Banca gana, industria pierde
Luxemburgo vive un crecimiento continuado desde hace dos d¨¦cadas
Sede del que ser¨¢ el mayor grupo sider¨²rgico mundial, cabeza de puente en Europa del negocio de carga a¨¦rea con Asia y Latinoam¨¦rica o centro financiero internacional gracias al secreto bancario, la reciente historia del peque?o gran ducado de Luxemburgo es un paradigma del ¨¦xito de la reconversi¨®n de todo un pa¨ªs frente al declive industrial. Hace ahora 25 a?os, Luxemburgo se precipitaba en plena crisis del petr¨®leo hacia la bancarrota y el desempleo masivo. Hoy, con apenas 450.000 habitantes (un tercio de los cuales son inmigrantes), goza de una envidiable renta per c¨¢pita de 38.000 d¨®lares anuales, por encima de Suiza y EE UU, y entra en el siglo XXI con un crecimiento medio del 5% en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas.
Sobre las bases industriales del mineral de hierro que sacaron al pa¨ªs de su pasado de miseria rural (a mediados del siglo XX, un tercio de la poblaci¨®n tuvo que emigrar a Am¨¦rica para escapar de la hambruna), el monocultivo de la industria sider¨²rgica generaliz¨® en Luxemburgo un modelo de Estado de bienestar desde el final de la I Guerra Mundial. Miembro fundador de las instituciones europeas en los cincuenta, la crisis que golpe¨® a las cuencas industriales europeas 20 a?os despu¨¦s amenaz¨® de muerte a la econom¨ªa luxemburguesa. 'Una de las primeras decisiones que tuve que tomar cuando llegu¨¦ al Gobierno, hace unos 20 a?os, fue aprobar la orden que prejubilaba a mi padre, empleado en la siderurgia', recuerda ahora el primer ministro, Jean-Claude Juncker.
El desarrollo de Luxemburgo como plaza financiera internacional coincide con el declive industrial. Primero fueron los eurobonos los que atrajeron el capital extranjero, y despu¨¦s las sociedades de inversi¨®n en capital variable (Sicav), que en 1999 sumaban 735.000 millones de euros en las instituciones financieras del gran ducado.
Secreto bancario
El savoir faire bancario desarrollado desde los a?os veinte no parece haber pesado tanto como la confidencialidad y las altas remuneraciones de los dep¨®sitos para quienes quieren escapar del control del fisco, sobre todo en Alemania. 'Mantendremos el secreto bancario mientras lo hagan Suiza o territorios que dependen de otros pa¨ªses de la Uni¨®n, como Holanda o el Reino Unido', explica la Asociaci¨®n de Bancos y Banqueros de Luxemburgo. La patronal del sector se ha comprometido, no obstante, a respetar las normas europeas sobre blanqueo de dinero.
Pero el ¨¦xito de Luxemburgo no radica s¨®lo en los bancos. Es probable que cuando un europeo vea la televisi¨®n por sat¨¦lite, las emisiones est¨¦n siendo controladas desde el castillo de Betzdorf, pr¨®ximo a la capital luxemburguesa, que sirve como cuartel general para la base de control del sistema de sat¨¦lites Astra.
En esta y otras empresas, como la l¨ªnea a¨¦rea Cargolux, el Estado mantiene significativos paquetes accionariales de control. Lo mismo ocurre con el grupo Arbed (Acer¨ªas Reunidas de Burbach, Esch y Dedelange), que acumula un 30% del PIB luxemburgu¨¦s y que ha anunciado su fusi¨®n con la espa?ola Aceralia y la francesa Usinor para constituir el principal grupo sider¨²rgico del mundo. 'Esperamos poder crear una empresa bajo la legislaci¨®n de la UE, pero, por el momento, Newcom, tendr¨¢ su sede social en Luxemburgo cuando reciba la luz verde de la Comisi¨®n Europea', precisa Fernad Wagner, presidente de Arbed.
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