ªses pobres a los ricos.
- Los Gobiernos de los pa¨ªses ricos deben proporcionar una ayuda sustancial a los pa¨ªses pobres para hacer que los medicamentos sean asequibles.
De hecho, los pa¨ªses ricos deber¨ªan crear un 'Fondo Sanitario Mundial' para ayudar a los pa¨ªses pobres a comprar medicamentos y contratar servicios m¨¦dicos para luchar contra enfermedades como el sida, la tuberculosis y la malaria. Este fondo estar¨ªa pensado no s¨®lo para pa¨ªses pobres, sino tambi¨¦n para pa¨ªses de renta media como Sur¨¢frica, donde enfermedades como el sida est¨¢n tan extendidas que el volumen de f¨¢rmacos necesario no se puede comprar ni siquiera a precios reducidos.
Pero es posible que los votantes de los pa¨ªses ricos exijan que a ellos tambi¨¦n se les bajen los precios. Si los pol¨ªticos ceden en este punto -por ejemplo, eliminando la protecci¨®n de la patente, imponiendo controles de precios, o permitiendo la reimportaci¨®n de medicamentos desde los pa¨ªses pobres- la innovaci¨®n se paralizar¨¢.
Los compradores de medicamentos de los pa¨ªses ricos no deber¨ªan temer lo peor. No hay raz¨®n para creer que el precio que ellos pagan por los medicamentos vaya a subir por el hecho de que las empresas bajen los precios en los pa¨ªses pobres.
Durante la reciente batalla legal sobre los medicamentos contra el sida en Sur¨¢frica, se pusieron en tela de juicio las patentes. Pero sin ellas, los productos antirretrovirales utilizados para luchar contra el sida no existir¨ªan. Quienes se oponen a las patentes sostienen que la investigaci¨®n p¨²blica puede crear nuevos f¨¢rmacos, pero aunque ¨¦sta es buena como ciencia b¨¢sica, el sector privado es mejor a la hora de introducir nuevos productos.
Por tanto, es recomendable reformar el sistema internacional de patentes para garantizar el acceso de los pobres a los medicamentos esenciales, pero no se debe matar la gallina de los huevos de oro debilitando el sistema de patentes.
Jeffrey D. Sachs es profesor de la c¨¢tedra Galen L. Stone de Econom¨ªa, y director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard. ? Project Syndicate, abril de 2000.
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